ZEPPELIN ROCK: Los mejores discos de rock del siglo XXI - La mejor música en lo que llevamos de siglo

jueves, 4 de octubre de 2018

Los mejores discos de rock del siglo XXI - La mejor música en lo que llevamos de siglo



por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos




ROCK N’ ROLL DEL SIGLO XXI

Que levante la mano quien no haya escuchado aquello de que “en la vida y en la música, cualquier tiempo pasado fue mejor”. Como ya he comentado alguna vez, es imposible que vuelvan a existir bandas de la magnitud de Led Zeppelin, Kinks o Pink Floyd. Pero eso nunca debería ser un impedimento para disfrutar de los buenos discos que los nuevos tiempos nos van dejando. Recopilo aquí una colección de los 27 discos que más me han gustado (seguro que me dejo algunos, pero ahora mismo son los que primero han acudido a mi llamada) de lo que llevamos de siglo, con la intención de reivindicar la música hecha en estos dieciocho años. Casi dos décadas donde parecía que íbamos a asistir primero al funeral del vinilo para, a continuación, continuar con el del rock and roll, y mire usted. Ah, por cierto, yo no me perdería por nada del mundo el disco de debut de los Greta Van Fleet. Dicho eso, comencemos, que el orden no sea lo importante, y larga vida al rock and roll en todas sus variantes y riquezas…


Wasting Light – Foo Fighters



Una bomba que estalla sin tregua a cuarenta y cinco revoluciones por minuto. Tengo la sensación de que a este disco no se le ha alabado lo suficiente. Pocos LPs pueden presumir de canciones como la que abren y cierran esta apisonadora en forma de rock and roll furioso y animal. Obligado para amantes de rock duro.

All I Intended To Be – Emmylou Harris




Hay voces que me acompañarían al fin del mundo, y esta es una de ellas. Emmylou comentó acerca de este disco que era una celebración de la vida y la muerte, y realmente es una manera inmejorable de celebrar toda una vida dedicada a la artesanía de la canción.

Favourite Worst Nightmare – Arctic Monkeys




Se podría elegir cualquier disco de estos tipos, pero este en concreto me parece el equilibrio perfecto entre esa rabia inicial y los gloriosos medios tiempos que llegarían después. Y sí, soy de los que piensan que Alex Turner es el mayor genio británico de los últimos veinte años.

Tempest – Bob Dylan




Tenía quince años cuando salió este disco, y me enamoré de él. Todo el mundo debería permitir alguna vez que la voz rota de Dylan ejerciese de guía en algún momento de su vida: es una experiencia vital esencial, y de paso se descubre que Robert Zimmerman era, es y será mucho más que Like A Rolling Stone.

Futurology – Manic Street Preachers




Puedes contar con los dedos de las manos los grupos que después de once discos se sacan de la chistera un trabajazo como lo que fue Futurology. Un discazo donde esa paleta de estilos que tan bien manejan los galeses vuelve a alcanzar una de sus cimas. Grupazo, seguramente bastante infravalorados.

Toxicity – System Of A Down




Una de las mejores sorpresas que nos trajo el cambio de siglo fue sin duda la música de System Of A Down. Este segundo trabajo les llevó a ser la banda sonora de mucha gente, especialmente por ese sonido que le daba una vuelta de tuerca al metal más puro, dispuestos a arrasar con todo.

Up The Bracket – The Libertines




Duraron poco, pero no importó: la intensidad de sus canciones, dotadas de un toque punk que terminó con Mick Jones produciéndoles el disco, fue suficiente para disparar con certeza en el alma de cada nuevo fan que les descubría. El día que me compré este disco comprendí lo que era un ajuste de cuentas.

Funeral – Arcade Fire




Una de las mayores revoluciones a golpe de talento que se han vivido en la música en los últimos años. Canciones llenas de matices que sorprenden a cada nueva escucha, con unos arreglos rozando la perfección en cada acorde que mejoran. Simplemente, un disco para la eternidad.

Back To Black – Amy Winehouse




En un alma tan pasional como la mía, no son pocos los discos que me entran directamente por la voz del artista en cuestión. Aunque se han dicho verdaderas exageraciones acerca de Amy Winehouse, si consigues aparcar a un lado los prejuicios, no será complicado disfrutar de una voz irrepetible.

Dig, Lazarus, Dig!!! – Nick Cave & The Bad Seeds




Siendo todo un veterano cuando salió a la venta este disco, Nick Cave rebuscó en sus entrañas el trauma que le había causado la historia de Lázaro. El resultado es un paso más allá en su carrera, y supone también tomar conciencia de lo complicado que suele resultar el convertir en sencillo lo complicado. Discazo.

Black Holes And Revelations – Muse




Pese a que son un grupo de directo, este probablemente sea el disco de Muse donde todo encaja, donde trallazos rock como Assassin conviven con himnos a lo Knights Of Cydonia. Compararlos con Queen es absurdo, pero Muse no dejan de ser lo que algunos discos suyos como este recuerdan: un gran grupo.

La Ley Innata – Extremoduro




Desde su aparición, Extremoduro con Robe a la cabeza han llevado el significado de la palabra transgresivo hasta lo más alto. Dividir una canción en seis partes puede parecer surrealista, pero en manos de Robe y los suyos lo cierto es que todo quedó en uno de los discos capitales del rock nacional.

