por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC
Antes, Alex Proyas molaba…
Tras “El cuervo” (1994) -una interesante y exitosa, aunque sobrevalorada, película, que vive marcada por la leyenda y tragedia de Brandon Lee, que cuenta una historia de venganza de tintes fantásticos de sensacional estética e imaginería visual, muy influyente-, y su siguiente obra, la espléndida “Dark City” (1998) -que indaga en esa fascinante estética con una historia que mezcla ciencia ficción y cine negro, marcando el cenit de su filmografía-, el director australiano nacido en Egipto ha aparecido con cuenta gotas y sin mucha lucidez por las pantallas de nuestros cines.