ZEPPELIN ROCK: THE STROKES - The New Abnormal (2020): Crítica review

jueves, 16 de abril de 2020

THE STROKES - The New Abnormal (2020): Crítica review


por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos




Pongamos las cosas en perspectiva desde el minuto 1. Julian Casablancas acaba de comentar que este The New Abnormal de The Strokes es su cuarto disco favorito de la banda. Una declaración que podría sonar contundente viniendo de una banda con una trayectoria sólida a sus espaldas, pero que resulta una señal inequívoca sobre cómo están las cosas en la banda neoyorquina, que cuenta con seis discos de estudio en su haber. Acostumbrados a los egos desproporcionados defensores de cada último LP, se agradece la honestidad de Casablancas; si bien es cierto que mejorar aquel terrible Comedown Machine de 2013 era muy fácil, este nuevo disco tampoco tiene gasolina para mucho más. Muy poco queda ya de los tipos que nos vendieron como los salvadores del rock.



Hay bichos humanos que opinan que este es el disco de madurez del grupo. Sin ánimo de entrar en el eterno debate de lo que es un disco de madurez y lo que no, a mí lo que me parece es el resultado de una banda que se ha quedado sin ideas. Son muchos años ya sin entregar un LP sólido que le haga justicia a un grupo capaz, no olvidemos, de entregar en apenas tres años dos señores discos como lo fueron Is This It y Room On Fire, aunque hayan pasado casi dos décadas desde aquello.




Siempre insisto en mi defensa del cambio de sonido en las bandas si la calidad permanece intacta, a no ser que hablemos de Motörhead o AC/DC. Pero ese acercamiento al sonido de las pistas de baile en varios de los temas de este nuevo trabajo es el quiero y no puedo por antonomasia. The Adults Are Talking ofrece un comienzo insulso que, por desgracia, no es capaz de evolucionar en algo mejor con la llegada del estribillo. En esencia, supone un buen ejemplo de lo que nos vamos a encontrar a lo largo del disco: canciones predecibles de dudosa aportación. Brooklyn Bridge To Chorus sí tiene esa chispa al comienzo que invita a mover tus caderas cuando todo vaya mal, pero con la llegada del estribillo el resultado no acompaña en absoluto. La nota positiva es la mejora del falsete de Julian Casablancas, aunque no faltará quien afirme que empeorar eso era misión imposible. Bad Decissions, copia descarada del Dancing With Myself de Billy Idol, seguramente se sitúe entre los momentos destacados del álbum, lo que vuelve a ejemplificar a la perfección esa escasez de inventiva tan preocupante. Eternal Summer, cuyos tiros apuntan al cambio climático, vuelve a ser otro ejercicio de copiar y pegar, en este caso del Ghost In You de los Psychedelic Furs. Con todo, pese a que se hace algo larga y termina por cansar, también es otra canción importante en el disco.




Con la sensación de estar ante un disco de momentos efímeros, llega At the Door para volver a evidenciar la ya mencionada alarmante ausencia de creatividad. Why Are Sundays so Depressing parece una canción de resaca, y como tal, deseas que acabe lo antes posible. El vuelo remonta momentáneamente con Not the Same Anymore, donde Casablancas canta en contra de continuar jugando al viejo juego de siempre, pero termina por no sostenerse de ninguna manera. Unos solos más intrascendentes que un nuevo disco de Bon Jovi ostentan parte de culpa, pero seamos sinceros: a medida que avanzan los segundos, el diagnóstico se presenta nítido, y es que la canción, como los Strokes, simple y llanamente no da para más.

Brooklyn Bridge to Chorus

Bad Decissions

No hay comentarios:

Publicar un comentario