ZEPPELIN ROCK: PINK PLOYD - Wish You Were Here (1975): CRÍTICA Review

martes, 15 de diciembre de 2020

PINK PLOYD - Wish You Were Here (1975): CRÍTICA Review



por JLBM


Quizá haya que empezar diciendo que la ausencia forzada de Syd Barrett desde 1968 había propiciado que Roger Waters se hiciese cargo de la dirección de la banda. Waters se mostró continuista, aunque añadió a la música de Pink Floyd algo más de energía y un, si cabe, mayor cinismo en las letras, un proceso que tuvo su culminación en el inmenso The Dark Side Of The Moon de 1973. Tras un álbum apabullante en todos los sentidos, se antojaba complicado para Pink Floyd elaborar algo apenas cercano en calidad y significado a tamaña obra maestra. 




Waters movió entonces las piezas casi a la inversa de lo que cualquiera hubiese apostado, en una inteligente vuelta a los orígenes para el noveno álbum de estudio de la banda. Wish You Were Here es sin duda uno de los álbumes más personales y honestos de Pink Floyd. Mientras The Dark Side Of The Moon explora la enfermedad mental y Animals y The Wall transitan entre la neurosis que la fama provoca a Waters, Wish You Were Here es su obra mas sentimental. Tras el viaje espacial que supuso The Dark Side Of The Moon, el grupo vuelve a poner los pies en tierra firme en un trabajo lleno de alma. 

La maravillosa portada de Strom Thorenson capta realmente el espíritu de Wish You Were Here, algo así como un álbum conceptual sobre lo que supuso la ausencia de Syd Barrett en el seno de Pink Floyd, algo que si bien podía haber tenido connotaciones negativas o resultar pretencioso, finalmente aquí sucede justo todo lo contrario. 

Pink Floyd alcanza en Wish You Were Here una de las muchas de sus cimas artísticas mostrando de manera tangible las habilidades de Roger Waters y David Gilmour. De las letras del primero y de los arreglos de guitarra del segundo brotan algunos de los temas mas emocionantes que jamás crearon, los tres de amor a Barrett y los dos contra la industria musical. 

Uno de los trabajos más finos de Pink Floyd en el que además de la maestría de Waters y Gilmour encontramos a un Nick Mason que toca suave, lento y con un ritmo consistente que dota al sonido de Wish You Were Here de una envoltura suave y agradable. Rick Wright envuelve y cimenta lo creado por Waters y Gilmour mediante colosales teclados.





"Shine On You Crazy Diamond" inicia y cierra el álbum de manera inmejorable. La perseverancia ante las dificultades en la vida sirve de hilo conductor en esta muestra de eterna gratitud hacia Syd Barrett. El saxo de Dick Parry, las celestiales y suntuosas guitarras de Gilmour, el teclado de Wright, el hondo sentimiento de Waters o la fabulosa batería de Mason solo adornan la majestuosidad de unos arreglos imprescindibles en la historia de la banda, por supuesto en la del rock. "Welcome To The Machine", tema demonizador sobre la industria musical, inicia la paranoia que Waters culminaría en Animals y en The Wall, mientras que "Have A Cigar" transmite el cínico punto de vista del ejecutivo musical. La brutal línea de bajo y el lucimiento de Gilmour transitan en un tema interpretado por Roy Harper, tal vez preludio de la tensión entre Waters y Gilmour. "Wish You Were Here" es probablemente la mejor balada de Pink Floyd. Escrita como un poema por Waters, esta carta dirigida a Syd Barrett cobra absoluta belleza al envolverla en los aterciopelados arreglos que compuso Gilmour. Su maravillosa guitarra acústica acentúa las palabras que Waters transmite. Monumental, como todo el álbum. 

Wish You Were Here nunca tuvo la repercusión comercial ni la atención mediática de The Dark Side Of The Moon, Animals o The Wall, pero es un trabajo crucial en la historia de Pink Floyd, transición desde su temprana psicodelia hasta algo tan difícil de definir como inmortal y de escucha obligada. Por supuesto uno de los álbumes más bellos que jamás compusieron. Todo sea por Syd Barrett.

 

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