ZEPPELIN ROCK: THE JEFF HEALEY BAND - See the Light (1988): CRÍTICA review

sábado, 18 de abril de 2020

THE JEFF HEALEY BAND - See the Light (1988): CRÍTICA review


por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia




Recuerdo que la  primer vez que tuve ocasión de presenciar la figura de Jeff Healey tocando en el vídeo de "Confidence man" y no podía creerlo: aquella fabulosa guitarra la tocaba un tipo ciego con el instrumento apoyado sobre sus rodillas. Ese mismo día fui a comprar este See the light y a terminar de alucinar con la magia del guitarrista canadiense y sus compinches en The Jeff Healey Band: el batería Tom Stephen y el bajista Joe Rockman. Menudo trío de hard blues rompecuellos. Con la producción de Greg Ladanyi hicieron un disco nada complicado, bien cercano, pero lleno de magia por todos lados y esa forma de interpretar única de Jeff, con su slide, los bendings imposibles y la perfección técnica.




El inicio del álbum con Confidence man te deja boquiabierto. ¿Cómo puede tocar así la guitarra? Con esa pasión roquera, ese fuego blues, todo tan bien equilibrado. My little girl, cálida, con otra bestial interpretación y un teclado de lujo a cargo de Benmont Tech. En River of no return se relaja, la voz cobra un protagonismo especial, de las mejor cantadas, con un coro femenino, y una guitarra suave. Vuelta al rock con tintes sureños, armónica incluida, de Don’t let your chance go by, donde se acerca a Steve Ray Vaugham.




Una balada eighties titulada Angel eyes le permite volver a lucirse con la voz y le abrió las puertas del mercado mayoritario al ser su primer single de éxito (llegó al número 5 en Estados Unidos). Nice problem to have, en cambio, suena a garito ponzoñoso, un instrumental sencillo pero efectivo. En Someday, someway y I need to be loved nos regala dos ejemplos de blues accesible, con estribillos y líneas melódicas atrayentes, pero sin perder esa magia guitarrera (tremendo solo en I need to be loved). Se arranca con una versión de los mismísimos ZZ Top, el Blue Jean blues, que apareció en la película Road House, muy bien terminada.

Para el final del álbum nos deja tres joyitas. That’s what they say suena asfáltica, a corazón roto, da calor y emociona, de las mejores del álbum y con una letra muy conseguida. La instrumental Hideaway te menea el culo con su ritmo de blues clásico y la final See the light (heavy blues, gente) redondea una colección de canciones que presentaba al mundo a otro genio que murió demasiado joven.

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