ZEPPELIN ROCK: Crítica de PRECIOUS (Lee Daniels, 2009): Review

domingo, 5 de enero de 2020

Crítica de PRECIOUS (Lee Daniels, 2009): Review


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Precious es una película ambientada en Harlem a finales de los 80 que nos cuenta la historia de Claireece Jones, una chica de 16 años obesa, negra, analfabeta –es alumna en un típico instituto norteamericano atiborrado de jóvenes de las clases sociales más desfavorecidas en el que saca buenas notas sin saber leer ni casi escribir-, embarazada de su padre –de quien también tiene una niña con síndrome de Down-, maltratada, insultada y humillada por su madre. Como podéis ver, carne de suicidio, drogadicción o a saber qué.






Sin embargo, Claireece –a quien llaman Precious- es una adolescente con una fuerza de voluntad y un orgullo a prueba de bombas. Mientras su semblante aparece como el de una roca –necesario para soportar las agresiones del mundo exterior- y su cerebro se abandona a menudo a ensoñaciones de una existencia feliz, la pobre Precious es una chica que demuestra gran inteligencia y determinación en todos los aspectos de su vida.






Así, pese a las reticencias de su madre –quien quizás tenga algo de humanidad en lo más profundo de su ser o sea una víctima como su hija, pero ante la que solo puedo sentir desprecio- y gracias a la directora de su instituto, que es capaz de ver en Precious el potencial que esta tiene, entra en una escuela de educación alternativa en la que se desarrollará intelectualmente y como persona. Amiguitos, Precious es una película oscura –literal y metafóricamente en las escenas que Clairicee comparte con su madre- pero llena de esperanza en el argumento, que sigue la máxima de que los viajes más largos siempre comienzan con un único paso. Impresionante el trabajo de la debutante Gabourey Sidibe, que protagoniza esta película tras la cual está la mano -o el dinero- de Oprah Winfrey, comunicadora norteamericana que de pequeña se vestía con tela de saco y también sufrió abusos sexuales y que en la actualidad disfruta de una fortuna valorada en 2.300 millones de dólares y contactos con las más altas esferas del poder político de los Estados Unidos. Eso sí, el final de la película me parece algo triste ya que –en parte- supone un jarro de agua fría para el leit motiv de la trama. Sin embargo, no deja de ser otro ejemplo de la fortaleza y determinación de Precious, quien sacrifica su -de todas formas incierto- futuro siguiendo la que quizás es la única enseñanza aprovechable que ha podido aprender de las palabras –que no los hechos- de su impresentable y egoísta madre.

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