ZEPPELIN ROCK: Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000): Crítica review

domingo, 18 de junio de 2017

Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000): Crítica review



por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Antes de Los juegos del hambre y todo el fenómeno que suscitó, se publicó en Japón en 1999 una novela que despertó gran polémica por su contenido. Se trataba de Battle Royale, de Koushun Takami, que un año después se convirtió en película, dirigida por Kinji Fukasaku. Más brutal, más despiadada, más salvaje y explícita en todo.

Debo advertir a los fans de las películas de Los juegos del hambre especialmente que, aunque la temática es parecida, hay grandes diferencias en la forma de mostrar esta distopía.



Si Los juegos del hambre tiene su mayor interés en lo accesorio al juego en sí, en el uso y abuso que se hace del mismo como programa de televisión, espectáculo, manipulación y desprecio por la vida, Battle royale se centra más en la naturaleza de los individuos, esos chavales, que deben matarse para sobrevivir, un estudio sobre qué motiva a cada uno de ellos para cometer las atrocidades que acaban cometiendo.

En Battle royale no hay concesiones, hay violencia pura y dura y mucha sangre, no hay elipsis para omitir los asesinatos ni montajes muy sincopados para hacer de la violencia algo más digerible. Aquí hay desfase a raudales.

Protagonizada por Takeshi Kitano, uno de los grandes nombres del cine oriental, sobre todo conocido por sus violentas, en ocasiones, y brillantes películas como director, y un buen número de chavales (42) que componen la clase elegida entre todas para pelear a muerte por su vida, Battle royale es un gran espectáculo truculento de ritmo infernal.




Con un planteamiento de suma actualidad, una gran crisis con un paro descontrolado y una juventud que se rebela, se inicia esta película que toca un buen número de temas interesantes. El mundo adulto se siente amenazado por la juventud con lo que decide tirar por la calle de en medio y someterlo mediante el miedo. Táctica habitual de cualquier estado dictatorial.

Las rebeliones estudiantiles, el desempleo, la violencia… provoca la creación, por parte del gobierno, de una ley en la que una clase de un colegio escogida al azar será llevada a una isla desierta para que sus alumnos se enfrenten en un combate a muerte en el que sólo puede quedar uno. Esta ley se llama Battle Royale.

Con este planteamiento son evidentes referencias como El señor de las moscas de William Golding; Los inmortales (Russell Mulcahy, 1986), en la idea de que sólo puede quedar uno; El malvado Zaroff (Ernest B. Schoedsack e Irving Pichel, 1932), en muchos aspectos de la trama; películas ochenteras como Depredador (John McTiernan, 1987), La fuga de Logan (Michael Anderson, 1976), Perseguido (Paul Michael Glaser, 1987), además de las distopías antitotalitarias de libros como Un mundo feliz, 451 Fahrenheit, 1984… de los Huxley, Bradbury u Orwell. Todas estas referencias han sido citadas para el caso de Los juegos del hambre, como es lógico.




La idea central de una dictadura es la de tomar los derechos de los ciudadanos para ofrecerles seguridad. Tú me das tus derechos y a cambio yo te protejo, nada te ocurrirá. Aquí la concepción de la idea totalitaria de la ley Battle Royale se dirige a infundir miedo en lo que se teme, en lo que puede hacer tambalear el poder establecido. La juventud se rebela ante una situación, para “hacer entrar en razón a esta juventud” se crea una ley donde se les roban sus derechos y se les infunde ese miedo con intención disuasoria.

Se nos presenta un país que está perdido, en el que los adultos no ven esperanza, pero que no les impide aplicar medidas que en nada van a hacer cambiar esa situación si la conclusión a la que han llegado es la mencionada. Un estado morboso. Un estado morboso y temeroso, el miedo es lo que lleva al “control incontrolado”. El miedo es el fundamento último de la película, imponer miedo por el miedo que se tiene.

Los adultos buscarán culpables de su fracaso. Una solución de emergencia que suavice la sensación de frustración propia, que calle la verdad y dé la posibilidad de engañarse a uno mismo en esa búsqueda de culpables.




