Engranaje
NI cuando se vio sobrevolando aquel bosque espeso, ni cuando se observó persiguiendo a una gacela en un día brumoso, ni tan siquiera cuando se vio buceando sin tregua atrapado en un río de sangre, creyó en la reencarnación. Un día se estropeó el mecanismo que estas cosas procuraba desde la noche de los tiempos, y de ahí en adelante nunca dejó de ser un hombre, eternamente un hombre con el mismo rostro, viviendo para siempre una misma vida, como el resto de los que lo rodeaban, vida que repetían y repetían sin tener memoria ni conciencia de hacerlo. Y en ésas estamos.