ZEPPELIN ROCK: BAD AXE - Bad Axe (1976): Crítica review

sábado, 6 de julio de 2019

BAD AXE - Bad Axe (1976): Crítica review


por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia




En ocasiones, el bucear en la historia de la música rock por internet nos procura el llegar a obras, a discos que, de otro modo, andarían perdidos en alguna estantería. Este que hoy os presento nos sirve de ejemplo. Un disco lleno de buenas canciones, un trabajo impresionante que ha quedado en el olvido.


La fiesta comienza con el riff de Cities of rage, a modo de anticipo de lo que va a ser de nosotros en este viaje. Te engancha del cuello y lo mueve y luego menea tu culo y te dan ganas de saltar cuando el primer solo revienta los altavoces y durante el siguiente ya estás de rodillas. Aquí no hay pausa, y cuando crees que entra aire comienza Stray con otro riff cortante, mezcla de cortos golpes y una interesante figura, para dar forma a un tema tan simple como eficaz.

La banda está compuesta por un conocido del hair metal en el bajo, Dana Strum, un guitarrista que lo intentó con la banda Bitch a principios de los ochenta, codeándose con Metallica, llamado Dave Carruth, el batería Steve Ward y el cantante Stacy Moreland.

El trabajo de cuerdas de Do what we please haría enrojecer a cualquier advenedizo, con esas armonías dobles y ese bajo endiablado haciendo lo imposible, puto heavy metal blues de los setenta. What did I do continúa la misma senda, en este caso con camas de ruido, efectos y un punto psicodélico. La vieja cara A se terminaba con Set me free, donde el ritmo es protagonista, en base a un preciso lick de bajo de Dana que va creciendo y rompiéndose a medida que la canción avanza; otras guitarras tremebundas, si es que no hay descanso.

Una balada auténtica de amor metálico titulada Vacation nos lleva a Blues LA, donde la banda intenta amalgamar todos los sonidos que reparte a lo largo del disco: cambios de ritmo, riffs, solos, en fin, un tema que funciona bien con una tremenda intensidad. Foggy Morning suena un poco a Uriah Heep en Demons & Wizards, aunque no llega, por lo que el final volcado en rocanrol se agradece, tanto la brevedad de Road to make it como el último titulado Take your time, otra fantástica canción para cerrar un álbum que debemos recuperar.

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