por José Manuel Albelda (@jmalbelda)
con el blog La vuelta al cine en diez películas
Que tengo una querencia especial por la literatura fantástica no lo voy a negar a estas alturas. En realidad se trata más bien una afinidad no tanto por un género literario o cinematográfico, sino más bien una forma de contemplar el mundo: sin embargo, a veces esta propensión a lo mágico me sorprende incluso a mí mismo. No diría que yo sienta fascinación tanto por lo asombroso, considerado como tal aquello que Freud definió como "umheimlich" (lo siniestro), sino que, más bien, siento atracción hacia cuantas quiebras de la realidad puedan formularse desde un punto de vista estético.
Por eso, releyendo esta apresurada -y casi elaborada al azar- lista que contiene las diez novelas que más me apetecería que se adaptaran a la gran pantalla, digo que me he quedado sorprendido al reparar en que ocho de los diez títulos pertenecen a la ficción no realista. Sólo mi adorado Sándor Márai se ha deslizado dentro de los márgenes de la criba. Me pregunto, considerando esta tendencia mía no del todo consciente: si volviera a redactar de nuevo la lista... ¿seguiría existiendo el sesgo?
“Metropolis”, de Ferenc Karinthy.
“El arcoíris de la gravedad”, de Thomas Pynchon.
“La casa de hojas”, de Mark Z. Danielewski.
“El último encuentro”, de Sándor Márai.
“El cuerno de caza”, de Sarban.
“El curso del corazón”, de M. John Harrison.
“La isla de cemento”, de J.G. Ballard.
“La mujer justa”, de Sándor Márai.
“El fin de la Eternidad”, de Isaac Asimov.
“Los clanes de la luna alfana”, de Philip K. Dick.
©José Manuel Albelda
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