ZEPPELIN ROCK: THE BEATLES - Let It Be (1970): CRÍTICA review Disco completo remasterizado

jueves, 7 de mayo de 2020

THE BEATLES - Let It Be (1970): CRÍTICA review Disco completo remasterizado


por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos





DeLorean a punto y preparados para el rock and roll, la fecha seleccionada es la siguiente: 8 de mayo de 1970. Los sentimientos que sobrevuelan la atmósfera del misticismo inevitable cuando hablamos de un acontecimiento de este nivel incluyen nervios (no todos los días un disco histórico cumple cinco décadas); pero también algo lógico: tristeza. 




El mes anterior se había hecho oficial la separación de The Beatles, algo que sin duda se encuentra entre lo peor que le ha sucedido a la música, pero en este caso los niveles de pena mantienen una disputa igualada entre el qué y el cómo: durante los meses anteriores al lanzamiento de este LP, afirmar que las relaciones entre los cuatro miembros de la banda no pasaban por su mejor momento es un eufemismo tan lamentable como vomitivo, pero yo pienso que una banda de la magnitud de los Fab Four no merecía ese final de permanentes broncas y disputas. La escapada había estado sensacional cuando la dirigió Dino Risi, pero las que habían protagonizado en los últimos tiempos George y Ringo, hartos de la situación que se vivía en la banda, no hacían presagiar nada bueno en absoluto en cuanto al futuro de la banda. Muchos seguirán pensando que era inevitable, mientras que a mí siempre me dará mucha pena cómo fue ese final. Entre reflexión y reflexión, el DeLorean se detiene en la fecha señalada; hemos llegado.




Aunque no es de los que suelen aparecer primero en las listas de los “mejores discos” de la banda, Let It Be siempre ha sido uno de mis LPs favoritos de los Beatles. A mí el trabajo que hace Phil Spector siempre me ha parecido sublime: The Long and Winding Road suena, como ya lo hiciera Eleanor Rigby, a banda sonora paradisiaca, mientras que Across the Universe es una de las grandes cimas de Lennon, un tema al que marcharse sin necesidad de billete de vuelta; no obstante, nunca entenderé lo de no incluir Don’t Let Me Down en el disco, aunque supongo que la explicación no diferirá en exceso de la ausencia de Hey Jude en el álbum blanco: poderoso caballero es quien todos sabemos en un grupo cuyos nuevos discos tenían un impacto inmediato en bolsa.

Volviendo al LP, estamos ante uno de los discos más rockeros de la banda. Dig A Pony tiene un riff inicial furioso y afilado repleto de ira, con una inequívoca sensación de estallido inminente que refleja muy bien la situación que se vivía en la banda cuando se grabó, a comienzos de 1969. I Me Mine, composición salvaje de Harrison, continúa por esa senda con forma de erre de rock and roll animal con ansia de reventar cabezas y destrozar tímpanos. I’ve Got A Feeling, formada en realidad por dos canciones diferentes de Lennon y McCartney, ofrece un trabajo magnífico a las guitarras, acompañadas de manera brillante por las teclas de Billy Preston. Hablando de guitarras, el solo de Let It Be es de los que vuelan cabezas dentro de su ejercicio de honestidad, huyendo de experimentos extraños o virtuosismos vacíos. La versión que aparece en el Let It Be Naked, omitiendo el solo, siempre me ha parecido descafeinada y débil, como si le faltara algo. Yo quiero rock and roll, pero si hablamos de rock es imprescindible mencionar la burrada de canción que ha sido, es y será One After 909, una de las canciones más bestias que jamás escribiera John Lennon. Por si quedaba alguna duda, los Beatles podían ser lo que ellos quisieran. Canción no apta para cabezas cerradas.




En fin, no puedo despedirme de este viaje sin mencionar Get Back, porque todos hemos querido alguna vez volver al lugar que un día llamamos hogar, al que pertenecimos en algún momento. Sin ánimo de entrar en debates sobre si hay que volver o no donde fuimos felices, prefiero afirmar que nunca existirá una máquina del tiempo mejor que las canciones.

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