ZEPPELIN ROCK: Blessed By A Broken Heart – Feel the Power (2012): Crítica del disco (review)

sábado, 26 de mayo de 2018

Blessed By A Broken Heart – Feel the Power (2012): Crítica del disco (review)


por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia



Este grupo llamado Blessed By A Broken Heart, de Canadá ellos, promueve con su música un metal que enraíza en los 80, con claras referencias a los grupos glam y heavyrock de la época. No obstante, muestra una personalidad propia con elementos shredding, muchos solos doblados y un ritmo vertiginoso cercano, por ejemplo, a Avenged Sevenfold o Kissin´Dynamite. Echémosle un vistazo a aquel disco que publicaron en enero de 2012 llamado Feel The Power.




El disco fue publicado por Tooht&Nail Records bajo la producción de James Paul Wisner, quien le dio un sonido moderno, limpio pero metálico, poniendo en primer lugar voces y guitarras, aunque, en general, destaca el buen conjunto sonoro. La banda la conformaban Tony Gambino, cantante, Tyler Hoare, bajista, Slater, batería y Shred Sean Maier y Sam Ryder, guitarras.



Dos buenos ejemplos del sonido los encontramos en Deathwish y Shut up and rock. En la primera, una canción advirtiendo del peligro de la cocaína, las guitarras veloces, el estribillo con coros saturados y la composición muy bien estructurada; tema rápido que define el sonido de la mayoría del álbum. En la segunda, se acerca más a sus idolatrados ochentas, con una estructura más hardglam pero mezclando muy bien la comercialidad y sencillez de la canción “para ir de fiesta” con las aptitudes guitarreras de Sean; en este mismo estilo, Rockin´all night, que firmarían los mismísimos Skid Row.


Entre ambos se mueve el sonido de la mayoría de las canciones. El primer single, Forever, reúne lo mejor de ambas: buen estribillo (fenomenal intro), letra sencilla pero digna y una buena guitarra. Slepless nights, la última del cedé, tiene un trabajo de batería fenomenal y un solo alucinante. También destacan la balada con teclados I´ve got you y el hiperveloz Innocent blood. En fin, un disco más que recomendable.


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