ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE TERROR DE LOS AÑOS 90 - El mejor cine de terror de los 90

domingo, 29 de noviembre de 2020

LAS MEJORES PELÍCULAS DE TERROR DE LOS AÑOS 90 - El mejor cine de terror de los 90

 

Drácula de Bram Stoker.

por MrSambo (@Mrsambo92)

del blog CINEMELODIC



Perdió bastante fuelle el género de terror, así como los otros que tanto proliferaron en los 80, con las nuevas voces y temas que fueron surgiendo. También es cierto que en la segunda mitad de la década la cosa fue cambiando. No fueron títulos de gran calidad, pero sí hubo auge y éxito con la renovación del slasher que protagonizó Wes Craven con su “Scream” (se añadieron títulos como “Sé lo que hicisteis el último verano”, “Leyenda Urbana”, “The Faculty…) y el terror oriental, que captó muchos adeptos. Curiosos síntomas según nos acercábamos al cambio de mileno. Recuerden… 

El día de la bestia.


Las mejores películas de terror de los años 90



ABIERTO HASTA EL AMANECER (1996), de Robert Rodriguez. 

Una enorme frikada, con muchos fans que se sorprendieron con el giro de guion a mitad de película, donde la obra puramente tarantiniana (se encarga del guión) de la primera parte se convierte en su desfase sangriento y vampírico que no llega al nivel ni de serie B en su dirección en la segunda. 

BLADE (1998), de Stephen Norrington. 

Acción y vampiros a mayor gloria de Wesley Snipes. Fue un gran éxito que dio para dos secuelas. 

BRAINDEAD (TU MADRE SE HA COMIDO A MI PERRO) (1992), de Peter Jackson. 

Cuando Jackson era un gamberrete fan del gore y las comedias desfasadas sin mucha sutileza. Esta, que mezcla todo eso, se convirtió en película de culto. 





CRONOS (1993), de Guillermo del Toro. 

El primer largo de Del Toro, un trabajo que me gusta mucho y donde se da una visión original del tema vampírico, muy manido. Y el fetiche de los relojes, el color rojo… obsesiones del director. Buen film fantástico. 

CUBE (1997), Vincenzo Natali. 

Estupenda cinta de Ciencia Ficción y terror, donde el director estadounidense se marcó un gran punto. Angustiosa, claustrofóbica, extraña e inquietante, te mantiene atrapado desde el primer instante… si te gusta el género. 

DRÁCULA DE BRAM STOKER (1992), de Francis Ford Coppola. 

Una de las grandes adaptaciones de la novela de Bram Stoker y del mito, muy respetuosa con muchos de los elementos que se han vulgarizado o tergiversado en otras versiones cinematográficas. Es una joya romántica excepcional. 

EL DÍA DE LA BESTIA (1995), de Álex de la Iglesia. 

Comedia negrísima y demoniaca que fue toda una revolución en nuestro cine, nos descubrió una personal voz esperpéntica y excesiva así como supuso la irrupción de Santiago Segura. Uno de los grandes éxitos de nuestro cine en esta década. Fenomenal Álex Angulo. 

EL EJÉRCITO DE LAS TINIEBLAS (1992), de Sam Raimi. 

Tercera entrega de la magnífica saga de Raimi, una de las más particulares, en las que se vuelve a cambiar el tono del film para convertirse en un puro divertimento aventurero. Muy divertida. 

EL PROYECTO DE LA BRUJA DE BLAIR (1999), de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez. 

Dio el pelotazo con una gran campaña publicitaria, subrayando la idea de metraje encontrado, y una realización muy eficaz, que incluso logró alguno de los planos más reseñados de la época. Luego se la quiso destrozar, pero ni tanto ni tan poco. 

EL SEXTO SENTIDO (1999), de M. Night Shyamalan. 

Tremendo éxito de Shyamalan, saludado como el nuevo Hitchcock (otro más), gracias a esta original cinta de terror que sorprendió a propios y extraños. Mejor director que guionista, su idea y metáfora contenida es francamente hermosa. Devolvió dignidad al denostado género de terror, siendo nominada al Oscar. 




EL ÚLTIMO ESCALÓN (1999), de David Koepp. 

