ZEPPELIN ROCK: Crítica de la película "Guardianes de la Galaxia Vol. 2" (James Gunn, 2017): Review

domingo, 4 de junio de 2017

Crítica de la película "Guardianes de la Galaxia Vol. 2" (James Gunn, 2017): Review


por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Tras la excelente y entretenidísima primera entrega, esperaba con ganas la secuela y, considerando las primeras valoraciones entusiastas, uno confiaba en ver algo del mismo nivel, por lo que, aunque no cabría calificarlo de decepción, una vez visionada, el resultado es agridulce.

La película sigue siendo divertida y consciente de dónde están sus puntos fuertes, de esa desmitificación de este tipo de películas, utilizando el humor como recurso metalingüístico que marque las distancias, en cínico y simpático guiño con el espectador, quitando peso y trascendencia a propuestas lúdicas. Lo mismo desde el punto de vista estético y de dirección, que mantiene las mismas virtudes y defectos, así como en el gusto y mimo por sus protagonistas, que siguen resultando carismáticos, divertidos y entrañables, potenciando algunos con respecto a la primera entrega.




James Gunn, que repite en las labores de dirección, tiene ideas y concepciones visuales muy notables, aunque puede depurarlas. Las escenas de acción optan por el plano secuencia o largos planos sostenidos dentro de las mismas, pero la velocidad dentro del encuadre es a menudo excesiva para poder disfrutar plenamente de todo lo que sucede dentro. Esa idea de plano secuencia se aprecia, por ejemplo, en la inicial escena de acción, donde seguimos a Baby Groot en sus jugueteos mientras se desarrolla una batalla contra un gigantesco monstruo en segundo plano de la que el pequeño se mantiene ajeno. Lo mismo ocurre con varias de las batallas aéreas, peleas y demás. El problema viene cuando salen elementos por otro lado y además todos se mueven a velocidad de vértigo, que aunque sabes lo que pasa e impacta, no disfrutamos de todo lo que se ofrece como deberíamos. Gunn, lo mismo con un poco más de pausa, paciencia y calma y lo flipamos.




En cuanto al guion (no, ya no lleva tilde), tenemos el gran agujero del film, con ciertas ideas interesantes, por metafísicas, en sus reflexiones sobre el ego, la ambición y la familia, pero resoluciones poco eficaces y concluyentes.

Ese padre que define el ego en estado puro, interpretado por el siempre estupendo Kurt Russell, que está en una segunda juventud (Los odiosos ocho, Fast and furious…), que tiene todo un planeta solitario para su vanagloria, resulta una idea ingeniosa y alegórica que no funciona mal, siendo además arriesgada, pero las soluciones son demasiado fáciles. Resulta absurda y apresurada la evolución en la relación de padre e hijo, la entrega de Peter (Chris Pratt), pero, sobre todo, las argumentaciones de ese padre una vez tiene casi convencido a su hijo… ¡Muchacho, si lo quieres para tu causa, no le digas ni cuentes según qué cosas! ¿Te pasas la vida ocultando tus miserias, tienes un planeta lleno de secretos y de repente te muestras como un degenerado? ¿Por qué se esfuerza en hacerle enfadar? Un sinsentido en la parte final…




El humor funciona de manera irregular. Drax (Dave Bautista), tiene un personaje muy agradecido con algunos de los mejores momentos. Baby Groot es absolutamente encantador. La relación de Gamora (Zoe Saldana) y Peter sigue funcionando. Rocket (Bradley Cooper) tiene sus momentos y Mantis (Pom Klementieff) es un acierto. Por el contrario, se fuerza demasiado en algunos chistes, hay altibajos en las gracias de algunos personajes.




Otro de los grandes problemas está en los cambios de tono. El desenfado generalizado impide la tensión, lo que es una servidumbre asumida. Ese tono frívolo es buscado, pero aquí chirría especialmente ese cambio dramático, brusco y drástico, que se produce también al final, que encaja mal con el resto. Un final en exceso lacrimógeno que desconcierta.




Con todo, lo mejor de la película es una relación dramática. La de las dos hermanas, Gamora y Nebula (Karen Gillan). Particularmente me llegó y funciona muy bien, destacando especialmente la escena de la pelea y reconciliación donde Nebula, villana oficial, se confiesa y redime, apareciendo ante nuestros ojos con un ser maldito en busca de afecto sin más, condenada al rencor por culpa de su familia, expiando pecados e incapaz de hacer lo que parecía querer. Una relación donde se nos cambia la perspectiva y que resulta más que interesante.




Y es aglutinando todas las historias donde vemos el gran tema de la saga, tanto de la anterior cinta como de esta segunda. La familia. Una familia a menudo disfuncional y que tiene en los lazos de sangre su principal conflicto. Los personajes son auténticos desarraigados que encuentran sus verdaderas familias lejos de los lazos de sangre, lazos de sangre que traumatizan y llevan al caos. Así lo vemos con esos mercenarios que se sienten parte de un todo, o esos guardianes de la galaxia que vienen todos de familias problemáticas (Peter, Gamora, Drax) o que directamente no las tienen (Rocket), encontrando en su unión el verdadero sentido familiar.




Las familias de sangre son el principal villano de la saga o el principal trauma para los personajes. En unos casos los padres son villanos despiadados, en otros casos el desarraigo es pleno porque no existe familia.


Aunque en apariencia ligera y frívola, Guardianes de la galaxia tiene un maduro e interesante discurso soterrado que se mantiene vigoroso, aunque en esta segunda parte ciertas decisiones la sitúen por debajo de la original. En cualquier caso, si viste la primera, ¿vas a perderte esta?


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