ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2013 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 29 de marzo de 2020

LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2013 - Lo mejor del cine de ese año

Nebraska

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Tras varios años muy mediocres, aparece este 2013 repentina y fulgurantemente para reconciliarnos con las añadas. No es que haya una “clase media” excepcional, pero sí un gran número de películas realmente brillantes, emotivas, sobre todo en sus retratos íntimos, de las que calan y que seguro recordáis. Pero lo cierto es que hay brillantez en muchos y variados géneros. Un año donde se indaga en la necesidad de la familia desde muy distintos puntos de vista, pero también en las relaciones y el autoconocimiento (psicológico y físico o sexual). Un año bastante reflexivo e introspectivo que fue una fresca catarsis.


Gravity

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Las mejores películas de 2013
(lo mejor del cine de ese año)



12 AÑOS DE ESCLAVITUD, de Steve McQueen. 

Un relato duro que se sabe brillante y potente, autoconsciente de su brillantez, pero al que le falta genialidad y algo de naturalidad, como si esa autoconsciencia impidiera a la película soltarse del todo, temerosa de caer en la sensiblería, conteniéndose en todo momento por los peligros que tiene el tema.




A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS, de los Hermanos Coen. 

Una historia de un hombre que no puede huir de su derrota, de sus fracasos. Un melancólico viaje en tono Folk, una odisea minimalista y cotidiana. Hay algo de amalgama autofilmográfica, autorreferencial, guiños más o menos sutiles que nos llevan a otras de sus grandes cintas, como una condensación-homenaje de sus películas y obsesiones.


AGOSTO, de John Wells. 

Un excepcional drama con un espectacular reparto que adapta la obra ganadora del Tony y el Pulitzer de Tracy Letts. La familia y sus miserias en una amalgama de emociones y relaciones.


AL ENCUENTRO DE MR. BANKS, de John Lee Hancock. 

La historia de los intentos de Walt Disney por convencer a la autora de Mary Poppins, P. L. Travers. Catorce años le costó conseguir sus derechos hasta poder estrenar el film en 1964. Cinta entretenida e interesante con unos estupendos Tom Hanks y Emma Thompson.


ANTES DEL ANOCHECER, de Richard Linklater. 

Linklater cierra con esta película la trilogía de “Antes del…”, que por derecho propio pasa a ser considerada una de las más brillantes de la historia del cine y en lo que al tema de las relaciones de pareja, en concreto, se refiere, la mejor. Un referente absoluto, un testamento. En esta trilogía, no planificada, vemos el proceso del enamoramiento producirse ante nuestros ojos, entregados a la pasión y al momento, en “Antes del amanecer” (1995), la constatación de dicho amor, asumiéndolo con madurez, apostando por el compromiso y la estabilidad en “Antes del atardecer” (2004), para llegar a la madurez de sentimientos, los deterioros, problemas de convivencia y amor estable de esta “Antes del Anochecer”.




BEGIN AGAIN, de John Carney. 

Es una versión lujosa de la anterior “Once”, también de Carney. Romántica, adorable, encantadora, amable y entrañable, con muchas reflexiones interesantes con las que poder identificarse y personajes y relaciones naturales, auténticas y sinceras. Cine sencillo y honesto, fresco y luminoso.


BLUE JASMINE, de Woody Allen. 

Uno de los mejores trabajos del Allen moderno. Aunque no aporta nada a la filmografía del genio neoyorquino, resulta una obra sólida, bien ejecutada y desarrollada y con algunos puntos fuertes muy reivindicables a pesar de sus reiterados postulados. Gran trabajo de Cate Blanchett, que interpreta un personaje que viene a ser una mezcla entre la vida de Carmen Lomana y la de la infanta Cristina y sus problemas con Urdangarín.




CAPITÁN PHILLIPS, de Paul Greengrass. 

Un vigoroso thriller que nos habla de la dignidad, del verdadero valor y heroísmo, de la familia como anclaje vital, y que siendo una cinta de género aporta realismo y emoción adaptando el libro del propio Richard Phillips y Stephan Talty. Buen trabajo de Tom Hanks, que deja un último plano espléndido.


COHERENCE, de James Ward Byrkit. 

