ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película ZOMBIE 108 (Joe Chien, 2012): Reseña

domingo, 27 de noviembre de 2022

CRÍTICA de la película ZOMBIE 108 (Joe Chien, 2012): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Os quisiera hoy hablar de la película taiwanesa Zombie 108, dirigida en 2012 por Joe Chien. El argumento nos cuenta cómo una epidemia –cuyo origen en el accidente de un laboratorio donde se hacían experimentos genéticos inoculando virus en humanos se nos explica en tres minutos durante los títulos de crédito- convierte a la población en zombies sedientos de sangre humana. La verdad es que, después de haber conseguido en su día la película y mientras buscaba los pósters de la misma para ilustrar mi reseña me encontré con que se trataba –en opinión generalizada de la crítica- de un producto de lo más infecto, una enorme basura de la que –al parecer- era imposible sacar nada bueno. Aún así, lejos de arredrarme, decidí tirar adelante con mi voluntad de ver Zombie 108.





Con guion y dirección de ese tal Joe Chien, Zombie 108 comienza con una mujer que despierta tras un accidente de coche en medio de una ciudad devastada con su marido inconsciente al lado y su hija pequeña Chloe desaparecida. Buscándola, entra en unos grandes almacenes –que nos permiten constatar que los Carrefour de Taipei son como los de cualquier parte del mundo- en donde se encuentra con unos zombies enloquecidos. Consigue escapar y encontrar a su hijita –que deambulaba por la calle- pero los zombies están a punto de darles caza. Entonces aparece un tipo que las salva, un psicópata tullido que tiene el interior de su coche forrado de recortes de revistas pornográficas y que –vaya por Dios- las lleva a su hogar, en donde mantiene secuestradas a otras jóvenes encadenadas en el sótano para someterlas sexualmente junto a zombies esclavos. No me digáis que ese inicio no podía haber sido el comienzo de una gran película bizarra y desviada de gore y torture porn. Sin embargo, Zombie 108 comienza a deslavazarse a partir de ese instante y se convierte en una mezcla enrevesada y caótica de ideas vistas en otras cintas y pasadas a la pantalla con escaso talento. Música death metal, go-gos en topless, morreos lésbicos, traficante seboso, drogadicto y gritón, estética de víçideoclip, la presencia de los SWAT, ensaladas de tiros, fotografía manipulada digitalmente, interpretaciones infames y un guion pésimo, efectos de maquillaje de baratillo y un montaje sincopado que en lugar de aportar tensión lo que provoca es que uno no se entere muy bien de lo que está viendo.



En fin, piltrafillas, que parecía una cosa... y fue otra bien distinta. Pero no os creáis que es de lo peor que he visto, ni mucho menos. Así que, si sois de los que os gusta el buen cine iraní o de los que quedáis los domingos por la mañana para intercambiar cromos de las películas de Lars Von Trier, bueno, huid de esta cinta como de la peste. Por otra parte, si además de amar el cine de calidad también sois capaces de disfrutar de tanto en tanto de simpáticas obras casposas y frikis o de gore del malo, no le hagáis un feo a Joe Chien y llamad a los amigos. Zombie 108 y unas cuantas cervezas os harán más llevadera cualquier tarde de domingo.

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