CRÍTICA de la película TAKERS (John Luessenhop, 2010): Review

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)

del blog ¿Y tú quién te crees que eres, Piltrafilla?

Takers es la historia de A.J, Jake, Jesse, John y Gordon, unos atracadores profesionales, metódicos y expertos que viven rodeados de lujo, esconden sus botines en paraísos fiscales e incluso dedican un porcentaje a causas benéficas. Es decir, que son criminales, sí, pero la aparente falta de víctimas mortales en sus atracos, los coches, los trajes y las chicas convierten en simpatía la envidia sana que sentimos como espectadores por un modo de vida que parece excitante. Un día, un tal Ghost –antiguo integrante de la banda- sale de prisión y después de contactar con la violenta y sanguinaria mafia rusa –se huelen problemas amiguitos- contacta con el grupo para ofrecerles un trabajo. En parte se sienten en deuda con él –le abandonaron en un atraco fallido en 2004-, pero dudan de si su acercamiento es sincero o busca algún tipo de venganza. Además de desconfíar de él, entre golpe y golpe acostumbran a dejar pasar un año para comportarse durante ese tiempo como ciudadanos normales. Ahora, reciente aún su último trabajo, no ven nada claro preparar un ataque a un furgón blindado.

Sin embargo, pese a las reticencias iniciales, la codicia les hace aceptar, algo que beneficiará en sus pesquisas al inspector Jack Welles que intenta recabar alguna pista sobre quienes han sido capaces de robar el Banco Federal de California en una planta de un rascacielos del centro de Los Angeles, a plena luz del día y huyendo a la vista de todos. Welles es el típico agente íntegro y testarudo con una vida familiar echada a perder –padre separado de una hija preadolescente-, obcecado en echar el guante a la banda de criminales. Eso es Takers, un juego del gato y el ratón con disparos, persecuciones, explosiones, mucha acción y un ritmo de cámara endiablado que hacen de esta cinta tan poco original en su planteamiento un producto notable de lo más ameno y agradable de ver. En resumen, cine palomitero de atracos –con mención explícita a The italian job- recomendado por este que escribe. Eso sí, el final me ha dejado algo insatisfecho.