Intrigante, interesante y críptico thriller que ha desconcertado y fascinado a un buen número de espectadores en su científica apuesta de crear una narración desde la teoría de “El gato de Schrödinger”. Arriesgada Ópera Prima, independiente y humilde que, con sus defectos, logra una magnífica atmósfera y un clima tenso muy logrado.


CONVICTO, de David Mackenzie. 

Buen film en un género en el que parece estar visto todo, el drama carcelario. Gran tensión y violencia latente donde Mackenzie vuelve a demostrar buen hacer.


DALLAS BUYERS CLUB, de Jean-Marc Vallée. 

Una correcta cinta de supervivencia, de perdones y segundas oportunidades, de amistad, redención, superación, orgullo y espíritu americano, individualista. Sobria, pero no fría, muy cuidada y medida para no caer en la sensiblería, con un tono perfecto. Una buena cinta a pesar de sus defectos. Una película con un guión algo falto de cohesión, pero con unas interpretaciones que la elevan, tanto la de Jared Leto como, sobre todo, la de Matthew McConaughey.




DE TAL PADRE, TAL HIJO, de Hirokazu Koreeda. 

La familia y sus fisuras en un relato conmovedor, quizá sensiblero para algunos, pero de hondura oriental. Koreeda es un cineasta de gran talento, sin duda.


DETRÁS DEL CANDELABRO, de Steven Soderbergh. 

Me sorprendió para bien este telefilm donde sobresale un Michael Douglas que ganó una enorme cantidad de premios por su trabajo. Biopic sobre el pianista Liberace.


EL CONGRESO, de Ari Folman. 

Distopia, Ciencia Ficción, animación… casi una locura que no deja indiferente, pero que invita a grandes e interesantes reflexiones. Para amantes de proyecto personales y particulares.


EL CUENTO DE LA PRINCESA KAGUYA, de Isao Takahata. 

Otra estupenda cinta de animación japonesa, del Estudio Ghibli, aunque no de Miyazaki. Takahata, que ya dejó devastado a todo el mundo con “La Tumba de las Luciérnagas”, apuesta aquí por un drama enmarcado en el género fantástico que seguro no os dejará indiferentes.


EL GRAN GATSBY, de Baz Luhrmann. 

Nueva versión del clásico de Scott Fitzgerald en la que Luhrmann vuelve a exhibir su estilo grandilocuente y chispeante, como burbujas de champagne. Destacan las interpretaciones, con un gran Di Caprio, como de costumbre.




EL HOBBIT. LA DESOLACIÓN SMAUG, de Peter Jackson. 

La segunda de la trilogía que sigue los mismos patrones que la anterior, quizá algo inferior, o no… En cualquier caso, es un grandioso espectáculo dentro del género.


EL LOBO DE WALL STREET, de Martin Scorsese. 

Una de las cosas que más impactan de esta trepidante, speedica, enérgica, furiosa y alocada película, es que está realizada por un Scorsese con más de 70 años. Scorsese vuelve al esquema que tantos éxitos le diera y que tanto le gusta, de alzamiento y caída de un talentoso personaje, de la inocencia a la corrupción, como ya hiciera en “Uno de los nuestros” o “Casino”, de la que esta “El lobo de Wall Street” es prima hermana y el tercer pie para una especie de trilogía. Nos ofrece una pura y gozosa digresión llena de detalles y genialidades narrativas, muchas sutiles, que ofrecen un resultado muy rico por debajo de toda la frívola parafernalia de la historia.




EL LOBO DETRÁS DE LA PUERTA, de Fernando Coimbra. 

Un particular título brasileño, que en una carcasa de thriller plantea y se sumerge en lugares y aspectos más oscuros. Interesante, original a su modo.


EL MAYORDOMO, de Lee Daniels. 

Basada en hechos reales, es una de esas películas realizadas en Hollywood destinadas a arrasar en los Oscars. Un drama racial que atraviesa cuatro décadas a través de la figura de un mayordomo en la Casa Blanca, Cecil Gaines.


EL MÉDICO, de Philipp Stölzl. 

Adaptación de la exitosa novela de Noah Gordon. Un drama ambientado en la Edad Media que se ve con interés y agrado. Una gran producción alemana que bien podría pasar por estadounidense.


EL ÚNICO SUPERVIVIENTE, de Peter Berg. 

