ZEPPELIN ROCK: Crítica de PARANOID de BLACK SABBATH (1970): Review reseña

martes, 7 de abril de 2020

Crítica de PARANOID de BLACK SABBATH (1970): Review reseña


por JLBM


Había pasado cosa de un año entre aquel Black Sabbath, el primer disco de la banda británica, y este Paranoid, su segundo trabajo. Visto desde el presente bien podemos decir que Black Sabbath había sido un álbum de debut absolutamente glorioso, un esfuerzo que había sembrado el germen del heavy metal, pero en Paranoid se observan una serie de diferencias sustanciales capaces hoy en día de explicar por sí solas la historia del heavy metal.




A ver, los poderosos e indomables riffs del Black Sabbath continúan siéndolo en Paranoid, pero ahora más elaborados y refinados, dejando para la historia un puñado de clásicos magistrales. Un alucinante viaje de riffs estratosféricos, baterías poderosas y líneas de bajo demoledoras, plagado de letras sombrías y oscuras, irónicas y de humor negro en muchos de los casos. Su asombrosa producción, a cargo de Rodger Bain, nos traslada en décimas de segundo de la calma desértica a la mayor de las tormentas.

Es evidente que se puede considerar Black Sabbath como un álbum de heavy metal, pero es en Paranoid donde Black Sabbath define por completo su sonido, recortando los elementos de blues rock y perfeccionando de manera contundente esos riffs marca de la casa. Tony Iommi probablemente suena aquí como nunca lo ha hecho y Ozzy integra de manera impecable su personalísima voz en la trama del álbum, pero sin duda la sección rítmica es la clave de Paranoid, con Geezer Butler y Bill Ward aumentando progresivamente su endemoniado ritmo de manera estratégica, pavonando este inmenso conglomerado de ilustración metal.




Paranoid comienza de la mejor manera posible. "War Pigs" es uno de los paradigmas del heavy metal, de estructura clásica de bajos y altos encadenados. Resulta pegajosa, firme y cohesiva en forma de alegato anti militar. "Paranoid" es uno de los clásicos más reconocibles de la banda, compuesta a última hora, con ese riff tan sugestivo y adictivo, aderezado con un ritmo absolutamente contundente. Black Sabbath se sirve de la experimentación para salirse de la línea maestra trazada en "Paranoid" en "Planet Caravan", una extraña y adictiva mezcla donde las acuáticas guitarras de Iommi, melódicas y maduras, se mezclan con hipnóticos bongos mientras una gloriosa línea de bajo de Butler nos traslada a remotos parajes. La brutal "Iron Man" es poseedora de uno de lo riffs más abrasadores y reconocibles de todos los tiempos. Su demoledor inicio de batería, sus robóticas voces, el eco y su magistral solo, la colocan no sólo en los altares del heavy metal, también por derecho propio en los del rock. "Electric Funeral" se llena de maravillosa lírica y lentos y asombrosos riffs en un políticamente incorrecto metal de ciencia ficción. "Hand Of Doom" se sirve del abuso de las drogas para trasladarnos en un mar de riffs casi dulces a los estribillos que romperán luego en tempestad, guiados por un trabajo de bajo de altura. "Rat Salad" es el tema instrumental de Paranoid, lleno de potencia y protagonismo de Bill Ward, incluso con un asombroso solo de batería, algo muy difícil de escuchar en un álbum de estudio. ¿Por qué no se incluye a Ward en las listas de mejores bateristas de todos los tiempos?. Paranoid termina con el humor gótico de "Fairies Wear Boots", un nuevo alegato sobre el abuso de drogas.




Paranoid es, sin duda, un álbum que ha envejecido tan bien que se puede decir incluso que no ha envejecido. Un trabajo clave en la historia del heavy metal y por supuesto en la del rock. Black Sabbath dio el pistoletazo de salida y Master Of Reality es asombroso, pero la importancia histórica de Paranoid es innegable, así como la calidad de los temas y su sonido general. Sin Black Sabbath y, sobre todo, sin Paranoid, es posible que el heavy metal no hubiese existido, un heavy metal que no se explica sin Paranoid, álbum en el que queda expuesto en toda su plenitud.

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