Dies irae
por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC
Este 1943 es un año muy ecléctico en cuanto a los títulos más brillantes se refiere, con muchos y variados géneros entregando buenas películas. Menos brillante, en general, que otros anteriores con respecto a la sonoridad de las películas.
Comienzan a destacar los títulos de horror (ya aparecieron ejemplos en años anteriores, como La mujer pantera), también negros, de la RKO, impagable productora, también distribuidora de títulos Disney hasta 1953, que sublimó esos géneros con una estética deslumbrante y reconocible, rescatando las excelencias del expresionismo alemán y aplicándolos con sabiduría y talento.
Las mejores películas de 1943
(lo mejor del cine de 1943)
ALMA REBELDE, de Robert Stevenson.
Me fascinó de esta película su estética expresionista. Adaptando a “Jane Eyre” de Charlotte Brontë, con una atmósfera gótica y viciada, de claroscuros y estilo barroco, entre hitchcockiana y wellessiana, que atrapa desde el primer minuto. Una obra excelente.
CINCO TUMBAS AL CAIRO, de Billy Wilder.
Poco valorada película esta de Wilder. De sus primeras obras, que ahora parece casi olvidada, eclipsada por las grandes obras maestras del genio. Una cinta de intriga magistralmente narrada por Wilder, que merece todo el reconocimiento. Es el tercer largo del director, segundo en su etapa americana.
DESTINO TOKIO, de Delmer Daves.
Una bélica y con submarinos protagonizada por Cary Grant. Correcta y entretenida obra de Delmer Daves, que si bien no es nada del otro mundo, hace pasar un buen rato.
DIES IRAE, de Carl Theodor Dreyer.
Descomunal obra maestra de Dreyer, uno de los mejores directores europeos de todos los tiempos. A la altura de “Ordet”, que se dice pronto, retrata el fanatismo, el totalitarismo y la intolerancia como pocas.
EL CUERVO, de H. G. Clouzot.
Más que interesante director este Clouzot, con un buen puñado de películas extraordinarias que irán llegando a estas listas. La que aquí os traigo es una intriga que muestra la podredumbre e hipocresía moral de un pequeño pueblo. Magnífico guión y estupenda dirección. Merece mucho la pena.
EL DIABLO DIJO NO, de Ernst Lubitsch.
Más lecciones de Lubitsch.
Más lecciones de Lubitsch.
Magistral ejemplo de ese “toque” casi indefinible que lucía el maestro. Un clásico absoluto de la comedia y también del fantástico, por qué no, con ese hombre que muere prematuramente y que conoce al diablo, con el que revisará su vida, convencido de que debe ir al infierno por su disipada existencia.
EL HOMBRE LEOPARDO, de Jacques Tourneur.
No es la que vuela a más altura de las cintas de terror que Tourneur realizó en esta esplendorosa época. Inferior a “Yo anduve con un zombi”, también de este año, y “La mujer pantera”, del año anterior, no deja de ser una buena película a caballo entre el cine de terror y el de misterio, lo que para el director era uno de los defectos del film.
ESTA TIERRA ES MÍA, de Jean Renoir.
Con un reparto impresionante (Charles Laughton, Maureen O’Hara, George Sanders), Jean Renoir, maestro de maestros, deslumbra con este drama antinazi de grandes personajes y relaciones, donde la característica humanidad del director reluce con luz propia.
GOUPI MAINS ROUGES, de Jacques Becker.
Becker nos presenta a una particular familia que se rige al margen de la sociedad y la ley, resolviendo sus conflictos en base a sus propias tradiciones, heredadas de padres a hijos. Un drama con intriga rural más que atractivo y poco conocido que no os decepcionará. Jacques Becker es un cineasta impagable, soberbio.
INCIDENTE EN OX-BOW, de William Wellman.
Magistral western, obra maestra de William Wellman, un talento infravalorado, como no me cansaré de repetir. Fue uno de los primeros análisis que hice para el blog, ¡y aún no lo he publicado! Duro, reflexivo, realista, implacable e impecable. Una obra que vuela a una altura inmensa, pero que sorprendentemente no es de los más conocidos dentro del género… De obligado visionado.
LA NINFA CONSTANTE, de Edmund Goulding.
Sutil drama con triángulo amoroso que dio su tercera nominación al Oscar a Joan Fontaine en un papel de adolescente. Sobria y bien desarrollada, es una de esas películas de inmensa calidad que pueden pasar desapercibidas a muchos cinéfilos que revisen el clásico.
