ZEPPELIN ROCK: Crítica de VAMPIRE GIRL VS. FRANKENSTEIN GIRL (Yoshihiro Nishimura, Naoyuki Tomomatsu, 2009): Reseña

domingo, 1 de marzo de 2020

Crítica de VAMPIRE GIRL VS. FRANKENSTEIN GIRL (Yoshihiro Nishimura, Naoyuki Tomomatsu, 2009): Reseña


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




La película que hoy os traigo, piltrafillas, es Vampire girl vs. Frankenstein girl. No llevamos ni dos minutos de película cuando tres colegialas bizarras con pinta de Lolitas Frankenstein armadas con machetes atacan a una joven que parece herida. Esta muerde con sus colmillos de vampira a una de esas frikis asesinas en el cuello y de un tirón le monda el cráneo como si de una naranja se tratara. Entonces, de un cabezazo, tira la calavera contra otra de las extrañas chicas y esta se encaja en su nariz antes de arrancarle la cara entre chorros de sangre.






Amiguitos, si os gustó Tokyo Gore Police, Machine Girl o Meatball Machine –en todas ha intervenido el realizador Yoshihiro Nishimura, ya sea tras la cámara o como supervisor de efectos especiales-, aquí tenéis un nuevo caramelo de ultra gore friki y pasado de vueltas. La acción se inicia con un flashback que nos sitúa en un instituto de Tokyo un día 14 de febrero, festividad de San Valentín, fecha en la que es tradición que las jóvenes enamoradas japonesas regalen bombones a los chicos por los que se sienten atraídas. Ese día, un profesor decide requisar todos los regalos entre las alumnas de su clase y una Gothic Lolita llamada Keiko –hija del profesor de física y química del colegio, un científico loco y pusilánime- se opone. Entonces nos enteramos de que tres meses antes, ella y sus amigas –una especie de banda escolar de Lolitas- habían obligado a Mizushima, un chico de la clase, a salir con ella. Sin embargo, Monami, una alumna del instituto –otra friki que viste capa y procura ocultarse de la luz diurna- también está enamorada del chico. Por eso, el día de San Valentín, le regala un bombón relleno de su sangre –sí, lo habéis adivinado, la chica es una vampira- para convertir a Mizushima en un vampiro y así hacer que permanezca a su lado.






Eso hará enloquecer de celos a Keiko que acabará peleándose con Monami y falleciendo en el intento. Pero el padre de Keiko, el profesor chiflado de química, es en realidad una especie de doctor Frankenstein loco que mata escolares ayudado por la enfermera del instituto para intentar revivirlos luego cosiendo sus partes. Cuando descubre que su hija ha muerto, ilusionado, se dispone a convertirla en una de sus criaturas. Así, sirviéndose de partes de otros alumnos –los brazos curtidos de la campeona de cortes en las muñecas, las piernas entrenadas de la campeona de atletismo del equipo afrojaponés, los pulmones endurecidos del profesor de chino, fumador empedernido....- le devuelve la vida dando la oportunidad a Keiko de vengarse de Monami por haberle quitado a su chico. En fin, piltrafillas, una enorme bizarrada cargada de momentos hilarantes y humor negro a raudales, como ese cartel en el que vemos anunciado la 13ª edición del rally nacional de cortes en la muñeca para estudiantes de instituto. El clímax tendrá lugar con la batalla entre las dos contrincantes que del polideportivo del instituto se trasladará a la cima de la Tokyo Tower en una orgía de miembros cercenados, cuerpos aplastados y sangre a borbotones. Definitivamente, Vampire girl versus Frankenstein girl no es una película para todos los estómagos. Sin embargo, aquellos que seais capaces de dar el paso y disfrutar de ella –sin duda frikis como yo, dignos miembros de esta comunidad-, seguro que no os arrepentiréis. Horrorosamente divertida.

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