Vespertine – Björk




Una de las artistas más singulares e inclasificables como Björk definió este disco como uno “de verano”. Dejando a un lado sus maravillosas locuras, me parece maravilloso que para este LP apostara por métodos analógicos, pero no menos que su forma de cantar, o susurrar, a lo largo del disco.

Is This It – The Strokes





Con esta cojonuda colección de canciones se les bautizó como los salvadores del rock, pese a que el tiempo haya dejado claro la credibilidad de tal afirmación. De todas formas, las canciones de este LP son como esa montaña rusa de la que no quieres bajar. Ya lo dijo Alex Turner: I just wanted to be one of the Strokes…

St. Vincent – St. Vincent



Hay obras maestras que no necesitan mucha carta de presentación. St. Vincent debería aparecer en cualquier lista de guitarristas mínimamente creíble, pero basta con escuchar este álbum para darse cuenta de que es mucho más que una guitarrista cojonuda. Banda sonora para absolutamente todo.

American IV: The Man Comes Around – Johnny Cash




No se me ocurre una forma mejor para poner fin a una vida de leyenda que grabar un álbum como este. Las versiones del disco dejan temblando a la palabra legendarias, pero las composiciones de Cash no se quedan atrás. Una despedida inmejorable para un legado que ya es eterno.

Backspacer – Pearl Jam




Este Backspacer nos muestra a unos Pearl Jam pletóricos, con ganas de comerse el mundo a golpes de rock, con la guitarra por bandera, y eso siempre son buenas noticias. Poco más de media hora fue necesaria para reventar tímpanos alrededor del mundo, con una receta tan incendiaria como sencilla: rock and roll.

Stories From The City, Stories From The Sea – PJ Harvey




Hay artistas cuya manera de contar historias te engancha sin saber muy bien por qué. A mí me pasa con PJ Harvey, que en este disco se inspira en Nueva York para mejorar la vida de cualquier bicho humano durante tres cuartos de hora mínimo, porque este disco es de los que pide repetir.

Raising Sand – Robert Plant And Alison Kraus




Robert Plant es mucho más que Led Zeppelin, del mismo modo que Eric Clapton es mucho más que Cream, y esta es una de las pruebas más evidentes. Probablemente nadie (yo, tampoco) pensó que la mezcla pudiera funcionar, pero nada más lejos de la realidad: es una gozada de disco. Larga vida…

Yankee Hotel Foxtrot – Wilco




Cada vez que suena este disco me parece más ridículo que en Reprise Records se negaran a sacarlo, y más valiente lo que hicieron Jeff Tweedy y compañía de apostar por subirlo a su web gratis. Dejando a un lado la portada, su contenido es pura delicatessen de la que hay que beber hasta la cirrosis.

The Rising – Bruce Springsteen




Las grandes desgracias suelen sacar lo mejor del ser humano artísticamente hablando. La Segunda Guerra Mundial nos dio La Lista de Schindler, y los atentados del 11-S el primer disco del Boss con su E-Street Band en dieciocho largos años, y vaya disco. Uno de esos a los que siempre hay que volver.

Accelerate – R.E.M.




De R.E.M. me gusta absolutamente todo, pero este disco en especial me atrapa como pocos. Soy fácil de conquistar a guitarrazo limpio y sucio, pero aquí se juntan los ingredientes del mejor rock and roll con la elegancia del savoir-faire para dar lugar a un disco que es una auténtica volada de cabeza.

The Book Of Souls – Iron Maiden




Un discarral lleno de momentos de los mejores Maiden desde tiempos inmemoriales, que además dio lugar a la mejor crítica de un disco que he leído en mi vida, cuyo enlace dejo por aquí: http://www.zeppelinrockon.com/2015/08/critica-de-book-of-souls-iron-maiden.html una hora y media que parecen segundos.

World Without Tears – Lucinda Williams




No podía faltar una de mis cancionistas favoritas de los últimos cuatrocientos años. No es difícil sentarse en el sofá, pinchar este disco, y pensar en mundos mejores, sin lágrimas. La vida en general mejora cuando suena Righteously, la mente se queda en blanco y te dejas guiar por un disco como este.

A Rush Of Blood To The Head – Coldplay




Coldplay es uno de los pocos casos en los que no aplaudo la evolución musical de un grupo. Les prefiero así, con las melodías de Daylight o Amsterdam bañándome los pies como si de las olas de la playa se tratara, y, como diría aquel, nada más. Se ha dicho en incontables ocasiones, pero ¡qué voz la de Chris Martin!

American Idiot – Green Day




Uno de mis discos favoritos de siempre, con trece puñales que ejercen a la perfección de canciones dispuestas a estallar la revolución en la vida de cualquiera que las escuche. Es esa sensación de creerte St. Jimmy, pero de no creer en Jesus Of Suburbia, de todo y de nada, y de cantar hasta la afonía.

Me Mata Si Me Necesitas – Quique González & Los Detectives




Hay discos que te acompañan en días malos y en días buenos, y se quedan para siempre en un rincón cualquiera de tu corazón para el resto de tus días. Recomiendo la experiencia vital de escuchar esta obra maestra a cualquiera que sienta la música de verdad. Repetirá.



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