Basada en hechos reales, en la Guerra de Afganistán, es un potente y bien facturado thriller con acción, tensión y buen pulso. Mark Wahlberg la protagoniza.


EL VIENTO SE LEVANTA, de Hayao Miyazaki. 

“El viento se levanta” es una película adulta de amor y pasión puros, de amor y pasión por los sueños, las ideas y la pareja… Una película muy hermosa, algo difusa en su saltar y en su foco, en su dispersión, en su falta de cohesión, carente de cierta garra emocional, que resulta excesivamente larga, un metraje demasiado estirado producto de numerosas reiteraciones en la trama, pero que complace finalmente. Iba a ser la última cinta del gran realizador, pero, por fortuna, ha rectificado.




ENEMY, Denis Villeneuve. 

Una película que habla sobre muchos temas, la anulación del individuo, el complejo de culpa y la búsqueda de redención, la naturaleza de la identidad, el miedo a la paternidad y el compromiso, sobre qué nos hace únicos… Muchos temas expuestos de una forma sugerente y en menos de hora y media de medido suspense y creciente angustia y sensación de opresión gracias al gran trabajo de fotografía de Nicolas Bolduc y, sobre todo, la dirección de Denis Villeneuve. Joya para paladares exquisitos y amantes de lo extraño.




EXPEDIENTE WARREN: THE CONJURING, de James Wan. 

Excelente film de terror, de lo más aseado que ha surgido en el género en los últimos años, tanto que ha dado para saga, franquicia y universos derivados… Wan, además, se destaca no sólo como talento del género, sino como magnífico director, en especial gracias a su oda al plano general en un género que busca el impacto con el corto y la sorpresa a traición.




FROZEN. LA REINA DEL HIELO, de Chris Buck y Jennifer Lee. 

Un gran éxito Disney que ganó el Oscar y triunfó con su tema musical principal. Adaptando a Hans Christian Andersen, la gran productora se adjudicó otro gran tanto, sin que la película sea redonda, en absoluto. Aventuras y fantasía para toda la familia.


GLORIA, de Sebastián Lelio. 

Muy buen trabajo chileno sobre las angustias y anhelos de la mujer madura. Reflexiva, emotiva, sincera… es una película que logra un acertado retrato con un gran trabajo de su protagonista, Paulina García.


GRAVITY, de Alfonso Cuarón. 

Obra incontestable que se vea desde el prisma que se vea, más filosófico y espiritual o como una simple película de aventuras y ciencia ficción, deslumbra y se convierte en referente y clásico del género. Pocas veces se sentirá como aquí lo que es estar en el espacio sin ser astronauta, especialmente en 3D. Porque “Gravity” no se limita a contar una sencilla historia de aventuras, su subtexto desarrolla con suma sutileza una reflexión aguda sobre cómo se gesta la fe, verdadera esencia conceptual del film.


GRU 2. MI VILLANO FAVORITO, de Pierre Coffin y Chris Renaud. 

La estupenda cinta original pedía secuela… y las tuvo… No llega a aquella, pero entretiene y complace.


HEIMAT - LA OTRA TIERRA, de Edgar Reitz. 

Dividida en dos partes, funciona a modo de precuela de la trilogía de Reitz. Está ambientada en el siglo XIX y se trata de un excepcional retrato. Película brillante y poco conocida.


HER, de Spike Jonze. 

Bellísima, sutil y exquisita obra maestra que indaga con sensibilidad e inteligencia en los resortes de las emociones puras y sus mecanismos en la sociedad actual. La poética de Jonze es nostálgica, tierna, entrañable, extraña, romántica, dura en ocasiones, pero siempre matizada por los elementos anteriores, siempre esperanzada. Aquí logra su mejor película, repleta de matices, la perfecta muestra de su agridulce y nostálgica poética y sensibilidad. Una joya, una obra maestra sobre el amor puro, sincero y auténtico aunque, quizá, caduco.




IDA, de Pawel Pawlikowski. 

Deslumbrante estética la de esta oscarizada cinta que reflexiona sobre la fe, la religión y el horror nazi. Una película muy sofisticada con un blanco y negro deslumbrante.


LA GRAN ESTAFA AMERICANA, de David O. Russell. 

