ZEPPELIN ROCK: DARK TRANQUILITY - Moment (2020): CRÍTICA Review

lunes, 11 de enero de 2021

DARK TRANQUILITY - Moment (2020): CRÍTICA Review

Por Esteban Martínez (@EMartineC)



Después de treinta años en activo, a principiuos de 2020 Niklas Sundin (principal guitarra y fundador de Dark tranquillity) anunciaba su alejamiento de la agrupación. ¿Los motivos? Agotamiento y el no encontrar ya ganas para seguir de gira. El comunicado llegaba para sumarse a la partida de Martin Henriksson, segunda guitarra hasta 2016, lo cual claramente sembraba dudas con respecto a la continuidad de los suecos, y sobre todo viniendo de un álbum tan sólido y reconocido como Atoma (2016). Sin embargo, el tridente compuesto por Mikael Stanne (voz) + Anders Jivars (batería) + Martin Brandstrom (teclados y producción) decidió continuar. Contra viento y marea incorporaron a Christopher Amott (Arch enemy) + Johan Reinholdz (Andromeda) a las filas, y junto a este último (que aparece en los créditos de todas las canciones) se sentaron a trabajar durante cuatro meses hasta acabar de componer y grabar Moment, un álbum que no evidencia en absoluto el terremoto vivido por Dark tranquillity tras la partida de uno de sus pilares. 



En efecto, el álbum número trece de los suecos sostiene el nivel que la banda suele acostumbrar de la mano de un death melódico de manual, pero siempre diverso. En la partida este colocará el énfasis en los juegos de guitarras y un sonido que prácticamente no regala tregua. Esto se aprecia en canciones como 'Phantom lord', 'Transient' o 'Identical to none', las cuales proponen cabalgatas aceleradas que apuntan a la médula del género cuyo factor común es el lucimiento en la sección del solo, regalando guitarras melódicas muy atinadas y que fluyen sin problema. Más adelante, sin embargo, el álbum entregará un matiz en la pasada por 'The dark unbroken', 'Remain in the unknown' y 'Standstill', una sección mucho más emocional, incluso comercial, donde voces limpias dialogarán con guturales y se incorporarán incluso arpegios de teclados. Este ir y venir, que pasará desde temas más directos a uno que otro más oscuro, se sostendrá durante toda la segunda mitad del disco, volviéndolo algo predecible en su recta final (siendo este su único defecto) aunque siempre cumpliendo en materia técnica. 




Con Moment los suecos de Dark tranquillity ha vuelto a cumplir con doce canciones (diez quizás habría sido suficiente) donde han sabido incorporar a nuevos elementos entre sus líneas sin desequilibrar su característico sonido melódico. No descubren nada nuevo (tampoco hace falta) y salvo dos o tres canciones apuestan por un sonido en exceso correcto; no obstante, continúan sonando atractivos aunque por debajo a sus antecesores. Algo más de frescura se habría agradecido, digamos, salirse un poco del manual...

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