LA MANO DEL DIABLO, de Maurice Tourneur.
No es de Jacques, pero sí de otro Tourneur. Un entretenido mecanismo de fantaterror muy desconocido pero apreciable.
LA SOMBRA DE UNA DUDA, de Alfred Hitchcock.
Obra maestra de Hitchcock. El retrato de lo cotidiano y el horror que esconde. Pocas veces mejor mostrado que aquí. Siempre se la recuerda como en segundo plano, aunque cuando viene a la memoria pocos dudan de su calidad. Joseph Cotten deslumbra en su papel de seductor asesino, clavándolo. Impagable atmósfera, profundidad y manejo del suspense por parte del maestro.
LAS AVENTURAS DEL BARÓN MUNCHAUSEN, de Josef von Báky.
Hito de la cinematografía alemana, de la UFA, productora nazi, que echó el resto para conmemorar su 25 aniversario. Una película espectacular para la que no se escatimaron esfuerzos y millones adaptando la novela de Gottfried August Bürger. Pura imaginería aventurera y fantástica, puro desfase. Terry Gilliam recuperó el personaje en 1988, en la que es la adaptación más conocida.
LOS ÁNGELES DEL PECADO, de Robert Bresson.
Primera película de Bresson que traigo a estas listas. No traje ninguna antes porque este es su primer largo… Los inicios del maestro del fuera de campo. Interesantísima película de un talento a reivindicar, de influencia mayestática, con un estilo absolutamente personal.
LOS VERDUGOS TAMBIÉN MUEREN, de Fritz Lang.
Segunda de la tetralogía de temática antinazi, tras “El hombre atrapado” (1941) y justo anterior a “El ministerio del miedo” (1944), que se cerraría con “Clandestino y caballero” (1946). Muestra excepcional de la maestría de la que era capaz con cualquier tema y en cualquier película el genio de Lang. Una bella película sobre la solidaridad de un pueblo. De calidad excelsa. Extraordinaria.
LUMIÈRE D’ÉTÉ, de Jean Grémillon.
Interesante película sobre triángulos y cuartetos amorosos, sobre las arbitrariedades y vicisitudes del ilógico amor, sus azarosas idas y venidas. Muy desconocida, muy apreciable.
MADAME CURIE, de Mervyn LeRoy.
No es una película extraordinaria, aunque sí muy buena. Lo cierto es que le guardo gran cariño por ser de las pocas que nos pusieron en el colegio. Fue mi primer y fascinado acercamiento a esta mujer (y a su marido) excepcional. Dirigida por LeRoy, además, lo que es otro punto a su favor.
OBSESIÓN, de Luchino Visconti.
El debut del maestro italiano adaptando a James M. Cain y su “El cartero siempre llama dos veces”, algo que no sabrán muchos. Considerada en amplios círculos como la primera obra neorrealista. Ahí es nada.
POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS, de Sam Wood.
Conocida adaptación de la novela de Hemingway con Gary Cooper e Ingrid Bergman en los papeles protagonistas. Romanticismo en tiempos de guerra con un solvente resultado, aunque sin alardes.
SAGRADO MATRIMONIO, de John. M. Stahl.
Es de justicia recuperar más títulos de este magnífico director, referente del melodrama, pero que aquí facturó una estupenda comedia de enredo poco valorada. Échenle un vistazo, que no por poco conocida es menos buena.
VIDA Y MUERTE DEL CORONEL BLIMP, de Michael Powell y Emeric Pressburger.
Retrato de una vida en plena 2ª Guerra Mundial. Una película profunda en la que es la segunda colaboración conjunta de este dúo de extraordinarios cineastas, con un universo estético excepcional. Una gran película sobre la guerra, sus miserias y la irremediable necesidad de afrontarla en determinadas situaciones.
YO ANDUVE CON UN ZOMBIE, de Jacques Tourneur.
Una de las grandes joyas del director, uno de los indiscutibles maestros del género, así como del terror de todos los tiempos. Sugerencia, poesía, atmósfera, claroscuros, expresionismo elevado a la quintaesencia… Serie B de primer nivel, la producción de Val Lewton y la misma senda que “La mujer pantera”. Me gusta menos que aquella, pero es un título indudablemente mítico.
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