Una pequeña decepción, una cinta realmente sobrevalorada que sin ser una mala película no está, ni de lejos, entre lo mejor de este excelente año cinematográfico. Gran reparto de relumbrón, personajes y relaciones que funcionan correctamente… El problema es que la historia es casi inexistente, poco interesante, mal narrada, insulsa e insustancial, por lo que se cae en gran parte el entramado.




LA GRAN BELLEZA, de Paolo Sorrentino. 

Extraña, personal, sugerente, hipnótica… esta joya esteticista de Sorrentino, al estilo Fellini, cautivó a público y crítica, lo que le dio el Oscar como Mejor Película de Habla no Inglesa.




LA LADRONA DE LIBROS, de Brian Percival. 

Literatura contra nazismo, cultura frente a barbarie. Aseada y académica cinta que se ve con agrado. Bien interpretada.


LA LEY DEL MÁS FUERTE, de Scott Cooper. 

Intenso thriller melodramático en el que destaca el excepcional trabajo de los actores y el pulso de Cooper para manejarlos dentro de esa maraña de situaciones límite.


LA MEJOR OFERTA, de Giuseppe Tornatore. 

Una sugerente intriga llena de giros de guión, un tanto manipuladora, que se descubre en habilidosa reflexión sobre la vida, sus emociones y el miedo y necesidad de las mismas… Buen año de Geoffrey Rush.




LA MIRADA DEL HIJO (MADRE E HIJO), de Calin Peter Netzer. 

Interesante cinta rumana, un intenso drama que indaga en múltiples aspectos de la pérdida y el amor, de la tragedia y la justicia.


LA VENUS DE LAS PIELES, de Roman Polanski. 

Uno de esos brillantes encierros de Polanski que exprime a sus actores y sus personajes. Teatro, metalingüismo, la opresión, la obsesión y los temas favoritos del director derramándose por la pantalla.




LA VIDA DE ADÈLE, de Abdellatif Kechiche. 

Uno de los títulos eróticos que más dieron que hablar en los últimos años, entre otras cosas por los elogios críticos que recibió. Sorprendieron sus explícitas escenas sexuales, pero también conmovió la historia de amor adolescente.




LAS VIDAS DE GRACE (SHORT TERM 12), de Destin Cretton. 

Una joya. Una pequeña obra maestra, independiente, conmovedora, profunda. Una película que muchos no conoceréis, pero los que la hayáis visto seguro que sabréis de su calidad. No soy apologeta de esto, pero si la podéis ver en versión original, mejor, tiene un grado más de calidez aún.




LOCKE, de Steven Knight. 

Un drama psicológico con toque de thriller narrado en tiempo real en el que Tom Hardy lleva todo el peso de la película. Un arriesgado planteamiento del que Knight sale airoso. El fracaso y la búsqueda de redención.


LOS JUEGOS DEL HAMBRE: EN LLAMAS, de Francis Lawrence. 

Tiene muchos elementos superiores a su predecesora, pero es una completa decepción ya que no es más que una copia simplificada y depurada de la misma, que no hace evolucionar la mitología de la saga ni expone nada nuevo, descubriéndose como una vulgar película bisagra hacia el capítulo final.


MANDARINAS, de Zaza UrusHadze. 

Drama bélico, sencillo, honesto, que expone con agradable y sosegado ritmo su tesis. Amalgama del conflicto bélico en un relato íntimo con acierto. Tiene prestigio crítico.




METRO MANILA, de Sean Ellis. 

Es una cinta peculiar, que mezcla la crítica social y el thriller, el drama con la acción, saliendo airosa del envite. Un thriller que se aleja de lo convencional, al menos en cierta medida.


MISERICORDIA (LOS CASOS DEL DEPARTAMENTO Q), de Mikkel Norgaard. 

Basada en la saga de libros del danés Jussi Adler-Olsen, es la primera de una serie de películas bastante interesantes y entretenidas. Un clásico título Noir escandinavo, con algunos momentos buenos y poderosos y una trama atractiva, aunque convencional en líneas generales, sin nada especialmente reseñable.


MONSTRUOS UNIVERSITY, de Dan Scalon. 

Precuela de una de sus indiscutibles joyas, “Monstruos S. A.”, es una estupenda cinta de animación que está indudablemente por debajo de los grandes títulos que nos ha dejado Pixar, pero que se disfruta sin complejos enormemente.




