ZEPPELIN ROCK: Horisont - Time Warriors (2013): Crítica review

lunes, 16 de enero de 2017

Horisont - Time Warriors (2013): Crítica review


Erick Delgand



Desde su formación en 2006, este quinteto se ha establecido firmemente como uno de los grupos de Europa de rock underground de primer nivel.

Horisont es oriundo de Suecia y, continuando con su misión de deleitarnos con los viejos tiempos de los años 70, nos ofrecen un Hard Rock sublime a la vieja usanza. Al escucharlos te sientes totalmente en esa época, junto al tocadiscos y ojeando la portada del álbum. Se te romperá el corazón y el alma de una manera que hacía mucho que no sentías, rejuvenecerás y te volverá a crecer el pelo, y experimentarás diversos pasajes en tu mente de los cuales creías que habías olvidado. Sí, así son Horisont, una nueva esperanza para que lo puro y auténtico del Hard Rock no muera.



En estos días, en los que está muy de moda el regreso del viejo Hard Rock, nos encontramos con demasiadas bandas sonando muy parecido, pero Horisont destacan con diferencia en cómo combinar la perfección y el sonido sin ningún tipo de esfuerzo, ni en pecar cayendo en la copia de lo ajeno.

“Time Warriors” es el tercer trabajo de este quinteto de Gotemburgo que le dan al “retro Rock” de una manera perfecta.

Con dos trabajos anteriores y uno posterior, este del que estamos hablando Time Warriors fue con el álbum que los conocí, con una producción acojonante, y con un enganche a primera nota de oída del cual no te puedes soltar en cada nota que interpretan.

Su mezcla de ramalazos de UFO, Scorpions, Judas Priest, Thin Lizzy, son una pauta común en todos sus trabajos, pero en este tercer trabajo se destaca la producción mucho más lograda que en sus dos anteriores trabajos, Tva Sidor Av Horisonten (2009) y Second Assault (2012) y con su último trabajo Odyssey (2015).

Writing On The Wall: Es la primera pista del álbum, te atrapa al primer riff de guitarra, un irresistible aura de toques Hard rockeros, que te vuelves directamente adicto a Horisont, melodías molonas, estribillo pegadizo y un buen solo de guitarra.

Diamonds In Orbit: Nos desgarra con un riff a lo Judas Priest de la primera época, puro Heavy metal, de épocas pasadas, un tema pegadizo y lleno de todo lo que tiene que tener.




Ain’t No Turning Back: Nos invade un clímax de la época de In Trance de Scorpions, lo mismo que Backstreet, un himno callejero de dobles guitarras a la mas pura tradición Robbo/Gorham, y no solo por el discurrir de los riffs de guitarras en este tema; hasta la batería mantiene el abolengo que Brian Downey imprimía a la música de Thin Lizzy con sus baquetas.

Vänd Tillbaka: Seguimos con diversos golpes de UFO y Priest; un tema frenético en ritmo, con unos coros hevylones y unos solos del más antiguo Heavy Metal de los 70.

She Cried Wolf: Con una apertura demoledora de batería, se desplazan otra vez a golpes frenéticos, en forma de Purple, Judas, Scorpions, con todo un popurrí de solos, ritmo y demoledor sonido mueve-cabezas.

Brother: Otro temazo de interés irresistible con la lista clásica de lamentos, armonías y solos.

Dodsdans: Tiene ese aura medio balada, de la primera época de Scorpions.

Eyes of the Father: Nos rompe la aguja del tocadiscos con un buen ritmo de guitarra añejo, metálico y comercial... Te da ese toque de viaje por la carretera y disfrutando del Rock and roll.

All must come to an end: Nos cierra este fantástico álbum, como si Richie Blackmore estuviera en la guitarra y K K Downing lo acompañara en este pedazo de tema que lo tiene todo, una fantástica parte balada en mitad del tema y unos solos al final que sobrepasan de calidad y sentimiento.

Recomendadísimos para el que no los conozca y ame realmente el Hard Rock añejo.

El próximo febrero nos regalan su nuevo trabajo; estad estar muy atentos con los cojonudos Horisont.

Escúchalo aquí.

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