by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)

Bellflower, del director Evan Glodell, es una película que pasó por la edición más reciente del Festival de Sitges y que nos cuenta la historia de Aiden y Woodrow, dos amigos frikis amantes de Mad Max que se dedican a construir lanzallamas, hacer explotar cosas y tunear un coche al estilo interceptor para que cuando llegue la gran explosión nuclear que debe dar al traste con buena parte de la población de la Tierra, ellos y su imaginaria banda de supervivientes Mother Medusa se conviertan en los amos del mundo post-apocalíptico. Pero un día, Woodrow conoce a Milly –una misteriosa rubia con personalidad arrolladora- y se enamora locamente de ella. Sin embargo Milly no es el tipo de chica que le convenga a Woodrow, algo que Mike y Courtney –sus compañeros de apartamento- saben pero que él no imagina. Poco a poco, el joven empezará a centrarse más en Milly que en la amistad fraternal que desde pequeño tiene con Aiden y en sus sueños en relación a Mother Medusa y eso es algo que no debería hacer porque en las cosas del amor a veces no se puede apostar todo a una carta.