ZEPPELIN ROCK: MUSE - Will of the People (2022): CRÍTICA Review

lunes, 7 de noviembre de 2022

MUSE - Will of the People (2022): CRÍTICA Review

 


Por Esteban Martínez (@EMartineC)



No cabe la menor duda de que algo se ha perdido en el camino. Entre la audacia de Origin of symmetry (2001) y el equilibrio rock/pop de Absolution (2004) + Black holes and revelation (2006) algo se desvaneció en la ruta. Aún así, pese a la displicencia de álbumes como The resistance (2009) o The 2nd law (2012), ambos discos contaron con momentos suficientes como para hacernos creer que aquello solo era un paréntesis, una salida a tomar aire, pero que el talento permanecía ahí escondido en algún lugar y este regresaría en algún momento. No fue así, sin embargo. Tres discos ya van desde entonces, marcando una larga y cada vez más decepcionante década para Muse, al punto de que hoy un disco como Will of the people realmente nos resulta indiferente, y es que hay tanta buena música sonando que perder el tiempo con algo así ni siquiera merece la pena...



Will of the people es un chiste y Matt Bellamy lo declara de entrada, con un tema homónimo que emula el 'The beautiful people' de Marilyn Manson pero en versión juguetona. No funciona, no genera gancho, tampoco gracia. Y desde ahí, cositas que se centran en los teclados como 'Compliance', la clásica partida a piano + posterior imitación a Queen en 'Liberation' además de algún guiño a las guitarras en 'Won't stand down' (que ilusiona en el subidón de su coro pero acaba por resultar totalmente inofensiva). En esa seguidilla intrascendente, la balada 'Ghost (How can I move on)' fuera de sonar cliché a más no poder, parece estar compuesta en una tarde cualquiera por un Bellamy que no sabemos si busca reírse de nosotros o realmente cree que emociona (¡que alguien le diga la verdad por favor!). Al menos 'You make me feel like it's halloween' se gradúa como lo más ridículo que han compuesto en su carrera, pero en un buen sentido, pues en esta si les quiero dar un punto: te causan gracia. Vamos, que si sacan un video haciendo alguna coreografía va a ser muy divertido. 



Curiosamente, en la recta final (el álbum es muy corto, lo cual se agradece) llegará lo único rescatable de este, primero con el rock de 'Kill or be killed', que revive los buenos (y lejanos) tiempos de Absolution (2004), luego las atmósferas entre teclados de 'Verona' y dos cosas que cumplen como 'Euphoria' + 'We are fucking fucked'. No deja de ser curioso el fenómeno: cuando Muse se disponen a rellenar el álbum con canciones random encuentran sus mejores momentos, pero no cuando realmente se proponen generar impacto, en una clara señal de lo extraviados que están. 

Quizás si el disco hubiese ido más en la línea de las cuatro últimas, mejores sensaciones habrían dejado. Lo cierto es que se han dejado el tiempo entre temas faltos de garra, que como chiste tampoco funcionan y que en materia de arreglos proponen cero. Nos la han dejado muy fácil: estamos ante lo más mediocre han publicado hasta ahora (y mira que la vara estaba abajo) y lo peor es que sabemos que podrían caer aún más. Los Coldplay del rock de guitarras, que duda cabe. 

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