ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película ASESINOS DE ÉLITE (Gary McKendry, 2011): Reseña

domingo, 20 de diciembre de 2020

CRÍTICA de la película ASESINOS DE ÉLITE (Gary McKendry, 2011): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Asesinos de élite es un thriller protagonizado por Jason Statham pretendidamente basado en una historia real. La película se inicia en 1980, en las calles de una localidad de México en la que Hunter, Danny y su equipo –asesinos profesionales todos ellos- están en medio de una operación. Danny sale herido y decide dejar de una vez por todas ese mundo. Así comienza esta película, con un Jason Statham cada vez más encasillado en este tipo de cintas y un Robert De Niro a quien admiro y cuya innegable carrera de éxitos ira siempre con él, pero que está muy lejos de sus Travis Bickle o Jake Lamotta con este papel secundario disfrazado de principal, típico reclamo para llenar el cartel. La acción prosigue un año más tarde con Danny retirado en Australia recibiendo la foto de Hunter, su amigo y mentor, secuestrado en lo que parece una celda de algún lugar indeterminado de Oriente Medio. Para liberarle, Danny acaba en Oman a las órdenes de un poderoso jeque que le ordena acabar con tres ex-miembros del SAS, un comando de los cuales asesinó años atrás a sus hijos. La búsqueda alertará a un tal Spike –en la piel de Clive Owen-, antiguo soldado al servicio de una sociedad secreta denominada Feather Men integrada por antiguos miembros del SAS. 






Queridos piltrafillas que me leéis, Asesinos de élite tiene un argumento resultón, unas interpretaciones bastante pasables –aquí salen ganando Owen y un Dominic Purcell en una caracterización muy alejada de su personaje de Prison Break debido a la cara de piedra de Statham y la presencia limitada de De Niro- y un montaje que sabe mantener la tensión aunque a ratos la historia navegue un poco. Disparos, acción, testosterona, persecuciones, intrigas políticas, traiciones, incluso una sutil subtrama amorosa se dan cita en esta película, pero todo muy comedido –en mi opinión, eso es un mérito-, sin grandes excesos ni fuegos de artificio. En resumen, un coctail palomitero de dos horas que pese a que hubiese ganado puntos de haber sido aligerado de algunos minutos de metraje no deja de parecerme bastante distraído y muy recomendable para los que gusten de este tipo de historias.

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