ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película RED STATE (Kevin Smitth, 2012): Review

domingo, 28 de febrero de 2021

CRÍTICA de la película RED STATE (Kevin Smitth, 2012): Review

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Red State es una película del realizador norteamericano Kevin Smith, el mismo de Cop Out, una bazofia con Bruce Willis de protagonista de la que ya os hablé hace un año. Sin embargo, la de hoy se nos presenta como una obra de terror y acción con el trasfondo de esas organizaciones ultracatólicas norteamericanas llenas de hijoputas que son capaces de poner bombas en clínicas abortistas y matar a médicos y pacientes como vía para defender la vida de fetos. En fin, que entre eso y los carteles que había podido ver, se me ocurrió que le podía dar a Smith una segunda oportunidad. E hice bien. 




La cinta comienza con Travis camino del instituto cruzándose con la escena de una familia destrozada saliendo de su casa con el féretro de Jacob, su hijo adolescente asesinado –el último de una ola de crímenes que azota la población-, mientras unos anormales insensibles al dolor ajeno les insultan y obsequian con pancartas del tipo Vete al infierno, El cielo odia a los homosexuales o Penetración anal = condena eterna. Total, que Red State prometía, aunque sólo fuese por la denuncia de grupos pseudo religiosos de ese tipo. Cuando Travis llega tarde a clase y cuenta la razón de su retraso, la profesora aprovecha para sacar el tema de los derechos individuales y la iglesia de Abin Cooper, un tipo que al parecer no cae bien a nadie pero que sin embargo tiene seguidores en el pueblo. Al salir al patio, Jared le cuenta a Travis y a Billy Ray que ha recibido por teléfono la invitación de una chica que quiere montárselo en grupo con los tres. Esa misma noche Travis le pedirá el coche a su padre y junto a sus dos compañeros del instituto abandonará los límites del condado para tener sexo con una treintañera, o al menos eso es lo que se imaginan.





Amiguitos, para que quede claro desde ahora, os recomiendo que no os perdáis esta película. Así de claro. Interpretaciones creíbles y una historia de las que dejan mal cuerpo, en Red State veréis como jóvenes sanas, niños angelicales y matrimonios bendecidos por la gracia siguen embobados las palabras aparentemente reconfortadoras del reverendo Cooper –a quien sus acólitos llaman abuelo cariñosamente- a la vez que son capaces de volcar el tremendo odio que albergan sus corazones contra aquellos a los que creen merecedores de la condena y el castigo divino. Da miedo pensar que tus amables vecinos, esos que se ofrecen para ayudarte con las bolsas de la compra, te invitan a barbacoas, cuidan de tus hijos cuando tú te ausentas o te regalan pasteles de manzana, pueden ser capaces de matarte si descubren un día que eres ateo, has abortado, tienes amigos gays... o votas al partido demócrata. Algo irregular en su desarrollo, la película tiene pasajes como el sermón de Cooper –genial Michael Parks en su papel de lobo con piel de cordero- que a algunos se les puede hacer largos, pero en mi opinión es un ejemplo más de que a veces, para provocar miedo no hacen falta demasiados efectos de sonido ni imágenes escabrosas. No amiguitos, ver a ese tipo hablando del temor a Dios, mientras identifica a los homosexuales como los enviados de Satán en la Tierra ante pequeños de dos o tres años que dejan que sus palabras alimenten sus cerebros tiernos ante los ojos orgullosos de sus progenitores da más miedo que mil Godzillas. De todas formas, no hay que preocuparse porque el tercio final de la cinta se convierte en una orgía de violencia sin ápice de contención. 

Y como me gustaría que me hicieseis caso y vieseis Red State no os voy a contar absolutamente nada más del argumento. Vosotros diréis lo que queráis, pero sin efectos especiales ni litros de sangre, esta película -¿en serio el guion y la dirección es del mismo tipo que perpetró Cop Out?- es de lo más terrorífico que he visto en tiempo, más que nada porque todo cuanto pasa es de lo más verosímil.

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