ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE TERROR DE LOS AÑOS 60: El mejor cine de miedo de la década

domingo, 14 de febrero de 2021

LAS MEJORES PELÍCULAS DE TERROR DE LOS AÑOS 60: El mejor cine de miedo de la década

 

El más allá.

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Van quedando atrás las épocas de la pura sugerencia. Comienzan a mostrarse aspectos más explícitos que terminarían por banalizar y vulgarizar al género, pero también a hacerlo más eficaz y convertirlo en un método para aglutinar fans, sobre todo jovencitos. Aquí los fantasmas, el terror psicológico y la sugerencia siguen siendo primordiales, pero comienzan a aparecer los psicokillers, los zombies y ciertas connotaciones sociales en sus propuestas. Es una década ecléctica y muy satisfactoria para el género, con no pocos clásicos indiscutibles. El elemento diabólico o demoniaco es prioritario en estos sesenta. La Hammer entrega no pocos éxitos y Corman triunfa.


El hombre con rayos X en los ojos.

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Las mejores películas de terror de los años 60
(el mejor cine de miedo de la década)

ARDE, BRUJA, ARDE (1962), de Sidney Hayes. 

Una de terror británica con la brujería y la lucha entre el escepticismo y la creencia como línea motora. Un título más que interesante, y distinto, dentro del estereotipo que era habitual.

CANCIÓN DE CUNA PARA UN CADÁVER (1964), de Robert Aldrich. 

Siguiendo la estela de la magistral “¿Qué fue de Baby Jane?”, Aldrich factura otra obra de arte del terror psicológico (con sus momentos truculentos), que es un absoluto referente del género. Sí, está por debajo de “Baby Jane”, pero es que casi todas lo están. El hecho es que es soberbia. Todo liderado por esa fuerza de la naturaleza que es Bette Davis. Obtuvo 7 nominaciones al Oscar…

DOCTOR TERROR (1965), de Freddie Francis. 

Curiosa y efectiva cinta de terror por episodios con los rostros de imprescindibles del género como son Peter Cushing y Christopher Lee.

DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (1966), de Terence Fisher. 

Nueva versión de Drácula y reencuentro de Christopher Lee con el personaje. No es de lo más brillante, pero al menos es estimable.

EL BAILE DE LOS VAMPIROS (1967), de Roman Polanski. 

Joyita de Polanski que parodia con aciertos los tópicos vampíricos para darles una vuelta de tuerca. Logra funcionar en sus elementos cómicos y en los intrigantes.



EL CARNAVAL DE LAS ALMAS (1962), de Herk Harvey. 

Estupenda e influyente cinta de culto, quizá no muy conocida, pero impactante. La vida, la muerte, la idea del zombie, esos difusos límites. Un gran referente.

EL CASO DE LUCY HARBIN (1964), de William Castle. 

Otro de esos títulos surgidos del éxito de “¿Qué fue de Baby Jane?”, en este caso protagonizado por Joan Crawford (fueron muchas las cintas que se sumaron al éxito de la obra maestra de Aldrich). Es entretenida, eficaz, tramposa, ingeniosa más que brillante, artificial, tópica, tosca, poco sutil y previsible… pero satisface si te gusta el género.

EL CEREBRO DE FRANKENSTEIN (1969), de Terence Fisher. 

Otra de la Hammer con Fisher. Truculenta y perversa, sigue la saga de éxito del fantaterror con uno de sus clásicos y Peter Cushing en el reparto.

EL CUERVO (1963), de Roger Corman. 

Uno de los clásicos de Corman en sus adaptaciones a Poe con Vincent Price y Boris Karloff…. Y Peter Lorre. Un imprescindible.

EL FANTASMA DE LA ÓPERA (1962), de Terence Fisher. 

El clásico de Leroux en versión de la Hammer y con uno de sus directores fetiche. No es de las más valoradas dentro del género y la productora, pero bien merece su reconocimiento.

EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO (1960), de Michael Powell. 

Un thriller con elementos de terror absolutamente particular. Una indagación psicología del asesino que apuesta más por ello que por el verdadero suspense. Un clásico de culto que sí tiene el trasfondo, sordidez, turbiedad que Hitchcock muestra en sus películas, aunque nada que ver con su estilo formal, si bien la sinopsis puede hacernos pensar que es puramente hitchcockiana.



EL GATO NEGRO (KURONEKO) (1968), de Kaneto Shindô. 

Una de terror y fantasmas con samuráis, una cinta muy particular y a la vez de esencia puramente japonesa. Muy reconocible.

EL HOMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS (1963), de Roger Corman. 

Uno de los grandes clásicos de Corman y una de esas películas que se grabaron a fuego en las infantiles y juveniles retinas, al menos por su escena final con Ray Milland.

EL INCINERADOR DE CADÁVERES (1969), de Juraj Herz. 

Particular cinta checa, país que seguía dando títulos estimulantes, donde se mezcla el terror con el drama, la comedia negra y tintes surrealistas. Una auténtica curiosidad.

