ZEPPELIN ROCK: KINGDOM COME - In your Face (1989): CRÍTICA Review

sábado, 12 de noviembre de 2022

KINGDOM COME - In your Face (1989): CRÍTICA Review

 

por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia


Quizá no descubra nada si digo que hay discos que pasan al desván del olvido tan pronto como se editan o apenas unos meses después; y es cierto que rescatarlos del olvido puede dañar la popularidad de cualquiera que escriba sobre música. ¿Habiendo tantos discos imprescindibles? Pero relegar al estante inaccesible In your face es un error mayúsculo para cualquier amante del hard rock. ¿No te gustan las guitarras con buenos riffs y solos potentes? ¿La batería sonando con poder, un bajo machacando al fondo? ¿Un excelente cantante soltando unos estribillos para cantar a voz en grito? Pues eso tienes en este segundo álbum de Kingdom Come. Puto rocanrol glorioso.



Lenny Wolf, cantante y principal cerebro del grupo, hizo tándem con Marty Wolff, su manager, para la creación de una carrera musical exitosa desde principios de los ochenta. Comenzaron con un grupo al que llamaron Stone Fury. Emigraron a Los Angeles, por circunstancias crearon Kingdom Come, editaron un primer disco que vendió más de un millón de copias (quizá inmerecidas) y se fueron de gira con algunos grandes de la época (Scorpions, Magnum). Para grabar y girar ficharon a James Kottak a la batería, Johnny B. Frank al bajo, Rick Steier y Danny Stag a las guitarras y los teclados. Si en el primer disco casi la totalidad de las canciones estaban compuestas por los dos amigos, en este segundo disco la mayoría de las composiciones están firmadas por algún miembro de la banda, dotando de unas estructuras algo distintas. En cualquier caso, no hay duda que la compañía de discos confiaba en estos tipos. Cambiaron al productor, dejando el rollo más roquero de Bob Rock por el toque de Keith Olsen, quien venía de trabajar con Whitesnake (1987, Slip of the tonge), Ozzy Osbourne (No rest for the wicked) y la segunda encarnación de Bad Company (Fame and fortune). Incluso la portada y el artwork se encargó a otro máquina de la época, Hugh Syme (quien, curiosamente, imitó la idea de su propia portada del 1987 de Whitesnake).

Quizá por la sensación de éxito o por un extraño sentido del humor, la banda, junto a sus jefazos, decidieron titular al álbum In your face. Así dicho parece una declaración de fuerza o ímpetu: «en tu cara». Pero cuando lees del tirón el título con el nombre de la banda suena «Kingdom Come in your face», que viene a traducirse como «(El reino) se corre en tu cara». Una broma o una indirecta a todos los que les tachaban tras su disco debut de plagiadores o poco originales por su enorme parecido con Led Zeppelin. Ahí lo tenéis, disco de platino: me lo hago en tu cara. En fin.



Para escuchar este álbum yo recomendaría empezar por el final, esa última canción titulada Stargazer, una que vale por todo un álbum. Stag y Steier se sueltan un riff de guitarra reconocible, Kottak suma un marcado ritmo apoyado en los platillos con un buen uso del bombo y Wolf hace una gran interpretación vocal. «Stargazer/live it out/meet the maker» deja de meditar tanto, de mirar las estrellas y baja a vivir «living day by day/trying to get away». La melodía de la guitarra apoyando el estribillo suena fantástica. Por cierto, ya hay que tener valor para titular una canción con un título tan mítico cuando te han dado tanta caña con que «pareces» una banda famosa.

