ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas del año 1937 - Lo mejor del cine de 1937

domingo, 25 de marzo de 2018

Las mejores películas del año 1937 - Lo mejor del cine de 1937

UN DÍA EN LAS CARRERAS, de Sam Wood

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Un año para el recuerdo, para el estímulo del alma y el abrigo del corazón, porque nos entregó dos de las películas más emotivas y conmovedoras de la historia del cine. Por si fuera poco, tenemos una colección de obras maestras y películas pioneras de las que son indispensables para cualquier aficionado al cine, a la cultura, o sea, simplemente, curioso. Anoten, porque hay material de primera, imprescindible. Por lo demás, vemos el continuo desarrollo de algunos géneros, aún matizados con otros elementos predominantes (drama y crítica social), como el Cine Negro más clásico, que estallaría en la década posterior. La comedia alcanza una grado excelso de depuración.

Es un año descomunal, de los grandes años en la historia del cine, quizá algo obviado porque algunas de sus obras maestras no han tenido el eco que deben tener. Pero desde aquí lo grito con fuerza.


ÁNGEL, de Ernst Lubitsch


Las mejores películas del año 1937 
(Lo mejor del cine de 1937)



AL CAER LA NOCHE, de Richard Thorpe

Abrimos la lista con esta película, aunque no sea de las más destacadas, porque empieza por la A y porque es más que interesante. Una estupenda cinta de suspense por la que Robert Montgomery tuvo una nominación al Oscar, merecida. Atracciones fatales, asesinos en serie, suspense…


ALMAS EN EL MAR, de Henry Hathaway

Soy un incondicional de Hathaway, director con una de las filmografías más regulares del cine clásico, es decir, de la historia. Aquí tenemos una de aventuras marinas con estupendo reparto. Sin estar en el top del género, tenemos entretenimiento, romance, acción, el clásico vigor narrativo del director, antiesclavismo y el carisma de unos protagonistas donde luce con luz propia Gary Cooper.




ÁNGEL, de Ernst Lubitsch.

La Dietrich con Lubitsch… en un drama. 

Un marido que no hace caso a su esposa (aspecto de la trama difícil de creer), y esposa que se larga a disfrutar de la vida a París sin consultarlo con aquel. Inconfundible el estilo del director, repleto de ironía, sutilezas, sugerencias y capacidad para decir sin mostrar dentro de una historia de enredos amorosos en un tono dramático sin perder el humor gracias a estupendos diálogos. No sonará esta película entre las grandes del director, pero desde luego es una joya.


BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS, de David Hand

Clásico absoluto de la animación. Cuando pienso en Blancanieves, en los enanitos, este es el icono que recuerdo. ¡Qué fuerza la de Disney! Magnífica. Mítica y referencial, pionera… casi todas las cintas de animación posteriores deberían rendirle cierto tributo a esta.


CALLEJÓN SIN SALIDA, de William Wyler

Prefiriendo el “Callejón sin salida” del 47 de Cromwell, que nada tiene que ver con esta salvo su título en español, Wyler entregó otra magnífica película que mezcla drama social y de clases con el aliento a cine negro. Podría caer en la tentación de ciertas nociones rousseaunianas, pero en realidad se evitan creando personajes y situaciones ricas en matices. Un gran Bogart, aunque no es el protagonista principal.





CAPITANES INTRÉPIDOS, de Victor Fleming

Una de las películas más conmovedoras de la historia del cine. No sólo me emociono al verla, lo hice al analizarla y escribir sobre ella. La esencia de la paternidad, su mirada a la infancia… ese impagable personaje encarnado por Spencer Tracy junto a su “pescadito”… “Todos queremos estar contigo, Manuel”. Véanla cada vez que pueda. Y aprendan.





DAMAS DEL TEATRO, de Gregory La Cava

Los grandes años de Gregory la Cava. Otra de las grandes comedia de su década, una joya repleta de elegancia y calidad. Nos regaló este olvidado director varias joyas para el recuerdo, de las que no deben olvidarse.


DEJAD PASO AL MAÑANA, de Leo McCarey

Obra maestra descomunal, honda y profunda, de las que no dejan indemne a nadie, de las que hacen sentir y reflexionar. El mejor retrato de la vejez y su impacto social, de las verdaderas esencias de la familia y dónde radican sus afectos. La mejor película sobre la vejez que se ha hecho, y posiblemente se hará, nunca. Tan solo la posterior “Cuentos de Tokio” (1953), de Yasujiro Ozu, está a la altura. De obligado visionado.




ELLOS NO OLVIDARÁN, de Mervyn LeRoy

LeRoy era absolutamente excepcional. Otra película que tengo analizada, desconocida para muchos con seguridad. Este título marcó la senda del drama judicial, que tantos buenos momentos cinéfilos ha hecho pasar. Sus películas más comprometidas eran excepcionales, pero es que además tuvo éxitos incontestables. Esta que aquí os traigo es uno de sus imprescindibles trabajos, con el añadido atractivo de que no será muy conocido para muchos.


EL PRISIONERO DE ZENDA, de John Cromwell

Y aquí tenemos a Cromwell con una de esas cintas de aventuras que son míticas y referenciadas década a década. En 1953, Richard Thorpe, del que este año traje una película, la que abre la lista, realizó un gran remake calcando esta de Cromwell. Imprescindible para los aficionados del género y los que quieran pasar un buen rato.





