con el blog La vuelta al cine en diez películas
¿Podría alguien, un virtuoso de la impostura, ponerse en el papel de Spielberg y tratar de dirigir una película imitando su estilo? Podría. Yo diría que lo mismo sería perfectamente posible con Hitchcock y (voy a decir una barbaridad más) hasta con Truffaut o De Palma. Pero Kubrick, para bien o para mal, es inimitable. La falsificación, la copia, fracasan irremediablemente cuando se trata de emular su estilo.