ZEPPELIN ROCK: RACER X - Street Lethal (1986): CRÍTICA Review

viernes, 11 de diciembre de 2020

RACER X - Street Lethal (1986): CRÍTICA Review



by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)



Este viernes, amigos, os traigo un disco que el año que viene cumplirá 35 añazos, un álbum de mediados de los 80 que hacía tiempo que no escuchaba. De hecho, siempre me gustó más su sucesor –del que ya os hablé aquí– en la que fue la cortísima carrera ochentera de la banda de Paul Gilbert. Me refiero, claro está, a Racer X y su seminal Street lethal. Para quien no lo sepa, Gilbert fue un virtuoso adolescente que contactó com Mike Varney –el periodista fundador de Shrapnel records y descubridor de guitarristas como Malmsteen, Friedman, Tafolla, Moore, Becker o MacAlpine– interesado por que le consiguiese una audición para Ozzy Osbourne. En lugar de eso, Varney consiguió que admitieran a Gilbert en el Guitar Institute of Technology, donde el chaval acabó dando clases después de graduarse. Allí conoció al bajista John Alderete y al batería Harry Gschoesser, con quienes –junto al vocalista Jeff Martin, un recomendado de Varney– fundó Racer X, grabando a lo largo de 1986 el que sería su primer disco y que hoy comento. 


Producido y mezclado por Steve Fontano en los habituales Prairie sun recording studios y con portada de Guy Aitchison –en realidad, el paquete Prairie sun-Aitchison era habitual de las producciones de Shrapnel records–, el track list del disco era el siguiente: 

A 
Frenzy 
Street lethal 
Into the night 
Blowin’ up the radio 
Hotter than fire 
On the loose 

B 
Loud and clear 
Y.R.O. 
Dangerous love 
Getaway 
Rock it 


Con la instrumental Frenzy comienza la primera cara del disco, sirviendo de preludio a una Street lethal mezcla de heavy metal, speed y shredding que sirve como muestra a lo que podremos encontrar en este álbum. Into the night es más machacona e igual de potente, lo mismo que la que le sigue y las del resto de la obra –aunque On the loose o Dangerous love sean quizás las que menos me emocionan–, es decir, que es difícil destacar un tema sobre otro cuando todos están interpretados con ese nivel de virtuosismo. Las melodías, las voces de Martin –algo chillonas para mi gusto pero potentes–, la base rítmica y los solos son distintos elementos que la producción de Fontano cohesiona de una manera fantástica y que alcanzaría mayor grado de perfección en su siguiente disco. A destacar ese final con una Rock it de tintes vanhalenianos



¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

 

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