La película es visualmente potente, sin concesiones y de un ritmo tremendamente vertiginoso, con los habituales tics frenéticos del cine de acción oriental.

Hay violencia explícita, un mundo adulto dictatorial y salvaje, un mundo juvenil que no le va a la zaga, pero en éste se muestra una mayor humanidad, sentimientos y relaciones sinceras de amistad o amor. La desesperación y ver cerca la muerte hará surgir todos esos sentimientos y que salgan a la luz secretos ocultos.

Takeshi Kitano será el profesor que comandará el juego.

Desde luego la película no se queda corta en efectismos y en una violencia exageradísima.




El conflicto mundo adulto- mundo joven se muestra con la idea mencionada de tiranos y sometidos. Entre los jóvenes veremos varios flashbacks para mostrar un poco su vida y sus sentimientos, esto humaniza a algunos de los personajes pero, evidentemente, la película se queda muy corta en este sentido.

Los chavales se comportarán de múltiples maneras, unos pretenderán mostrarse civilizados, otros serán unos psicópatas sin escrúpulos, otro verán el cielo abierto en esa anarquía para dar rienda suelta a los peores instintos, otros se esconderán para no tener que hacer nada despreciable, otros se verán obligados a defenderse… Veremos sadismo, supervivencia y humanidad, todo a un ritmo supersónico.

Unos matarán por venganza, por complejos largamente ocultados, por cuentas pendientes que se ven con la opción de saldar… La cobardía o la valentía acaban siendo relativas y variables cometiéndose los mismos actos.

La pérdida de humanidad, ese viaje hacia el primitivismo, hacia lo instintivo, también está presente pero tocada de manera también superficial.




La escena de las amigas que se han refugiado en un faro es un compendio de las motivaciones mencionadas. Una amigas íntimas que conviven en aparente calma ocultándose de los asesinos, y primero por miedo y luego por venganzas, complejos y afán de supervivencia, se acaban matando unas a otras en un baño de sangre espectacular. El miedo que provoca la presencia el chico protagonista enciende el instinto homicida en una de ellas, que pretende envenenarlo. Un error hará que otra chica pruebe la comida envenenada y muera, este hecho será el que desencadene el miedo, las recriminaciones, las envidias y venganzas que concluirán con el baño de sangre.

El pasado tiene su importancia en la película, como mencioné, se nos muestran flashback de varios chicos, entre ellos el protagonista, para entender sus impulsos y carácter. Con todo, este aspecto queda cojo y superficial.

Tiene ciertos rasgos poéticos, una poesía de la truculencia con esos enamorados que se matan sin querer, o sin saber los sentimientos del otro, o los que no entablan lucha contra la persona que aman, amigas que se matan creyéndose culpables de cosas que no han cometido… Una poesía soterrada y casi invisible en un ritmo y narración frenéticos.




Hay un uso bastante irónico de la música clásica en muchas de las escenas de acción y muerte.

La muerte de Takeshi Kitano deja perplejo al espectador, es acribillado y muerto pero cuando suena el teléfono se levanta como si tal cosa, habla y se enfada con su hija, dispara al teléfono y se muere… tal cual lo cuento. Este artificio nos indica el fondo moral de una cinta en la que parece que antes de morir debes resolver tus asuntos pendientes.

Al final sobreviven los protagonistas que demuestran un carácter más generoso, que valoran la amistad y el amor, un final moral pero algo artificial.

He expuesto algunos de los defectos, son claramente visibles, falta de desarrollo en los personajes, desequilibrio en su exposición, falta de desarrollo en comportamientos y relaciones que nos permitan entender mejor algunas reacciones y caracteres… todo da una cierta sensación de gratuidad.

Los efectos especiales son muy justitos, algo que no desmerece a la cinta en absoluto, y las interpretaciones son mediocres, hay que tener en cuenta que todos son chavales.

Muchos de estos defectos están corregidos en la novela (1999), y la novela gráfica que se hizo. La novela está escrita, como apuntamos, por Koushun Takami. Las diferencias en personalidad y desarrollo de personalidades son significativas, en la novela hay una mayor profundidad, densidad e intensidad, que permite entender mucho mejor a los personajes.

En cualquier caso, es una muy interesante propuesta.

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