ZEPPELIN ROCK: Los que nos aconsejaba Marco Aurelio (Pensamientos, 12): selección

domingo, 2 de octubre de 2016

Los que nos aconsejaba Marco Aurelio (Pensamientos, 12): selección


Continuamos con la selección de meditaciones y pensamientos del emperador y folósofo romano Marco Aurelio. Y es ya la duodécima entrega.


Libro Undécimo

V

¿Cuál es tu oficio? El de ser un hombre de bien. ¿Cómo llegar a serlo con seguridad, sino por los principios que inspira el estudio de la naturaleza universal y de la constitución particular del hombre?



XV

[...] El hombre franco y honesto debe ser como aquel que exhala un olor particular: que al aproximarse a él uno sienta buen o mal olor, según con quien trata. La ostentación de franqueza es un puñal disimulado. Nada hay más indigno que las falsas caricias; evítalas todo cuanto puedas. El hombre que es virtuoso, humilde y bueno refleja en su vista todo su pensamiento sin disimulo.


Libro Duodécimo

I

Todos esos bienes que deseas y por los que trabajas para adquirirlos con mil rodeos, puedes poseerlos desde hoy mismo a condición de tener cuidado de ti. He aquí el medio: olvida todo lo pasado, entrega el porvenir a las manos de la Providencia y ordena el presente, guiándote únicamente por la santidad y la justicia; en la santidad, amando tu destino tal como es, puesto que la naturaleza lo ha hecho para ti, y tú eres hecho para la naturaleza; en la justicia, diciendo siempre libremente y sin dudar la verdad y obrando conforme a las leyes y a la dignidad

Que nada te moleste: ni la maldad de los otros, ni sus opiniones, ni su lenguaje, ni aquello que puede resentir esa masa de carne que te envuelve; ella es la que sufre; luego, que avise.

Ve ahí pronto el fin de tu carrera. Si desprecias el resto con el fin de no agregar el premio sino a la razón, tu guía, y a aquello que hay de divino en ti, si temes no dejar de existir algún día, sino solamente no haber nunca comenzado a vivir conforme a tu naturaleza, serás un hombre digno del mundo que te ha dado el ser; cesarás de ser un extranjero en tu patria, de extrañarte de cuanto ocurre todos los días, como si fuese inesperado, y por último de depender tanto de esto como de aquello.

ZR

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