BOZ SCAGGS - Silk Degrees (1976): CRÍTICA Review

 

          

por Luther Blues (@73lutherblues)

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Después de seis álbumes, en 1976 Boz Scaggs se encontraba en la cumbre y tenía ahora que confirmarse. Se rodeó de una excelente formación de músicos, un ascendente productor y toda la influencia que por ese entonces podía recabar para que más adelante su arte se denominase blue eyed soul (soul hecho por blancos).

BUDDY GUY - This is Buddy Guy (1989): CRÍTICA Review

 

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De la más que copiosa y extensa marcha sobre las arenas del blues del intérprete, habría que acudir a sus directos como fecunda fuente demostrativa de cualidades. Ya sea en grupo, dúo o en solitario nos ha gratificado con grabaciones de altísima alcurnia que exponen un dote notable de ejecutante y vocalista. Hablamos, claro, de Buddy Guy.

HOMESICK JAMES - Blues on the South Side (1990): CRÍTICA Review

 

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Cabe señalar para principiar este escrito que como hacedor de un procedimiento típico en el slide no se tiene discusión, ni tampoco de la legitimidad a la hora de interpretar un repertorio se ponen en dudas pero que ha hecho que un músico con semejante foja no tenga la entidad que se merece; un claro ejemplo de que a veces el blues paga mal y caro.

WALLACE COLEMAN - Wallace Coleman (1996): CRÍTICA Review

 

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Es comprobable que, por esa época, en los Apalaches no era frecuente encontrar exponentes o alguna aproximación a la música de los doce compases. Ese condado en Tennessee solo podía percibir algún bosquejo a través de la emisora en Nashville que cada tanto emitía un "Classics Blues Recordings" y en una de esas escuchas el envolvente sonido parecido a un saxofón desde una diatónica fue su mayor revelación para con aquel muchacho que se rindió ante Little Walter y el innovador Juke.

CAL VALENTINE - The Texas Rocker (1994): CRÍTICA Review

 

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En realidad, era la última vez que Cal emprendía esos 2.765 kilómetros que separaban en distancia la natal Dallas con la reluciente y próspera Oakland. Traía consigo un equipaje provisto de certeras convicciones que a la hora de ponerlas en una balanza el arte de entonar los blues gano la partida.

BIG MOJO ELEM - Mojo Boogie (1997): CRÍTICA Review

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Fue precisamente en una de sus tantas memorables contingencias por el West Side, cuando los Morgantini colisionaron con una identidad retraída y distante, echando por la borda esos rumores que habían recibido de antemano por parte de allegados y conocedores del tema en cuestión. Toda esa patraña quedó en el olvido una vez que el artista se calzó las cuatro cuerdas sobre los hombros y empezó a manifestar que los treinta años encima de los tablados no había sido en vano, un enérgico comportamiento quedó testamentado en los carreteles galos para un distinguido usufructo que sirvió de deleite para los amantes del género.

PHIL GUY - All Star Chicago Blues Session (1988): CRÍTICA Review

 

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La verdad sea dicha, sin nada sugerente y extravagante supo ganarse la consideración en gracia y obra de un sobrado talento envasado en una complexión discreta. Como ciudadano del ignoto Lettsworth de la Luisiana mas tosca, cuando el labrado y la granja lo permitían se hacia un tiempo para que la estación radial amortiguara las penas atrayendo esos sonidos de los paladines estatales como Harpo y Slim.

HOSEA LEAVY - You Gotta Move (1998): CRÍTICA Review y disco completo

 

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Mediados los noventa y en pleno auge ya del CD (un formato que por más detractores tenga seguirá siendo mi predilecto) opté por buscar recopilaciones, antologías y selecciones de lo más variado en concordancia con respecto al blues. Mi afán por descubrir gemas que siempre estuvieron para nuestro deleite y que por una u otra razón se nos escapo de las manos, estaban depositadas en esos sagrados compendios que las casas discográficas con buen tino nos ponían en alerta.

WILBURT LEE RELIFORD - Seems Like A Dream (2021): CRÍTICA y disco completo

 

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A finales del año 1989, dos documentalistas holandeses cruzaron el gran Charco cargados de cintas tapes y una cámara Super-VHS con intenciones de indagar aún más en el rastro del arcano blues rural, en unos días volvieron repletos de míticos audios y varias horas de vídeos admirables.

JOE WILLIE WILKINS & HIS KING BISCUIT BOYS - Memphis Blues Caravan (1977): Crítica y disco completo

 

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Se sirvió de una renovada manera de ejecutar el instrumento alcanzo para influir a generaciones venideras, muy a pesar de no haber conseguido la notoriedad apropiada a la que tampoco corrió de manera impetuosa ya que se sintió muy cómodo en permanecer en su territorio casi clandestino.

JOHN WESTON - I Tried to Hide from the Blues (2001): CRÍTICA Review

 

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Así fue, de forma casi imprevista, mientras trabajaba, el primer acercamiento al blues llegó cuando vio cruzar el campo de algodón a un hombre provisto de una bandolera llena de diatónicas a paso firme y pronunciado camino a los jukes de Helena.