NEBRASKA, de Alexander Payne. 

El señor Alexander Payne facturó una pequeña joya incontestable, una película que se hinca muy dentro en su sencillez y naturalidad. Muestra todos los rasgos autorales, estilísticos y conceptuales que ha venido tocando y desarrollando a lo largo de su filmografía, pero lo hace sublimándolos, con más hondura, encanto, sensibilidad, autenticidad, sinceridad, con un tono siempre contenido, sensible, emotivo, entrañable y muy bello.


NEW WORLD, de Park Hoon-jung. 

Ración de cine de Corea del Sur. Asesinatos, matanzas, violencia, luchas de poder, mafias… No se les da mal el tema. No es de las más destacadas del género, pero seguro que los fans la disfrutan.


NYMPHOMANIAC. Volumen 1., de Lars von Trier. 

El polémico director con otra historia extrema de esas que no dejan indiferente, aquí explorando el sexo y sus límites. Desde luego, llama la atención, pero no es uno de sus mejores trabajos…




NYMPHOMANIAC. Volumen 2., de Lars von Trier. 

Segunda parte de la anterior, que se dividió para sus pases en salas.


PHILOMENA, de Stephen Frears. 

No está entre lo más destacado del gran Frears, ni mucho menos. Una película que aunque correcta y con virtudes, en especial el inicio y una dirección sobria que maneja a la perfección el tono, usando la comedia para equilibrar un tema tan duro y escabroso como el que trata, en una demostración del talento del director, tampoco está entre lo mejor del año.


PRISIONEROS, de Denis Villeneuve. 

Uno de los thrillers más sofisticados y depurados de los últimos años, una auténtica joya repleta de tensión, con una dirección francamente perfecta y unos intérpretes inspiradísimos. Mucha tela que cortar en esta obra, más allá de sus virtudes obvias.




ROMPENIEVES (SNOWPIERCER), de Bong Joon-ho. 

El director de “Parásitos” ya jugó con la estratificación social en esta interesante e irregular distopía sobre un mundo congelado y recluido en un tren que no para de dar vueltas. Aceptable.


RUSH, de Ron Howard. 

“Rush” habla de amistad, rivalidad, de la necesidad de competencia, de la competitividad, de la competición como forma de forjar individualidades, de formas de vivir, de la necesidad de un objetivo, incluso desde enfoques radicalmente opuestos, de la vida como motivación, de las motivaciones para vivir, del riesgo, de la individualidad, de la búsqueda de la propia esencia y la autoafirmación… Una joya, de lo mejor que se ha visto en un año excelente de cine, una obra redonda que además es la película que mejor ha tratado y mostrado el mundo de la Fórmula 1.




SOLO LOS AMANTES SOBREVIVEN, de Jim Jarmusch. 

Jarmusch con una peculiar cinta fantástica, de vampiros, en un mundo agonizante, casi extinto, de un romanticismo personal, aunque coherente.


STAR TREK: EN LA OSCURIDAD, de J. J. Abrams. 

Secuela del reboot lanzado por Abrams. Bastante inferior a la original, pero con un buen villano encarnado por Cumberbatch.


STOKER, de Park Chan-wook. 

El director de “Oldboy” en su primera incursión en el cine estadounidense. Lo hace con un inquietante thriller psicológico y atmosférico que tiene su toque personal.




UNA CUESTIÓN DE TIEMPO, de Richard Curtis. 

Romántica cinta fantástica que usa la idea de los viajes en el tiempo con motivos amorosos. Una entrañable comedia romántica que puede encantar y seducir tanto como empalagar… Eso ya depende de ti…


UNA FAMILIA DE TOKIO, de Yôji Yamada. 

Remake de la obra maestra de Ozu “Cuentos de Tokio” (1953). No llega a la original, ni mucho menos, pero en absoluto es desdeñable y sí muy necesaria.


VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS, de David Trueba. 

Road movie en clave de comedia dramática. Trueba acierta en su reflexión sobre el tránsito, sobre la idea de que lo importante es el camino y los sueños. Muy buen Javier Cámara.




WE ARE THE BEST!, de Lukas Moodysson. 

No podía faltar una cinta de oda musical. Un grupo de chicas con afición al Punk. Cinta sueca con encanto y energía adolescente.

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