EL MÁS ALLÁ (1964), de Masaki Kobayashi. 

Extensa cinta que cuenta cuatro historias del escritor Lafcadio Hearn y que es una de las grandes obras del cine de fantasmas de todos los tiempos. Un referente absoluto. Cita de obligado cumplimiento cinéfilo.

EL PALACIO DE LOS ESPÍRITUS (1963), de Roger Corman. 

Aquí no sólo adaptamos a Poe, también lo hacemos con Lovecraft. Otro entretenido y apetecible título de Corman junto a su imprescindible Vincent Price. Quizá menos conocido, pero no menos estimulante.



EL PENDULO DE LA MUERTE (1961), de Roger Corman. 

Poe, Corman y Vincent Price, un trío inconmensurable y que ha hecho disfrutar de lo lindo a los más cinéfilos. Aquí tenemos un pequeño clásico de la serie B más que recomendable.

EL PUEBLO DE LOS MALDITOS (1960), de Wolf Rilla. 

Un icono del terror. ¿Quién no recuerda a esos niños albinos de ojos brillantes tan terroríficos e inquietantes? Un clásico absoluto que ha sido muy imitado y que tuvo un remake en 1995 realizado por John Carpenter.

EL SABOR DEL MIEDO (1961), de Seth Holt. 

Una de intriga poco conocida pero más que disfrutable. De toque hitchcockiano, con sorpresa y gran atmósfera. Se mezcla intriga, terror y thriller psicológico para hacernos disfrutar. Muy apetecible.

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS (1963), de Peter Brook. 

Estupenda adaptación de la novela de Golding en su mezcla de aventura, terror y reflexión. Muy recomendable.

EL ÚLTIMO HOMBRE SOBRE LA TIERRA (SOY LEYENDA) (1964), de Sidney Salkow y Ubaldo Ragona. 

Adaptación de la conocidísima novela de Richard Matheson, que también trabajó en el guion. Con Vincent Price de protagonista.

FRANKENSTEIN CREÓ A LA MUJER (1967), de Terence Fisher. 

Aunque no sea una de las mejores ni más conocidas versiones del mito, es un buen trabajo de la Hammer y de Fisher.



HISTORIAS DE TERROR (1962), de Roger Corman. 

Otra de Corman, ésta en su género, con el director en su salsa, junto a Vincent Price y adaptando a Poe.

LA CAÍDA DE LA CASA USHER (1960), de Roger Corman. 

Interesante película que sin que apenas pase nada logra un constante desasosiego e inquietud desde que empieza hasta que acaba, merced a una conseguida y envolvente atmósfera. Un buen trabajo del rey de la serie B.

LA COMEDIA DE LOS HORRORES (1963), de Jacques Tourneur. 

Una pequeña excentricidad. Tourneur, maestro del género de terror, parodiando el mismo con esta comedia extravagante donde no faltan ni Vincent Price ni Boris Karloff ni Peter Lorre.

LA HORA DEL LOBO (1968), de Ingmar Bergman. 

El particular universo de Bergman sumergiéndose en el surrealismo, el drama psicológico y el terror. Una película fascinante.

LA LEYENDA DE VANDORF (1964), de Terence Fisher. 

Otra pequeña joyita del terror con Terence Fisher, la Hammer, Christopher Lee y Peter Cushing. Muy recomendable para los fans.

LA MALDICIÓN DEL HOMBRE LOBO (1961), de Terence Fisher. 

Otro clásico de Fisher con la Hammer. Esta vez le tocaba el turno al Hombre Lobo. Eficaz título de terror.

LA MANSIÓN ENCANTADA (1963), de Robert Wise. 

Paradigma del terror con casa encantada, si bien no es de las mejores del género. Algo redundante y con una voz over muy pesada, tiene una lograda atmósfera.

LA MÁSCARA DE LA MUERTE ROJA (1964), de Roger Corman. 

Corman con Vincent Price, un clásico. Claustrofóbica y desasosegante, es un estupendo título de terror sobre la degeneración y la decadencia humana.

LA MÁSCARA DEL DEMONIO (1960), de Mario Bava. 

Un clásico de Mario Bava, maestro del terror italiano. Una de las primeras obras del que luego sería pieza fundamental del giallo. Una ambientación ejemplar.

LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES (1968), de George A. Romero. 

Clásico del terror y el gore, pionero de un género que estos años ha asolado las pantallas. El cine zombi… Un referente indiscutible.



LA NOVIA DEL DIABLO (1968), de Terence Fisher. 

Otra buena cinta de terror de la Hammer, en esta ocasión tratando el tema de las sectas satánicas. Y con Christopher Lee de protagonista.

LA OBSESION (EL ENTIERRO PREMATURO) (1962), de Roger Corman. 

Más terror con Corman, aunque sin Price. Otra joyita de serie B que no puedes perderte si eres fan del género.

LAS NOVIAS DE DRÁCULA (1960), de Terence Fisher. 

Fisher se marca una secuela de su Drácula del 58 con Christopher Lee, pero sin Drácula y sin Christopher Lee. Y no lo hace mal. Sí está Peter Cushing.

