ZEPPELIN ROCK: Crítica de la película La gran estafa americana (2013), de David O. Russell

sábado, 18 de enero de 2014

Crítica de la película La gran estafa americana (2013), de David O. Russell



por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC




El próximo 31 de enero se estrena en España La gran estafa americana y desde el mes de diciembre, mucho antes de su estreno navideño americano, ya avisé de que se postulaba como una de las favoritas para los Oscar. Todo esto se ha confirmado al ser la cinta con más nominaciones (10) junto a Gravity.

Estamos ante un trabajo interesante, atractivo y con muchas virtudes, pero que queda a mucha distancia de ser uno de los mejores en un año que ha destacado por la cantidad de películas de calidad. En definitiva, una cinta aceptable, realizada por un buen número de niños mimados de Hollywood, desde el guaperas Bradley Cooper pasando por la neumática Jennifer Lawrence hasta el propio director, David O. Russell, que está resultando tremendamente sobrevalorada.




El último trabajo de David O. Russell tiene las grandes virtudes de su director en líneas generales, saca partido a lo que mejor sabe hacer, el humor, las interpretaciones de sus actores y la ternura, todo perfectamente medido y equilibrado en un guión que logra exprimir todo el jugo a las particulares personalidades que componen la historia y sus relaciones. Es decir, lo mejor de la cinta son los actores, los personajes y sus relaciones. Lo peor o más intrascendente es la historia que se cuenta, sencilla y que se alarga de forma exagerada sin apenas interés.

La gran estafa americana cuenta la historia de dos estafadores que colaboran con la policía para cazar a políticos corruptos o corruptibles, siendo la mentira y el engaño la columna vertebral de los movimientos de todos.

El planteamiento resulta apetecible y atractivo, aunque ya comienza a presentar lagunas en su apresuramiento por sentar las bases, no explicando adecuadamente cómo se manejan los protagonistas en los engaños, especialmente cuando sus víctimas han sido estafadas… Esto da inicio a la trama en sí cuando Irving (un excepcional Christian Bale) y Sidney (la también brillante Amy Adams) se ven obligados a trabajar para Richie DiMaso (un correcto Bradley Cooper). La última del grupo es Jennifer Lawrence, muy entonada en un papel superior al de El lado bueno de las cosas (2012) con el que ganó el Oscar el año pasado.




Lo más sobresaliente y destacable de esta historia, aparte de los peinados y las pelucas que exhiben los personajes y que dejan algunos momentos hilarantes, son las interpretaciones, el desarrollo y definición de los personajes y sus relaciones. Es ahí donde O. Russell se siente a gusto, olvidando en ocasiones hacer avanzar la acción, incluso.

O. Russell mantiene su gusto por la comedia, con una medida transgresión y un fondo de ternura que siempre me hace recordar y emparentarlo con James L. Brooks, donde lo amable, lo emotivo, lo sincero y lo entrañable conmueven y acaban por satisfacer plenamente al espectador. Con todo aquí hay algo menos de esa ternura, pero cuando aparece lo hace de forma completamente satisfactoria. Como ejemplo mencionar la hermosa escena entre Christian Bale y Amy Adams recostados en el coche hacia el final de la película, cuando el primero sale decepcionado y angustiado de la casa de Jeremy Renner.

Con O. Russell siempre aparece la misma sensación de buen sabor de boca pero donde se podría haber dado más. Es un director aceptable que parece consolidado y muy valorado, que logra hacer pasar sus películas por algo más de lo que en realidad son. Su cine es casi siempre previsible y algo superficial, de igual forma que reconfortante, emotivo y muy disfrutable.

Por supuesto tendremos momentos de un humor espléndido y magníficos diálogos, valga de ejemplo el inicio de la cinta, la primera escena con Christian Bale ante un espejo y su posterior encuentro con Bradley Cooper.




Apreciaremos varios rasgos estilísticos habituales del director, las panorámicas o planos sobre las manos de los personajes, observándolas momentáneamente, como un fetiche, lo más seguro es que lo sean, que muestran la actitud y estado anímico de dichos personajes. Un recurso que vemos muy a menudo en su cine. Objetos que marcan la inseguridad, como esos peinados, en especial el de Bale, son utilizados frecuentemente en el cine de O. Russell. Recordemos la camiseta de football de Bradley Cooper en El lado bueno de las cosas por ejemplo. Los travellings de seguimiento a los personajes son también uno de los elementos habituales del director.

La película se vertebrará en la voz over del personaje de Christian Bale, pero también tendrá presencia la de Amy Adams. Un uso especialmente interesante para forjar la relación de los dos protagonistas. Un diálogo de voces over atractivo.

Otro de los aspectos más interesantes de la película de O. Russell es su retrato de una sociedad americana que ha perdido la inocencia tras Vietnam o el Watergate, citados en la cinta, que se regodea en la falsedad, la mentira, el engaño y la actuación. La mentira como columna vertebral de la sociedad, para lo bueno y para lo malo. Todas las relaciones son falsas, las de amistad y amor, la mayoría de los personajes se hacen pasar por quienes no son… Todas menos la de los protagonistas, Bale y Adams… La relación de amistad entre Bale y Renner es especialmente interesante.

Hay varias escenas destacadas, pero es obligado citar una en concreto, la Jennifer Lawrence y Amy Adams frente a un espejo en un baño.

O. Russell entrega una obra correcta, con alicientes para satisfacer pero no para entusiasmar, una cinta que brilla por sus actores y relaciones entre personajes, pero de trama sencilla, insulsa y tremendamente estirada que desequilibra el resultado final. Una buena pero sobrevalorada película.

©Jorge García

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