por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC
En la década del auge de la Ciencia Ficción y el fantástico, era obligado recoger también los grandes títulos del terror, que además podían entroncarse con los anteriores géneros. De hecho, el terror fue uno de los géneros que más éxito tuvo, que creó más iconos y que mejor se renovó, incluso aunque muchos de sus productos no fueran especialmente brillantes. Es la década donde se desarrolló el slasher que surgió en los 70 (una vez gestado por Hitchcock en los 60). Un género bastante potente en esta época, que logró un buen número de iconos y “monstruos” que se eternizaron en décadas posteriores con infinitas secuelas. Es curioso ver como la pujanza del género en los 80 se va desvaneciendo con el avanzar de los años hasta casi no dejar nada reseñable en los dos últimos. He incluido también comedias de terror y títulos juveniles para no dejar mucho atrás.
Las mejores películas de terror de los años 80
AL FINAL DE LA ESCALERA (1980), de Peter Medak.
En 1980 se
realizaron dos de las más brillantes cintas de terror del cine moderno, “El
resplandor” de Stanley Kubrick y ésta “Al final de la escalera”, que además
tienen muchos aspectos en común. En ambas la trama va de fantasmas y su
desarrollo se aleja de lo convencional. “Al final de la escalera” es una de las
grandes obras del género sin duda, que lo dignifica y ejemplifica además de
mostrar un camino por el cual debería ir. Una película que huye del tópico y se
consagra a la enseñanza de que es mejor sugerir que mostrar, preocuparse por la
atmósfera y el ambiente que por los litros de hemoglobina. Scorsese la situó
entre sus películas de terror predilectas.
AULLIDOS (1981), de Joe Dante.
Curiosa y apreciable cinta de
terror con una propuesta original sobre la figura del Hombre Lobo. Y
protagonizada por Dee Wallace antes de “E.T. El Extraterrestre” (1982).
BITELCHÚS (1988), de Tim Burton.
La película que selló el
estilo y la estética de Burton. Cinta de culto que mezcla comedia y terror con
un formidable personaje protagonista interpretado por Michael Keaton para dar
forma a un delirio encantador y macabro.
CARRETERA AL INFIERNO (1986), de Robert Harmon.
Un pequeño
clásico de culto que se maneja entre el thriller y el género de terror.
Escalofriante Rutger Hauer, tiene escenas muy potentes. Una película muy
entretenida, aunque sus claves hayan sido muy imitadas.
CHRISTINE (1983), de John Carpenter.
King adaptado por
Carpenter. Siendo lo que es, la dirección de Carpenter presenta dignidad a este
mecanismo de terror que, seguramente, en otras manos hubiera caído en el
ridículo. Digna.
CREEPSHOW (1982), de George A. Romero.
Stephen King y George A. Romero
homenajeando a los comics de terror. El frikismo tiene en esta década su
auténtica explosión, incluso el germen de lo que llegaría. Cinco historias con
humor negro, terror y buen entretenimiento.
EL ANSIA (1983), de Tony Scott.
Particular acercamiento al
tema vampírico de Tony Scott. En su alocado delirio, se convirtió en cinta de
culto, con escenas turbadoras y morbosas. Lo mismo te encanta que te horroriza…
EL CORAZÓN DEL ÁNGEL (1987), de Alan Parker.
Un Noir en clave
fantástica y demoniaca con toques de terror, como mandaban los tiempos
ochenteros (ya saben los géneros que predominaban). Potente cinta de culto
donde recordaremos el buen trabajo de Rourke, al diabólico De Niro y la
sensualidad de Lisa Bonet.
EL DÍA DE LOS MUERTOS (1985), de George A. Romero.
La saga
zombi de Romero con un nuevo episodio, más claustrofóbico, serio, incluso
profundo en su contexto reflexivo, que pondría fin a su trilogía.
EL ENTE (1982), de Sidney J. Furie.
Una de las cintas de
terror más perturbadoras de los 80, y creo que, injustamente, algo olvidada. El
hecho de estar basada en hechos reales, la atmósfera enfermiza, la amenaza
invisible, la situación de impotencia, acaban dotándola de un gran poder de
sugestión y angustia. No deja indiferente.
EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (1987), de John Carpenter.
Carpenter, maestro del terror ochentero, con una de posesiones y demonios
eficaz donde lo más destacado es su trabajo en la dirección.
EL RESPLANDOR (1980), de Stanley Kubrick.
Kubrick, con la
idea clásica de la casa encantada, le dio un vuelco al terror, dotándolo de
personalidad, originalidad, dignidad, profundidad y abriendo caminos nuevos en
el manido y tópico género. Kubrick es la fusión de la mente privilegiada de un
ajedrecista de talento y el sentido visual de un fotógrafo excepcional. Y “El
resplandor” es, en suma, una de las obras indispensable del cine de terror, de
obligado visionado.
EN COMPAÑÍA DE LOBOS (1984), de Neil Jordan.
Cinta de culto
con un estupendo tono de cuento para materializar un original artefacto de
terror. Un acercamiento muy interesante a la mitología de los cuentos y los
lobos… Con Angela Lansbury además, entre otros.
GREMLINS (1984), de Joe Dante.
Un pequeño clásico de culto
juvenil, comedia de terror con unos monstruitos y una mitología que están ya en
el imaginario colectivo. Clásico producto de esta década.
HELLRAISER (1987), de Clive Barker.
Una de terror de culto,
género muy fructífero y exitoso durante los 80. Fantasías, infiernos que
conectan con la tierra, relaciones filiales perturbadoras y mucha sangre.
HENRY: RETRATO DE UN ASESINO (1986), de John McNaughton.
Ciertamente sobrevalorada por la distinta visión que se daba del asesino en
serie, es una aceptable cinta de culto de violencia explícita, dura, seca, sin
concesiones, que elimina cualquier tipo de romanticismo respecto a la figura en
cuestión.
JÓVENES OCULTOS (1987), de Joel Schumacher.
Vampiros
juveniles. Título de culto que actualiza el mito vampírico con un gran reparto
juvenil lleno de estrellas de la época. Una buena mezcolanza para reverdecer a
los chupasangre.
LA ANGUSTIA DEL MIEDO (1983), de Gerald Kargl.
Interesante y
poco conocida cinta de terror que resultará atractiva a los fans del género.
Realista, asfixiante y tensa, las peripecias de un asesino en serie acosando a
una familia aislada donde una chica adolescente cuida a su madre enferma y su
hermano con discapacidad intelectual les dará emociones fuertes.
LA COSA (EL ENIGMA DE OTRO MUNDO) (1982), de John Carpenter.
Uno de los más grandes clásicos del cine de terror de los 80. Remake de la
cinta de 1951 y nueva adaptación de la novela de John W. Campbell. Espeluznante,
verdaderamente inquietante y con unos grandes efectos especiales artesanales.
La psicosis y la desconfianza en ese entorno claustrofóbico y gélido. Una obra
maestra del género.
LA MOSCA (1986), de David Cronenberg.
Remake del clásico del
58 en el que Cronenberg goza resultando repelente y desagradable con el gore y
la monstruosidad. Cinta icono de la “nueva carne” patentada por el cineasta
canadiense.
LA NIEBLA (1980), de John Carpenter.
Bastante conseguida,
sin ser una de las grandes obras de Carpenter, logra lo que se propone de
manera minimalista, o mejor dicho, a la forma clásica, sin truculencias ni
gore, siendo el suspense el mejor de sus aliados.
MUERTOS Y ENTERRADOS (1981), de Gary Sherman.
Curiosa
película de terror ochentero, muy característica de la época, pero con
determinados aspectos que quizá la hicieron merecedora de correr mejor suerte.
Ahora es una película de culto no muy conocida, a pesar de su interés. Muy
anterior a obras como “El Sexto Sentido” (1999).
MUÑECO DIABÓLICO (1988), de Tom Holland.
Sin ser una cinta
brillante, marcó bastante en su día con una ingeniosa propuesta, la del terror
doméstico desde el objeto infantil. Ha tenido innumerables secuelas y no deja
de ser entrañable.
NOCHE DE MIEDO (1985), de Tom Holland.
