ZEPPELIN ROCK: Crítica de Manzano "Mi Religión" (2015): Review reseña

martes, 15 de marzo de 2016

Crítica de Manzano "Mi Religión" (2015): Review reseña



Gratificante ha sido la escucha (reiterada escucha) de este disco de Manzano, titulado Mi Religión, que se nos escapó el pasado año y que, sin duda, hubiese pasado a formar parte de nuestra lista con lo mejor de 2015. Manzano ha vuelto por sus fueros poniendo toda la carne en el asador, en un gran disco en el que es sobresaliente su producción, tanto como los riffs, solos de guitarra y, fundamentalmente, la parte vocal que sobresale en todo el disco del que se enseñorea en todo momento, por no hablar de las cuidadas letras, muy emotivas y dignas, y en las que destacan temas dedicados rock (al amor por el rock), a la nostalgia, al amor perdido e irrecuperable, a los sueños imposibles y a distintas situaciones vitales. No es una casualidad, como tampoco un antojo, el publicar el disco con ese título pues, como decimos, esa pasión por el rock (metamúsica al poder) está absolutamente presente a lo largo de este aconsejable disco. Toda una declaración de intenciones.


La figura de José Antonio Manzano creo que no se ha valorado aún como debiese, pues el rock, más aún el hard rock y el heavy metal, en su versión ochentera, cuando daba sus primeros pasos en nuestra controvertida Spain, le debe mucho a este enorme cantante, que actualmente reside en Suiza. No en vano, en 1993 publicó un disco con los helvéticos Emergency. Pero no vamos a pormenorizar en la trayectoria de Manzano, que podréis consultar en diversos sitios de la web, pero seguro que os suenan Banzai, Tigres, Zero, Niágara o Bruque... por ahí andaba enredado el artista, poniendo su voz que a muchos recuerda a la de su querido Coverdale.

De hecho Whitesnake es quizá la más notable influencia que se aprecia en este trabajo, junto a un más que reconocido spanish style ochentero (Obús, Barones, etc.) y momentos o notas desperdigadas que nos puedan recordar a uno u otro grupo en particular o a temas de los viejos álbumes de Manzano, así como AOR en ocasiones.




El disco se abre, y a toda mecha, con un tema lleno de ritmo titulado "Vamos a ganar", de ritmo, por cierto, muy acompasado con la parte vocal y un minipunteo de transición que muchos reconoceréis, así como una parte lenta que sosiega el recorrido trepidante de esta copla, que vuelve retomar su camino con el trampolín intermedio de un punteo vertiginoso.

Sigue el disco con "El rock es mi religión". Ritmo y tono muy Whitesnake coverdaliano en esta canción de declaraciones rotundas, empezando por el título, que se convierte en estribillo machacón (por si no te has enterado del mensaje y del sentimiento de Manzano). Huye de la religión y sigue los consejos de José Antonio, haz tu propia revolución y convierte el rock en tu guía, en tu religión, ten fe.. pero en el rock. Buenos punteos y cambios de ritmo. La letra cabalga, por cierto, a lomos de versos octosílabos (de romance rockero) con tramos eneasílabos (¡modernista que se ha puesto el coplista!).

Y sigue la aparentemente festiva (con fondo de aflicción y venganza) "Bailaré sobre su tumba", que, salvo el título, poco tiene que ver con el conocido tema de Siniestro Total. Una canción también movidita que, aunque no deja de ser de transición, nos gusta lo suficiente. Estructura clásica con punteo incluido y vuelta al estribillo. Pero el disco no se detiene y pronto se nos echa encima "Llega la oscuridad" enmarcada de teclados, en el que el autor se da ánimos para la esperanza en una luz que lo saque del abismo, de recuerdos, de preguntas, que otorgue realidad a sus sueños. Es uno de los más flojos a mi entender, aunque el aspecto vocal, como en todas, destaca por encima de cualquier otra cosa.




Y por fin la que para mí es la pieza estrella de Mi Religión. Un tema, medio balada, que comienza algo Rata Blanca y cuya letra es magnífica, y no digamos de la composición musical que la acompaña. Es de lo más completo, para escuchar una y otra vez. La suerte, el amor, han abandonado al narrador, y poca esperanza hay para que se recupere lo perdido. Toca sufrir con una corona de espinas sobre la cabeza, en imagen crística velazquiana, o del Greco directamente. Muy buenos riffs, cambios de ritmo; complejo y trabajado en su desarrollo y con frases y estribillo pegadizos. "Aquí me tienes hoy con mi corona de espinas". Todo muy gráfico y conmovedor, sinceramente.

Uno, aún acongojado por la anterior canción (que ha tripitido en su escucha), pasa a "Estoy loco", donde se vuelve a reiterar ese sentir rockero, el amor por el rock (de nuevo su religión). ¡Como para cambiar ahora de dogma! Buen tema. Digno es el de circunstancias "Miénteme". Me encanta el punteo que me trae remembranzas clásicas. Y el riff tipo Judas ni te cuento.

Como en la anterior, y en la mayor parte del disco, en que notamos cierto dolor, cierto desasosiego, un infortunio rondando al que canta, también en "No puedo hablarte de amor" se nota lo mismo. Hay desesperación, desamor, falta de fe (sobre todo en la "religión verdadera") y esas luces de esperanza a las que se refiere el autor en algunos temas las vemos muy lejanas. Y ese leitmotiv del irrecuperable amor (o los amores, o un amor concreto) alarga su sombra a lo largo de todo el trabajo. También se recrea ese "no hay nada más bello que lo que nunca he tenido" (no hay fe, tampoco esperanza y toda ilusión queda atrapada en el sueño y el recuerdo o en esa esclava búsqueda de la felicidad).

Y en la balada que sigue, "Siento el dolor", retoma ese sentimiento triste, doloroso, mientras la lluvia cae como telón de fondo. ¿Qué amor puede sobrevivir a través de nuestro tiempo?" Sigue ese deseo por recuperar lo perdido. Un temazo, claro, plagado de detalles sónicos.

Y, por último, el cierre se produce con "Soy como soy", más animado al menos, pero esa voz interior del poeta nos sigue poniendo de manifiesto sus sentimientos, que transitan por parajes algo existencialistas si se quiere, o vitales, personales en cualquier caso. En la canción, el que canta reivindica su personalidad, la que ha guiado su vida y a la que es imposible renunciar porque es algo que uno lleva en sus genes, que son nuestras señas de identidad. Sí, quizá sea así, solo eso.

Un disco profundo y algo sombrío (pero honrado) en sus cautivadoras letras, musicalmente decentón e indudablemente recomendable. Nos ha gustado este último disco titulado Mi Religión de José Antonio Manzano, todavía en la brecha y regalándonos de vez en cuando cositas como esta. Pues nada, a seguir si el tiempo no lo impide.


ÁCS

Tracklist:

1- Vamos a ganar
2- El Rock es mi religión (solo Javier Mira)
3- Bailaré sobre tu tumba
4- Llega la oscuridad
5- Corona de espinas ( solo David Palau)
6- Estoy loco
7- Miénteme ( solo Manolo Arias)
8- No puedo hablarte de amor
9- Siento el dolor ( solo Angi Schiliro)
10- Soy cómo soy



Por Demon Troian


ZRS

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