ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas de 1935 - Lo mejor del cine del año 1935

domingo, 11 de marzo de 2018

Las mejores películas de 1935 - Lo mejor del cine del año 1935


por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Un estupendo año este 1935, con una gran variedad de grandes películas en distintos géneros, de arriesgadas comedias, aventuras portentosas (un género que alcanza en estos años cotas extraordinarias), tremendos terrores, magníficos thrillers y suspenses con grandes directores depurando cada vez más su estilo. Traigo muchas, pero seguro que disfrutan de todas ellas tanto que se les pasará volando el tiempo.



Las mejores películas de 1935
(Lo mejor del cine de ese año)


39 ESCALONES, de Alfred Hitchcock. 

Una de las mejores películas del maestro en su etapa británica, quizá la mejor, que además entronca con muchas de sus obsesiones y esquemas estructurales de futuras obras maestras, antecedente perfecto. Se hicieron dos remakes, uno en 1959 y otro en 1978. Hay que verla sí o sí.




ANNIE OAKLEY, de George Stevens.

Entretenido western de un magnífico director. Sin ser ninguna obra maestra, sirve para conocer una famosa figura del western clásico, gran tiradora que participaba junto al mítico Buffalo Bill en sus espectáculos. Además está interpretada por Barbara Stanwyck.


CANDIDATA A MILLONARIA, de Mitchell Leisen. 

El señor Mitchell fue uno de los grandes maestros de la comedia en el Hollywood clásico, aunque está tremendamente infravalorado. Es por ello que me enorgullece traer esta simpática y atractiva comedia sofisticada como ejemplo de su arte, aunque no sea de sus grandes obras.


DAVID COPPERFIELD, de George Cukor. 

Un clásico de Dickens convertido en clásico del celuloide por el gran George Cukor. Un gran drama de época de los que hicieron grande este arte.




EL CAPITÁN BLOOD, de Michael Curtiz. 

Uno de los grandes títulos de aventuras y de piratas de todos los tiempos, dirigido por uno de los mejores artesanos y realizadores de películas de aventuras de la historia del cine. La unión de Curtiz con Errol Flynn, lo más parecido a una estrella moderna en aquella época, fascinante personaje, dio (y sigue dando, por fortuna), grandes momentos de placer. De las imprescindibles de este año.


EL CUERVO, de Lew Landers. 

Una estupenda adaptación del relato de Poe que unió a dos de los grandes mitos del fantaterror clásico: Bela Lugosi y Boris Karloff.


EL DELATOR, de John Ford. 

La película que otorgó su primer Oscar a John Ford, el mejor director de la historia para una gran mayoría. Y no es de sus mejores películas. A destacar su expresionista estética, que evolucionará a un clasicismo puro en su afamado estilo invisible.




EL DIABLO ES UNA MUJER, de Josef von Sternberg. 

La Dietrich de nuevo con Sternberg. Nadie mejor que la actriz para hacer de mujer fatal, de perdición masculina. El título lo dice todo.


G MEN CONTRA EL IMPERIO DEL CRIMEN, William Keighley. 

El cine de gángster estaba en boga, pero había cierta sensación de que los bandidos resultaban cada vez más atractivos para el público al focalizar las historias en sus personas, adquiriendo un halo romántico que seducía. Es por esto que surgió la idea de potenciar el papel de la policía en el cine, algo en lo que J. Edgar Hoover tuvo mucho que ver. Esta que aquí traigo es el paradigma de ello. Una estupenda película que pone el foco en el FBI y su trabajo, cambiando de tercio y colocando en el estrellato a los agentes. Encima está James Cagney… De esta película sacaron nuestros “Hombres G” su nombre.


LA CIUDAD SIN LEY, de Howard Hawks. 

No es una gran obra, pero sí interesante. Dirigida por Hawks y William Wyler, nos habla de la fiebre del oro y conflictos de intereses. Con Edward G. Robinson y Walter Brennan en el reparto.




LA GRAN AVENTURA DE SILVIA, de George Cukor. 

Tampoco es de lo mejor de sus responsables, aunque desde luego es un buen trabajo. El caso es que los responsables de los que hablo son George Cukor en la dirección y Katharine Hepburn y Cary Grant en los papeles protagónicos, una de las parejas eternas del celuloide, de las que hicieron de él lo que es. Quizá la mejor pareja que ha habido. Casi nada.


