ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la películas LA PIEL QUE HABITO (Pedro Almodóvar, 2011): Reseña

domingo, 7 de febrero de 2021

CRÍTICA de la películas LA PIEL QUE HABITO (Pedro Almodóvar, 2011): Reseña

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Para empezar, os diré que Almodóvar no es ni mucho menos mi director favorito, pero es obvio que se trata de una figura importantísima en la cinematografía de este país, tanto comercialmente por su proyección internacional como por su innegable talento. Y aunque no he visto todas sus películas, la mayoría en las que he decidido hacerlo me han parecido notables. Pero si habitualmente no despertaba en mi demasiada expectación la noticia de un nuevo estreno del director manchego, a La piel que habito sí que le tenía ganas. El tema, la estética, el aparente cambio de registro en relación al resto de obras de Almodóvar... en definitiva, que la película me era muy atractiva, tanto que no he podido resistirme a esperar más y he querido disfrutarla en una sala comercial. 




¿Y qué queréis que os diga de esta oscura historia del doctor Ledgard y sus experimentos?, pues que La piel que habito me ha parecido visual y estéticamente fantástica, con una buena historia detrás suficientemente enrevesada como para mantenerle a uno distraído pero con la justa medida para no perderse, y que tenéis que verla sin falta. Comenzando en el presente, volviendo al pasado en un largo flashback que quizás frena un poco el ritmo inicial, y culminando en el presente de nuevo, lo que sí parece La piel que habito es una película de Almodóvar algo distinta –aunque el personaje de Zeka y su llegada a la mansión es bastante almodovariano- al estilo al que nos tiene acostumbrados en sus dramas disfrazados de comedia. Basada en Tarántula, novela de Thierry Jonquet, la verdad es que no conozco la obra original como para saber si el director ha sido fiel al original o ha llevado la historia a su terreno. Sea como sea, lo que la película nos cuenta si hacemos caso a la sinopsis que se publica es la historia de Robert, un cirujano plástico que tiempo atrás perdió a su mujer y que en la actualidad –gracias a técnicas de transgénesis celular aplicadas a un ser humano- ha conseguido sintetizar piel artificial. 




Sin embargo, este resumen engañoso no refleja lo que nos encontraremos en la pantalla, es como decir de El Padrino que va de un italiano que hace un largo viaje en barco y monta un negocio lejos de su pueblo natal. En fin amiguitos, os diré que la historia –que es el retrato de una venganza- tiene trampa. Y yo que siempre busco los giros en el guion e intento averiguar dónde aparecerá la sorpresa, esta vez –quizás porque no lo esperaba o acaso porque me hago viejo- no he sido capaz de detectarla hasta que me ha golpeado de lleno. En el aspecto musical me han sobrado algunas escenas “con cantante”, ya os he dicho que en el tema de fotografía, vestuario y diseño de producción me ha satisfecho y en cuanto a las interpretaciones destacaría sobre todo a las de Roberto Álamo –no parece que esté actuando de lo natural que hace su papel-, Jan Cornet, Marisa Paredes y Blanca Suárez –aquí no soy nada objetivo, lo admito- en su breve aunque importantísimo papel. Banderas cumple dignamente -aunque no es Robert De Niro en mi opinión- y del trabajo de Elena Anaya aún no sé si me ha gustado por comedido o no por frío. Total, piltrafillas, que os la recomiendo sin duda alguna. Eso sí, olvidaos de que se trata de una película de Pedro Almodóvar, tanto si estáis entre sus detractores como entre sus defensores... y disfrutadla.

1 comentario:

  1. Mira que coincido siempre con tus películas,pero está y todas las de Almodóvar,no las soporto,será como dices una parte importante de la cinematografía española,pero el tipo no me entra ni con calzador

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