Es sabido que el mundo de los sueños tiene un peso importante dentro del mundo del microrrelato. Ahí tenéis, por ejemplo, La sueñera, ese libro de Clara Obligado que está entre mis favoritos. Aquí, en el micro de hoy, la palabra sueño se emparenta más bien con la palabra deseo, un sueño que se materializa supone un deseo cumplido. La mayoría de los sueños no se materializan, seamos claros, más que nada porque nos gusta desear sin medida, sin atender a proporciones racionales. Pero existe una pequeñísima parte, una ínfima porción, que sí lo hace. Nadie suele enterarse.
Regreso
LA mujer de mis sueños ha aparecido esta mañana junto a mí en la cama. Desperté muy de mañana y ahí estaba: totalmente dormida, talmente tan hermosa. Todo al instante se llenó de incertidumbres. ¿Qué hacer con ella? ¿Qué hacer con la materialización de un sueño? Dejé pasar el tiempo para ver qué ocurría, como un lector paciente, inmóvil a su lado, solo mirándola. Cuando, a eso de las diez, la luz se iba haciendo dueña de la habitación, ella entreabrió apenas los ojos, y, después de esbozar una sonrisa melosa, me susurró cerca de la oreja: “¡Ay, amor mío! ¿Por fin regresaste de ese largo viaje?”
Ángel Carrasco Sotos.
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Yo sabría lo que hacer! juju
ResponderEliminarSí, yo también, y me ha contado un pajarito que eso es lo que también él hizo... pero ya es otra historia.
ResponderEliminarHabía tenido que ausentarme mas tiempo del que hubiese deseado, aquel maldito trabajo de transportista espacial, me había tenido alejado de la gran urbe. Durante el viaje de regreso volví a desear a aquella hermosa mujer con la que siempre soñaba abrí la puerta me puse cómodo y active aquella maldita maquina de realidad virtual, el ritual siempre era el mismo, la hermosa mujer se tiraba en la cama y me regalaba aquella maliciosa sonrisa si dejar de susurrarme al oído !Ay amor mio! ¿por fin regresaste de ese largo viaje?.
ResponderEliminarSaludos,adéu
Jaja, ya te digo que comiences a escribir los tuyos propios, que imaginación, amigo, no te falta. Me recordó tu solución a ese viejo cuento de Asimov: "Estoy en Puerto Marte sin Hilda".
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué bonito!
ResponderEliminar¿Lo he leído antes o es cosa mía?
Me encantaría poder hacer un mejor uso de mis sueños y saber direccionarlos...
Por ejemplo, hoy me apetecería soñar con Georges Clooney.
Besos, Ángel, y a ver si me libero de "cargas" para dedicar más tiempo a visitas y lecturas.