Por Esteban Martínez (@EMartineC)
del blog Benditos Discos
Después de dos discos compactos y de difícil acceso, tremendamente densos y oscuros en su sonido como fueron Sorrow and extinction (2012) y Foundations of burden (2014), el grupo norteamericano Pallbearer decidió dar un giro con Heartless (2017), y se volvió un poco más cercano a nuevos públicos (aclarar que no por eso más sencillo) abriéndose hacia una producción algo más luminosa y con canciones que fluyesen más arriba en sus atmósferas, coqueteando a momentos con el progresivo, aunque siempre trabajando sonidos cercanos al stoner y al doom, con claras influencias de viejos próceres del heavy metal como Black Sabbath. Era de esperar que dados los buenos resultados obtenidos y el que la banda efectivamente logró salir del anonimato para muchos, en una siguiente entrega Pallbearer insistiese sobre la misma tecla, que es lo que han hecho con Forgotten days, un álbum que sostiene el sello de la banda pero coloca hincapié en mostrar mayor diversidad respecto a sus primeros años, dando muestras también de la experiencia adquirida durante todo este tiempo.