ZEPPELIN ROCK: Benito Zambrano - La voz dormida (2011)

domingo, 18 de marzo de 2012

Benito Zambrano - La voz dormida (2011)



por Fabián Castillo Molina

"Emocionante. ¿A las tripas o a la cabeza? O, más exactamente, ¿hemisferio derecho o hemisferio izquierdo? Imágenes, diálogos, silencios, situaciones y anécdotas que inevitablemente nos conmueven, que algo despiertan en nuestro interior a veces sin una explicación aparente. La emoción, quizá el escalón más alto de comunicación entre una pantalla y quien la está mirando, responde a un mecanismo que puede analizarse científicamente. Cómo un director, un guionista, un director de fotografía, un compositor o un actor son capaces de extender un escalofrío por el patio de butacas. Emocionante".


Con el párrafo anterior abría la revista Academia en su número 17, un amplio artículo dedicado a este sentimiento que experimentamos a veces en el cine y que afianza en la memoria momentos mágicos que se convierten de manera permanente en compañeros de viaje para los restos.



La voz dormida de Benito Zambrano, basada en la excelente novela homónima de Dulce Chacón, es el ejemplo más claro conocido hasta ahora de una película que transmite emoción intensa de principio a fin de su metraje. No se trata de emoción fácil, ni derivada de situaciones dramáticas sistemáticas llevadas al extremo. Este sentimiento irrefrenable surge espontáneamente viendo a Pepita (María León) en primerísimos planos ocupando la gran pantalla, viviendo de nuevo la situación de aquel personaje al que está representando, y en el que ha conseguido introducirse para que lo veamos tal cual era. Ocurre escuchando la declaración de amor del que aspira a ser su novio, y de nuevo en la secuencia exterior días después cuando ella quiere sellar ese compromiso. Pasa con todos los encuentros con su queridísima hermana Tensi, (magnífica Inma Cuesta) en la cárcel a través de la verja en todas las visitas semana tras semana. Ocurre con sus ruegos al médico señor de la casa donde trabaja como sirvienta, hijo del general amigo de Franco, enfrentado claramente a su padre y a su mujer hermana de falangistas muertos en el frente. María León produce en esta película una sensación de plenitud y ganas de vivir similar a la producida por Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma. El espectador tiene la sensación de haber visto lo mejor.



Puede afirmarse que la película entera la atraviesa de principio a fin una emoción intensa cargada de verdad. Es como si el equipo que ha hecho posible este film desde el director a los últimos figurantes se hubieran puesto de acuerdo y hubieran vivido los acontecimientos que nos muestran.

Benito Zambrano ha logrado con La voz dormida lo que quería. Con su quinto largometraje da en la diana y se sitúa entre los mejores directores en activo, y al igual que ocurriera con Solas deja bien sentado su maestría y su valor para afrontar con la mayor fuerza situaciones límite a las que se ve abocado el ser humano inocente. Personas desvalidas que no comprenden por qué la vida es como es, por qué tiene que haber tales sinrazones e injusticias, cómo lo humano se deshumaniza y llega la crueldad más atroz. Mientras tanto, y en un mundo tan duro, surge espontáneamente el amor como bálsamo que hace renacer la esperanza y aviva los deseos de vivir.

La guerra civil y la posguerra se han afrontado ya en una larga lista de películas españolas y varias consiguieron un alto nivel de calidad, pero La voz dormida queda ya como referente, que el aficionado al cine y ciudadano consciente de lo que significó el enfrentamiento entre españoles debe conocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario