ZEPPELIN ROCK: Crítica de "Halloween: el origen" (Rob Zombie, 2017): Reseña

viernes, 18 de agosto de 2017

Crítica de "Halloween: el origen" (Rob Zombie, 2017): Reseña


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Estoy seguro, piltrafillas, de que casi todos vosotros conocéis a Freddy Krueger, el protagonista de las diversas entregas cinematográficas de la saga Pesadilla en Elm Street. Sin embargo, antes que con él, los adolescentes ávidos de emociones fuertes ya se habían asustado con las andanzas de Jason Voorhees, uno de los más prolíficos –tanto en víctimas como en secuelas de la cinta original- asesinos de las pantallas cinematográficas.




Sin embargo, ni Freddy ni Jason fueron los primeros en poner los pelos de punta a jovencitos y jovencitas amantes del terror; no, amiguitos, el primer psicópata que inició su propia serie de films sangrientos fue el inquietante Michael Myers –no confundir con el actor canadiense que ha dado vida a Austin Powers-, que llegó a nuestras vidas a finales de la década de los 70 en la seminal Halloween.

Pues bien, 30 años después de su estreno llegó a nuestro país la precuela que Rob Zombie rodó para explicarnos el principio de la historia, o lo que es lo mismo, su particular visión del origen del monstruo. Debo deciros que a mí no me atraen especialmente este tipo de películas. He visto, eso sí, la primera de cada una de las sagas que os he mencionado, pero esta vez tenía ganas de ver la película de Rob Zombie, no solo porque es un director –y músico- que me gusta mucho, sino porque esta Halloween no es la típica secuela-copia-de-la-anterior.




Deciros que finamente la vi y no me defraudó en absoluto. Me pareció una buena película, tanto para los que ya conocían el personaje como para los que lo descubrieron entonces. A destacar la elección de Daeg Faerch –posee una mirada que asusta- para hacer de Michael con 10 años. Por decir algo negativo, me hubiese gustado que la parte final de la cinta no hubiese quedado tan oscura. A veces, la total ausencia de luz en algunas escenas no provoca terror en el espectador. Al contrario, el tener que imaginar lo que está pasando a tenor de gritos y jadeos aburre y acostumbra a ser sinónimo de bajo presupuesto, algo de lo que no creo que sufriese el señor Zombie en esta película –repito- más que notable en mi opinión.

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