No tuvo tanto éxito como “El sexto sentido”, pero es más que digna. Hipnosis, fantasmas, casa encantadas… Ciertamente apreciable, sobre todo si te gustan de este tipo. 

EL VIGILANTE NOCTURNO (1994), de Ole Bornedal. 

Entre el thriller y el terror de slasher, esta cinta danesa logró bastante éxito, lo que llevó a un remake protagonizado por Ewan McGregor. Un título efectivo. 

EN LA BOCA DEL MIEDO (1994), de John Carpenter. 

Una debilidad. Terror de reminiscencias lovecraftianas por Carpenter, uno de los títulos que más me gustan de su filmografía. Pura imprevisibilidad, atmósfera y tensión bien conducida. 

ENTREVISTA CON EL VAMPIRO (1994), de Neil Jordan. 

Un gran título vampírico siguiendo la novela de Anne Rice que se aleja del tópico y ofrece una novedosa perspectiva. Elenco de estrellas donde Tom Cruise se come a Brad Pitt. 




FRANKENSTEIN DE MARY SHELLEY (1994), de Kenneth Branagh. 

El tiempo la va poniendo en su sitio, aunque ya hace años que lo viene haciendo. Se la criticó por su exceso de barroquismo, pero finalmente el rigor de la puesta en escena gótica de Branagh se acabó imponiendo una vez analizada con detalle la obra. Es un espectáculo de gran profundidad e infinidad de detalles que se ríe de los que hablaban de sus movimientos de cámara viendo el cine actual… Los tópicos críticos. 




LA ESCALERA DE JACOB (1990), de Adrian Lyne. 

Tramposa película con el habitual efectismo de Lyne, aunque una trama atractiva que juega muy bien con sus tonos y los distintos géneros que integra dando coherencia a su fondo, previsible. Tiene sus adeptos. 

MIMIC (1997), de Guillermo del Toro. 

Clásica cinta de monstruo que Del Toro lleva a su terreno para facturar un preciso mecanismo que, particularmente, me dejó muy satisfecho. Infravalorada cinta. 

MISERY (1990), de Rob Reiner. 

Joya del cine de terror con una memorable Kathy Bates. La psicopatía de la admiración y el deseo retratado con magistral pulso por Reiner. Fantástico título de género, una pesadilla creciente y tremenda creada por Stephen King. El pobre James Caan lo pasa regular. Vigilad vuestros tobillos. 




PACTAR CON EL DIABLO (1997), de Taylor Hackford. 

Pacino se lo pasa “pipa” encarnando al maligno en esta cinta de intriga fantástica donde también destaca Keanu Reeves y una gloriosa Charlize Theron. Tiene grandes ideas y momentos en su irónica trama. 

PESADILLA ANTES DE NAVIDAD (1993), de Henry Selick. 

No, no la dirigió Tim Burton. A ver si cala. Burton es productor y diseñó la estética con muchos dibujos, pero el director es Selick, que también ha dejado otras obras magníficas en stop motion. El horror y lo entrañable en perfecta comunión para rendir a los más pequeños… y a los mayores. 

SCREAM (1996), de Wes Craven. 

Revitalizó el slasher con poderío y mucho metalingüismo. Un puro mecanismo de género que además ironizaba y reflexionaba sobre el mismo. Muy apreciable para los fans. 

SCREAM 2 (1997), de Wes Craven. 

Una buena y eficaz secuela que riza el rizo sobre los conceptos de la anterior. 

SLEEPY HOLLOW (1999), de Tim Burton. 

Cogiendo el relato de Washington Irving, Burton se zambulle en una pesadilla gótica que se adecuaba perfectamente a su gusto estético. Una película entretenida e interesante, que se beneficia de dicha estética personal, resultando un efectivo mecanismo de terror y fantasía. Me conformaría con este Burton… 

TEMBLORES (1990), de Ron Underwood. 

Película que recuerdo con cariño, vista por sorpresa en una sesión de tarde de mi infancia. No es una genialidad, pero fue un impacto muy entretenido. 

THE RING (1998), de Hideo Nakata. 

Pegó fuerte el terror japonés con títulos de este tipo. “The Ring”, en concreto, tuvo hasta remake y secuelas. Algunas imágenes aún provocan escalofríos.



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