El primer single que se editó fue la inicial Do you like it, compuesta por toda la banda. Single de fines de los ochenta con una batería excelente, donde Lenny frasea más que entona las estrofas hasta un buen estribillo sencillo y directo; solo de guitarra punteado con poca pirotecnia. Una letra sobre una noche de concierto y rocanrol (¿o sexo?): «now you know the time is right/and you want to rock tonight/if you want to touch the sky/we can do it, you and I». De segundo single editaron Overrated donde Johnny B. Frank se luce marcando con su púa de principio a fin. Un corte divertido, rítmico, de gran estribillo, directo, básico, fácil de cantar en concierto, cambios melódicos entre las estrofas y un solo equilibrado. Como el anterior, apenas tuvo repercusión. De hecho, el disco comenzó vendiendo muy bien las primeras semanas, pero en seguida desapareció deslizándose poco a poco a ese desván de donde hoy lo rescatamos.

Más allá de estas tres referencias, el álbum resulta versátil en lo sonoro y en las temáticas. Aunque hay canciones de amor y fiesta, varios temas hacen reflexiones más o menos agudas sobre los problemas de la época. Gotta go (can’t wage a war) es antibelicista: «I’ve gotta go/go and fight someone/I don’t even know». Compuesta con Kottak, el patrón de batería marca el paso, profundo, un poco arrastrado, con las guitarras y el bajo jugando con los cambios y apoyando muy bien la línea melódica de Wolf. De los mejores estribillos. En Highway 6, otra de las destacadas del álbum, hablan sobre la muerte, quizá por las drogas o un suicidio: «Down the highway 6/I’m talking ‘bout the road/that’ll lead you to the river Styx». El río Estigia (Styx), que separa el mundo real del inframundo. «I lost a friend of mine/who took that road». Comienza con dos estrofas en las que solo escuchamos la voz y dos guitarras acústicas, rollo blusero, para convertirse en un torbellino roquero, quizá el más heavy del conjunto. Excelente trabajo de guitarras. Reflexionan sobre el paso del tiempo y el pasado en The wind, donde la influencia Zeppelin vuelve a aparecer con fuerza en una composición muy parecida a las de su debut. Lenny se confiesa mirando a su pasado que compara con un jardín o un océano lleno de barcos sin capitán, todo barrido por el viento «and still the wind is gonna blow/sometimes fast and sometimes slow». Buen ritmo, con mucho reverb en la voz, una parte media con un toque ambiental y un buen solo.

No faltan canciones de amor y sexo. En Who do you love pregunta Lenny a quién amas de corazón, no te dejes engañar «you can’t see/’til your heart/is set free», así que elige bien porque no voy a esperar más. Quizá de los más melódicos, con protagonismo de los teclados en las armonías, una pequeña intro de guitarra, que juega a intercambiar líneas con la voz y un buen solo, bien trabajado. Perfect «O» es una canción sexual: «touch the secret inside you, babe/while our bodies shaking so/oh, the way you tease and please». Vuelve descarado ese sonido del debut, con un riff digno de Page, sin duda alguna, y Lenny se deja poseer por Plant una vez más. Bien los cambios de ritmo y Stag se marca un buen solo. Sin abandonar ese poso zeppeliano, con un deje blues, Just like a wild rose nos cuentan una aparente historia de abandono amoroso, aunque podría interpretarse como el canto del adicto al dejar de sentir la fuerza de la droga «I never knew, I never knew/that I could feel so strong inside». De cualquier manera, Lenny está soberbio. Y Mean dirty Joe engancha con el fantástico fraseo de la guitarra y el patrón rítmico del tema, con buenos cambios, donde Kottak de nuevo marca con el tambor y el bombo la pauta. Una historia de pérdida: «where did you go/You’re really all alone».



In your face se editó en abril de 1989 y. para agosto. Lenny había decidido cambiar de aires. Echó a toda la banda, contrató a otro manager y quiso ser una rocanrolstar. Lo curioso es que la espantada sucedió justo antes de comenzar una gira con WASP al mismo tiempo que Blackie Lawless prescindía también de su guitarrista Chris Holmes y cancelaba la gira; estaba gafada.

No nos queda más que pinchar el disco de principio a fin y gozar con esta joya de hard rock donde todo encaja y nada sobra. Hemos de olvidarnos de ese regusto zeppelin de su debut, que aquí aparece en la dosis justa, y disfrutar de lo lindo.

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