LA KERMESSE HEROICA, de Jacques Feyder. 

Obra maestra absoluta y sorprendente por su atrevimiento, descaro, visión positiva de los españoles e ingenio. Comedia que bien podría estar realizada por Lubitsch, tranquilamente, por sus juegos y sugerencias sexuales primorosamente mostrados. El toque estaba en Feyder. De obligado visionado.


LA MARCA DEL VAMPIRO, de Tod Browning. 

Mediometraje vampírico con Bela Lugosi y el maestro del terror, Browning, que ya lo dirigió en la mítica Drácula.




LA NOVIA DE FRANKENSTEIN, de James Whale. 

Para muchos es uno de los ejemplos en los que la secuela supera a la original. Sencillamente espléndida desde casi cualquier punto de vista. Otra de las imprescindibles de este estupendo año.


LA TRAGEDIA DE LA BOUNTY, de Frank Lloyd. 

Un clásico de las aventuras marítimas. El microcosmos de un barco y una amalgama de sentimientos, temas y conflictos que se recrudecen con el encierro. Laughton contra Gable, un duelo que uno no debe perderse.


MELODÍAS DE BROADWAY 1936, de Roy del Ruth y W. S. Van Dyke. 

Exitoso musical que tuvo ecos posteriores. Dinamismo y frescura que harán las delicias de los fans del género.




PASAPORTE A LA FAMA, de John Ford. 

Un título que se aleja de nuevo del estilo más típico de Ford. Una comedia mezclada con el policiaco con Edward G. Robinson de protagonista. Para disfrutar de un Ford notable y distinto al más conocido.


SOMBRERO DE COPA, de Mark Sandrich. 

Uno de los musicales más memorables de la historia del cine, protagonizado por Fred Astaire y Ginger Rogers. De esos que enamoraron a los espectadores de la época y que aún hoy siguen vigentes por su elegancia y seducción. Dan ganas de vestir y moverse como ellos…


SUBLIME OBSESIÓN, de John M. Stahl. 

De nuevo el gran Stahl y un magnífico melodrama. No me hartaré de reivindicarlo. De nuevo un título que sería revisado por Sirk, otro maestro del melodrama que le debe mucho a Stahl, en 1954.




SUCEDIÓ UNA VEZ, de Gregory La Cava. 

Gran talento tenía La Cava en la comedia sofisticada y elegante, como bien demostraría al año siguiente con “Al servicio de las damas”, que traeré aquí puntualmente. En esta ocasión cuenta con Claudette Colbert y Melvyn Douglas para contar esta encantadora historia donde también subyace la lucha de clases.


SUEÑO DE AMOR ETERNO, de Henry Hathaway. 

Una de las obras maestras de Hathaway, de sorprendente ejecución en un director tan terrenal y prosaico. Romanticismo exacerbado y lirismo pocas veces igualado. Un título de referencia para el movimiento surrealista. ¡Qué grande era Hathaway y qué poco valorado!


TRES LANCEROS BENGALÍES, de Henry Hathaway. 

Un Hathaway más reconocible. Puro cine de aventuras de primera, muy en la línea de la posterior “Gunga Din”, que protagonizaron Cary Grant, Victor McLaglen y Douglas Fairbanks Jr., o “Beau Geste”, también protagoniza Gary Cooper. Aquí Cooper lidera el grupo junto a Franchot Tone y Richard Cromwell. Una extraordinaria cinta de aventuras, de las que dignifican el género.




UNA CHICA ANGELICAL, de William Wyler. 

Gran comedia del sensacional William Wyler. La inocencia (no indefensa) desconcertando al cínico entorno que la rodea. Muy interesante en su reflexión y agradable en su visionado.


UNA NOCHE EN LA ÓPERA, de Sam Wood. 

Está difícil decidir cuál es la mejor de los eternos hermanos, pero esta está, sin lugar a dudas, en el selecto grupo de las indispensables e imprescindibles. Si hablo de “la parte contratante” y del “camarote” seguramente no tenga que explicar nada más.



Hubo este año varias notables adaptaciones de clásicos literarios, algunas incluidas en la lista, otras las cito aquí: “Crimen y Castigo” de Josef von Sternberg, “Historia de dos ciudades” de Jack Conway, “Ana Karenina” de Clarence Brown, “Los Miserables” de Richard Boleslawski…

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