ZEPPELIN ROCK: La piel que habito - Crítica de la película

viernes, 30 de marzo de 2012

La piel que habito - Crítica de la película


por Fabián Castillo Molina

La piel que habito es un producto artístico industrial con acabado de primer orden, técnicamente casi perfecto, con todos los ingredientes para ser visto y oído con atención por el espectador de principio a fin.


El film de mayor metraje hasta la fecha firmado por Almodóvar, contiene defectos conscientemente introducidos para que el espectador los descubra y participe de este modo en la construcción de la obra haciéndole sentir capaz de enmendar la plana a un director y a un equipo tan competentes como tienen reconocido internacionalmente. De este modo, al finalizar la proyección, aunque haya durado un par de horas, salga animado a revisar alguno de los títulos del sello Almodóvar y dispuesto también a esperar el tiempo necesario hasta ver el siguiente trabajo de la factoría, si fuera posible algo menos serio y con guión propio del director.


En La piel que habito hemos llegado ya a la película número diecisiete de Almodóvar. Se nota que está producida con una distribución asegurada para Europa y América, para un público que se aproxima al 20% de la población mundial (dentro de esa masa de posibles espectadores, sabemos que habrá que descartar a todos los que jamás ven cine y a los que les está vetado por edad u otras circunstancias). Está pensada para ganar nuevos mercados (Asia, África y Oceanía), lo que supondría una inversión con posibilidades de alcanzar algún día una distribución mundial, y el rendimiento económico incalculable al que podría llegar. No sería de extrañar que en futuras producciones de la firma Almodóvar se introdujeran elementos atractivos para el mercado audiovisual de la India (tan aficionado al cine) y China, con diversos cineastas premiados merecidamente en festivales internacionales, como hace aquí con las referencias directas a Brasil e implicaciones de personajes de la trama.


Se percibe que se ha tenido en cuenta la garantía que aporta una estrella de Hollywood como Antonio Banderas para el éxito de la película, a sabiendas de que el propio Almodóvar es más estrella que el actor (por otra parte amigo de Almodóvar y protagonista de varias de sus películas). Se ha vuelto a contar con Marisa Paredes, actriz protagonista de Todo sobre mi madre (película con la que Almodóvar consiguió el Oscar al mejor director y mejor película de habla no inglesa) y actriz que también protagonista de Tacones Lejanos donde compartía cartel con Imanol Arias. Ha contado como estrella de belleza sublime con Elena Anaya, en cuya piel perfecta, no se aprecia ni el más mínimo rastro de cicatriz, a pesar de las numerosas intervenciones a las que es sometida, lo que podría despertar esperanzas en quienes estén pensando en someterse a operaciones de cirujía estética. Esta preciosa piel, convierten a la actriz en referencia de perfección y al mismo tiempo en una verdadera provocación inolvidable para los cirujanos plásticos. Como en todas sus más recientes películas, todo está cuidado milimétricamente y las interpretaciones desde el primero al útlimo son de primer orden. Sin embargo, siempre deja cabos sueltos y se permite licencias para hacer participar más al espectador.


El guión, basado en la novela Tarántula, del francés Therry Jonquet, un tanto futurista, aunque solo fije los hechos en el año 2012, ha sido adaptado por los hermanos Almodóvar, que introducen sus clásicos toques inconfundibles, para dar un respiro en una trama entre fantástica-policiaca-dramática, con elementos que inquietan y preocupan a una buena parte de la sociedad del bienestar, como es la desaparición de personas jóvenes, los avances en medicina y cirugía, los transgénicos, cambios de sexo, drogas, locura, muerte... y que igualmente preocupan en los países de economía emergente como Brasil, donde seguro tiene asegurada también su distribución.

En la dirección de fotografía ha vuelto a repetir con José Luis Alcaine, que demuestra una vez más su altura, comparable con los mejores y más premiados que trabajaron en películas españolas, como Néstor Almendros, Teo Escamilla o Vittorio Storaro, por citar algunos maestros cuyo talento pusieron al servicio de otros excelentes directores de cine. Para la banda sonora ha vuelto a contar una vez más con el compositor Alberto Iglesias, probablemente uno de los más premiados con Goyas e internacionalmente.


De todo lo anterior se deduce que el entretenimiento y la atención están garantizados para espectadores fieles a esta marca y la puntuación será suficiente para aspirar a premios y por tanto a mayor alcance de distribución en nuevos mercados. Tras el primer visionado de este trabajo, sin duda el sello Almodóvar conseguirá nuevos clientes que se apunten a revisar algunos de los títulos más notables de la casa, a través de alguno de los muchos medios que ahora disponemos para revisar filmografías.

Probablemente sea Almodóvar uno de los ejemplos o modelos que algunos especialistas en creación de empleo y riqueza, o de I+D+I, deberían estar estudiando (o lo están), para ayudar a salir de la crisis cuanto antes, aun siendo contrarios al mensaje de este autor, e independientemente del contenido de sus películas.

2 comentarios:

  1. Me gusta el posicionamiento con esta peli a la que dediqué un post. El último párrafo de este texto es cojonudo. Salud.

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  2. no consigo acabarla, me quedo dormido siempre. ¿ porque?.

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