LA RESIDENCIA, de Narciso Ibáñez Serrados (1969). 

Uno de los éxitos de nuestro mago del terror. Ha trascendido menos que “¿Quién Puede Matar a un Niño?” (1976), pero es un sabroso y retorcido producto de género de lo más satisfactorio.

LA SEMILLA DEL DIABLO (1968), de Roman Polanski. 

Obra maestra del cine de terror. La fuerza de la atmósfera y, sobre todo, de su concepción metafórica, subliman el género. El miedo a la soledad en la urbe, en la gran ciudad, redondean uno de los grandes clásicos del género.

LAS TRES CARAS DEL MIEDO (1963), de Mario Bava y Salvatore Billitteri. 

Tres cuentos de terror, una cinta de episodios con mujeres en apuros. Soberbio trabajo de Karloff, como era habitual, por otra parte. Es la película que inspiró el nombre de los míticos Black Sabbath.



LOS OJOS SIN ROSTRO (1960), de Georges Franju. 

“Ojos sin rostro” es una película influyente que ha inspirado en el thriller y cine de terror múltiples títulos, podríamos mencionar esa máscara que vemos en “Abre los ojos” de Alejandro Amenábar (1997), o “Cara a cara” de John Woo también de 1997, con los cambios de rostro; la reciente “La piel que habito” de Almodóvar (2011), como ejemplos. Bizarra y de gran talento. Joya de culto.

LOS PÁJAROS (1963), de Alfred Hitchcock. 

Obra maestra del señor Hitchcock, al que este año le salieron dos competidores que honraban su estilo con grandes obras (Charada y El Premio). Aquí se zambulle de lleno en el cine de terror, con una película revolucionaria y copiada hasta la saciedad, dejando incontestables muestras de su talento con planos asombrosos. Otra de las imprescindibles para los cinéfilos.


MADRE JUANA DE LOS ÁNGELES (1961), de Jerzy Kawalerowicz. 

Película polaca de terror con posesiones demoniacas durante el siglo XVII. Una más que interesante propuesta de una filmografía poco conocida.

ONIBABA (1964), de Kaneto Shindô. 

Clásico del cine japonés, mezcla de terror, fantasía y drama en el Japón feudal. Un clásico de culto imprescindible. Una obra excepcional.

PSICOSIS (1960), de Alfred Hitchcock. 

Otra obra maestra de Hitchcock. Una de sus películas más exitosas, influyentes y recordadas. La escena de la ducha y su estructura narrativa están en la antología del celuloide. Fue una auténtica revolución. ¡Cuánto le deben géneros como el slasher a esta cinta! Imprescindible.


¿QUÉ FUE DE BABY JANE? (1962), de Robert Aldrich. 

Obra maestra de Robert Aldrich, paradigma del terror psicológico. Es una de las películas que recomiendo cuando me piden alguna o buscan introducirse en el cine clásico. Una rata para desayunar, una silla de ruedas, una lucha de manipulaciones pasivo-agresivas, dos actrices en estado de gracia, dos interpretaciones inolvidables, una atmosfera viciada, claustrofóbica y enfermiza… No se la pierdan.



¿QUÉ SUCEDIÓ ENTONCES? (QUATERMASS 3) (1967), de Roy Ward Baker. 

Simpática cinta de terror y Ciencia Ficción británica que cerraría una trilogía comenzada 12 años antes. Una rareza apreciable.

REPULSIÓN (1965), de Roman Polanski. 

Obra maestra de Polanski, referente del terror psicológico del que el cineasta francés era un maestro. Alegórica, metafórica, perturbadora, es un retrato sobre la represión francamente excepcional, con una viciada y enfermiza atmósfera en la que Catherine Deneuve destaca especialmente.


SEIS MUJERES PARA EL ASESINO (1964), de Mario Bava. 

Ración de Mario Bava. Y no es cualquier cinta. Para una gran mayoría es la película que comienza ese mítico subgénero que pegaría con fuerza en los 70: el giallo.

SUSPENSE (1961), de Jack Clayton. 

Una de mis películas de terror favoritas. Con su trama de fantasmas y casa encantada. Supuestamente… La ambigüedad de Henry James sublimada en imágenes. Pasillos lúgubres, la noche y la oscuridad, velas rasgando las sombras, apariciones, sonidos… los clásicos ingredientes sublimados como pocas veces se ha visto. ¡Qué sería de “Los Otros” de Amenábar sin esta película! No se la pierdan.

TERROR EN EL ESPACIO (1965), de Mario Bava. 

Una serie B que sin ser excelente o reseñable, tiene su interés, ya que es fácil ver su influencia en clásicos como “Alien, el Octavo Pasajero” (Ridley Scott, 1979).

UNA MUJER ATRAPADA (1964), de Walter Grauman. 

Claustrofóbica cinta, otra joyita escondida, con Olivia de Havilland pasándolo realmente mal. Entre el cine de suspense y el terror, es un título más que apreciable, a pesar de haber caído en el olvido.

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