LITTLE ARTHUR DUNCAN - Singin' With The Sun (1999): CRÍTICA Review y disco completo

 

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Los Cayos de la Florida no eran un lugar benevolente para la búsqueda del anhelo, una mezcla de corazonada con suerte lo enlazaría con el gran Earl Hooker y juntos emprenderían el viaje que todo aventurero del blues tenía que realizar a la meca de Illinois, la misma fortuna lo siguió acompañando ya que en el mismo edificio en el que se hospedaba también se alojaba Little Walter y así fue que el pequeño de Indianola no solo se congració amistosamente sino también pasó a convertirse en ahijado musical de la leyenda de la diatónica.

GRANA LOUISE - Gettin' Kinda Rough! (2011): CRÍTICA y disco completo

 

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Haciendo gala de su vozarrón imperioso y el descaro interpretativo se fue haciendo espacio en el medio, a tal punto que cualquier Blues Challenger que se le presentase lo sometía a su antojo. Llegó a la ciudad del viento proveniente de Ohio con ese ímpetu que la caracterizo siempre, en un abrir y cerrar el Kingston Mines, B.L.U.E.S o el Legends por citar algunos, ya la tenían en su cartelera y noche tras noches la trascendencia iría en aumento, no faltaría mucho para que el acreditado festival de la ciudad la tenga como presente.

E. C. SCOTT - Come Get Your Love (1995): CRÍTICA Review y Disco completo

 

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No cabe la menor de duda de que a su matiz de cantante todo terreno habría que sumarle el de compositora consumada, ya sea por las letras cargadas de aflicción o lances en tumultuosas afinidades. De su ingenio se desprende una extensión de géneros que van del blues mas clásico al soul de la Stax, pero siempre sin desprenderse de esa brisa evangélica que la marco desde doncella en su californiana Oakland.

FURRY LEWIS - Shake 'Em On Down (1992): CRÍTICA Review y disco completo

 

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Símbolo distintivo de una restauración que el blues comprobó por los 60, gracias en gran parte a sus shows de tono burlesco y una pose de personaje que rozaba lo llamativo. Muy alejado de este hallazgo, el tal Walter era un ambulante músico a tiempo completo ya que un accidente ferroviario le impedía momentáneamente realizar cualquier otra actividad.

PHILLIP WALKER - Someday You'll Have These Blues (1991): CRÍTICA Review

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Ya iba provisto de una bien ganada nombradía Phillip Walker, y la costa oeste fue su destino inmediato después de haber dejado su estampa bien sellada por todo Texas.

Las correrías con Long John Hunter por el Paso y Port Arthur amenizando proletariados recreos habían quedado atrás. Las mieles de la bahía de San Francisco con sus clubes nocturnos y las discográficas tan en boga fomentaban un panorama más consonante.

ROOSEVELT "BOOBA" BARNES & THE PLAYBOYS - The Heartbroken (1995): CRÍTICA Review y disco completo

 

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La conocida calle, en su Greenville adoptivo, lo mantuvo como partícipe de muchas y gloriosas jornadas desde que a los 17 años decidió ser un músico de blues. Desprovisto de cualquier ornamento a la ejecución, su guitarra sincopada y los llamativos trajes encajaban justo con la impronta escénica que desempeñaba para que cada parroquiano se marche satisfecho.

BOB KIRKPATRICK - Going Back To Texas (1996): CRÍTICA y disco completo

 

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Sí, efectivamente al DJ de la estación de radio local le habían hablado maravillas de aquel reducto. Atento y preparado para cualquier premura, llevó consigo su grabadora, no fuese cosa que se fuera a perder algo importante ya que el blues por ese entonces atravesaba un repentino revival y la metrópolis del norte texano no sería ajena a aquella circunstancia. Atónito, comprobó por sus propios ojos y oídos la veracidad de los hechos: el bluesman al que tanto rastreaba había aparecido.

BIG LEON BROOKS - Let's Go To Town (1994): CRÍTICA y disco completo

 

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De una manera casi inconcebible buscó amparo en la cabina de un camión gracias a un afligido desencanto por el viraje que estaba tomando la música, la guitarra se iba adueñando del protagonismo y uno de los mas grandes exponentes de los 50 en el blues daba un portazo guardando su cromática en el estuche por espacio de dos décadas.

TAIL DRAGGER & HIS CHICAGO BLUES BAND - Crawlin' Kingsnake (1996): CRÍTICA y disco completo

 

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Si tuviéramos que buscarle un apelativo acorde a las circunstancias, con el mundo dado vueltas como está, no cabria otro apodo que el de "Trotamundo" para este bluesman de 81 años. Y es que con una espalda cargada de toneladas de blues, sus legendarias botas de cuero de serpiente y el sombrero de vaquero acompañan ese bramido sinuoso que lo deposito allá lejos y hace tiempo en los guetos y locales de la ciudad del viento bajo la atenta tutela del gran Lobo Mayor.