Uno de los grandes
acercamientos al mito vampírico desde un punto de vista juvenil, adolescente.
Cinta atrevida y trasgresora, utiliza muy bien las metáforas y el simbolismo
clásico del vampiro para adaptarlos al mundo moderno y las tribulaciones de
esas edades.
PESADILLA EN ELM STREET (1984), de Wes Craven.
Un clásico
del cine de terror y el slasher de los 80. Con un toque metafísico en su
concepción, muy de Craven, la película convirtió al bueno de Freddy Kruegger en
un icono. Tiene interminables secuelas. Aquí debutó Johnny Depp.
PHENOMENA (1985), de Dario Argento.
Cinta de culto de
Argento, uno de sus clásicos films de terror donde el “giallo”, lo
sobrenatural, la hemoglobina y la atmósfera enfermiza se dan cita para
satisfacer a los fans del género.
POLTERGEIST: FENÓMENOS EXTRAÑOS (1982), de Tobe Hooper.
Con
Spielberg detrás, tenemos aquí otro pequeño clásico de culto dentro del género
de terror. Una cinta eficaz que popularizó hasta el término de su título y dejó
para la antología algunos momentos y frases. No me apasiona especialmente. ¡Ya
están aquiiií!
POSESIÓN INFERNAL (1981), de Sam Raimi.
Primera de la
trilogía infernal y diabólica de Raimi. Es un mecanismo de terror y gore puro,
episódico y sin sentido, pero fascinante y enérgico. Da inicio a una de las
trilogías más peculiares y eclécticas del género.
SCANNERS (1981), de David Cronenberg.
En su particular
estilo excesivo, sobre todo en los inicios, Cronenberg regala un título
original y desfasado que satisfará a los amantes del gore.
TÉNEBRE (1982), de Dario Argento.
Más terror, esta vez en
versión giallo. Uno de los grandes clásicos del director italiano con una trama
atractiva, la serie de asesinato calcando los relatados por el escritor
protagonista en su nuevo libro mientras visita Roma para promocionarlo.
TERRORÍFICAMENTE MUERTOS (1987), de Sam Raimi.
Una de las
secuelas más destacables y sui generis de la historia del cine. Una segunda
parte que convierte el mecanismo de puro terror surrealista de la anterior en
una parodia del mismo sin perder un ápice de fuerza. Terror con cambio de tono.
Magnífica, pero sólo recomendable si te gusta el rollo.
THRILLER (1983), de John Landis.
El mítico videoclip que
revolucionó el género, que cambió el concepto y la idea del videoclip y
catapultó a la obra de Michael Jackson a cimas nunca antes transitadas. Es el
disco más vendido de la historia.
UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES (1981), de John Landis.
Original comedia de terror dirigida por John Landis que se terminó convirtiendo
en un pequeño clásico de culto. Una combinación, el terror y la comedia
juvenil, que sorprendió y gustó mucho.
UNA PANDILLA ALUCINANTE (1987), de Fred Dekker.
No es, en
absoluto, una buena película, pero esta comedia juvenil de terror (cómo
gustaban estas mezclas en los 80, con mención destacada a este año) tiene al
menos el don de un planteamiento original para los jovenzuelos, si bien sus
logros no son muchos.
VAMPIROS EN LA HABANA (1985), de Juan Padrón.
Mítica cinta
de culto de animación y vampiros. Vampiros casi mafiosos. Dibujos para adultos,
frescos y sin complejos. Ideal para los que busquen cosas curiosas.
VIDEODROME (1983), de David Cronenberg.
Una de las películas
más perturbadoras de Cronenberg, que repite aparición este año. Cinta de culto
que no deja indiferente, de lúcidas y originales concepciones filosóficas y
toques gore, en consonancia con el estilo del director. El concepto de “nueva
carne” comienza a gestarse.
VIERNES 13 (1980), de Sean S. Cunningham.
Un clásico del slasher que no podíamos omitir en esta lista. Independientemente de sus tópicos y calidad cinematográfica, su impacto fue indiscutible, fe de ello dan las innumerables secuelas que ha tenido y, quizá, seguirá teniendo.
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