HA NACIDO UNA ESTRELLA, de William A. Wellman

Ni se sabe ya las versiones que tiene esta película (y lo que te rondaré morena, porque Bradley Cooper, sí, el actor, tiene lista la suya para 2018). Esta es la primera, la pionera, no tan reputada como la de 1954, pero igualmente indispensable. Un tremendo drama sobre las interioridades de Hollywood narrado con una ligereza y fluidez encomiables.





HORIZONTES PERDIDOS, de Frank Capra

No es gratuito cuando les digo que Capra era el más grande en su época. Otra de sus obras maestras a escena. Una película que es como si el director derramase su concepción de este arte. Mientras el inferno se cierne (la guerra), unos pasajeros encuentran un idílico lugar donde ser feliz y evadirse de todo aquello… Shangri-La. Es decir, lo mismo que era el cine de Capra. Es la idea de paraíso, que el director quiso crear con su cine.


HURACÁN SOBRE LA ISLA, de John Ford y Stuart Heisler

Tampoco es de las obras maestras de Ford, pero mi cariño es inmenso al ser de las primeras que visioné cuando estudié su filmografía hace ya unos añitos. Una estupenda historia que además es metafórica, donde el romance funciona a la perfección y las reflexiones sobre la colonización y la tiranía están muy bien desarrolladas. Como rúbrica: la aparición del huracán, que es sencillamente excepcional, en esa isla de los Mares del Sur.


INOCENCIA Y JUVENTUD, de Alfred Hitchcock

Entretenidísimo thriller del maestro con una de sus clásicas tramas con falso culpable. Lejos de sus grandes obras, inferior a otros títulos de su etapa británica, pero disfruto como un enano con ella.





KID GALAHAD, de Michael Curtiz

¡Y que aún no se dé su merecido sitio al señor Michael Curtiz! Soberbia película entre el cine negro, de gángsters y de boxeo que reunió, nada más y nada menos, que a dos de los duros más duros de todos los tiempos: Edward G. Robinson y Humphrey Bogart. ¡Y además Bette Davis! No se la pierdan.


LA GRAN ILUSIÓN, de Jean Renoir

Una de las más grandes películas del cine francés… y de la historia del Séptimo Arte. La camaradería, la libertad, las relaciones humanas cuando son puestas a prueba… Indispensable título para cualquier cinéfilo.





LA MUJER MARCADA, de Lloyd Bacon

Otra obra dentro del thriller y el cine negro con la gran Bette Davis en el papel protagonista y Michael Curtiz dirigiendo sin acreditar algunas secuencias. Apreciable título mientras se iba definiendo un género que revolucionaría la historia del cine. También tenemos a Bogart para nuestro gusto y disfrute.


LA PÍCARA PURITANA, de Leo McCarey

Impagable comedia de uno de los directores que más brilló en la comedia y el melodrama, situado en el top histórico de los grandes realizadores con comodidad y merecimiento. Prototipo de la comedia sofisticada. Es la comedia hecha elegancia, como no podía ser menos estando Cary Grant aquí. El irrepetible galán hace una memorable pareja con Irene Dunne, que ha quedado para el recuerdo. Con esta película quedó definida la personalidad del actor, que alcanzó el Olimpo para no descender jamás. Sus trabajos con McCarey son historia del cine (Tú y yo).





LA REINA DE NUEVA YORK, de William A. Wellman

Aún recuerdo cuando vi esta película una madrugada gaditana. No es una obra maestra, lo sé, pero sí francamente apreciable. Es raro que Wellman falle. Comedia, drama y enredo. Uno de esos clásicos títulos que no pueden dejarse de disfrutar.




PÉPÉ LE MOKO, Julien Duvivier

Conocí antes su remake americano, “Argel”, impecable película de John Cromwell, que vuelve a aparecer por aquí. Esta, la original, es una joya desde su impagable inicio hasta su final. Un referente claro de “Casablanca” (Michael Curtiz, 1942). Si pueden hacerse con ella, no lo duden.


RITMO LOCO, de Mark Sandrich

Una vez más os traigo a Astaire y Rogers para que nos deleiten con sus inigualables pasos. Musical iconográfico y mítico. Delicioso.


SOLO SE VIVE UNA VEZ, de Fritz Lang

Obra maestra descomunal de uno de los más grandes, que ya encadenaba unas con otras. De “Furia” a “Sólo se vive una vez”. Tensión, cine negro, thriller, crítica social… Y la figura del falso culpable que mitificó Hitchcock. Eso sí, el maestro inglés le debe mucho al maestro austriaco.





STELLA DALLAS, de King Vidor

Una de las mejores actrices que ha dado el celuloide, Barbara Stanwyck. Drama excepcional dirigido por un notable realizador, uno de los que mejor retrató la pasión y sensualidad en escena, el carácter sexual de la mujer. El retrato de esta Stella Dallas es impecable mientras desarrolla reflexiones sobre el arribismo y la ambición.


UN DÍA EN LAS CARRERAS, de Sam Wood

Clásico absoluto de la comedia y otra de las grandes obras maestras de los imprescindibles hermanos. Dirigida por el infravalorado Sam Wood, director a tener en cuenta.


UNA CHICA AFORTUNADA, de Mitchell Leisen. 

Otra magistral clase de cómo hacer comedia por parte de Mitchell, uno de los grandes maestros olvidados del género. Como suele acostumbrar, mete ingredientes de conciencia social y de clases en una comedia tan encantadora como elegante.



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