Por Esteban Martínez (@EMartineC)
del blog Benditos Discos

Precisamente a estas alturas de la película lo de Alcest ha dejado de ser una sorpresa y, lentamente, disco a disco, se ha transformado en una propuesta que asegura identidad y nivel. Y si bien durante sus primeros tres álbumes se apreció un camino ascendente, la sensación de que con Les voyages de l’ame (2012) la banda había tocado techo se instaló en el aire. Así lo entendió Neige, quien en 2014 decidió dar un drástico giro hacia lo melódico en Shelter, un disco muy limpio en su sonido (que a día de hoy me sigue pareciendo hermoso cada vez que vuelvo darle al play), pero que por lo mismo fue ampliamente criticado, dividiendo aguas en su momento. Mirado a distancia, sin embargo, aquel fue el trabajo capaz de darle nuevas alas a Alcest, las cuales dos años más tarde vimos madurar en Kodama (2016) y hoy rendir frutos definitivos en este notable Spiritual instinct.