The Artist.
por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC
Otro año más que discreto, donde cuesta encontrar cintas verdaderamente notables, si bien hay varias joyas magníficas. Seguimos en esta deriva mediocre de años muy flojos, una de las peores épocas del cine. Una época confusa, titubeante, donde comienza a apreciarse ese anhelo nostálgico que en posteriores años se haría esencial en series y películas. Miradas al pasado y a la infancia. En cualquier caso, conoceréis muchas, porque son películas recientes, y muchas seguramente se han engrandecido a través del recuerdo y el tiempo.
Melancolía.
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Las mejores películas de 2011
(lo mejor del cine de ese año)
50/50, de Jonathan Levine.
Una de enfermedades en un tono más ligero, amable y comercial, con sus toques de comedia y apreciable sensibilidad. Buen trabajo del elenco de actores.
ANONYMOUS, de Roland Emmerich.
Emmerich indagando en la vida de Shakespeare, el retrato de una época y el misterio de la personalidad y autoría del bardo y las obras adjudicadas a su persona… Tiene su interés.
ARRUGAS, de Ignacio Ferreras.
Entrañable y emotiva cinta española de animación sobre la vejez, la amistad y el Alzheimer. Un conmovedor relato sobre una edad que demasiadas veces se relega u olvida.
CÓDIGO FUENTE, de Duncan Jones.
Compleja obra de Ciencia Ficción con viajes en el tiempo e intriga en clave de thriller. Se intuyen apreciables influencias en un buen relato de género.
COMO LOCOS, de Drake Doremus.
Un melodrama actual llegado desde el cine independiente americano. Título delicado y sensible para amantes y románticos.
CRAZY, STUPID, LOVE, de Glenn Ficarra y John Requa.
Comedia divertida y fresca, sin ser nada excepcional, se ve con agrado y se ríe de algunos de los clichés del género. Historia de seis soledades, algo que se muestra de forma sutil y nada sensiblera, un aspecto que pasa casi desapercibido, pero que hace especialmente nostálgica una cinta en la que el espectador puede identificarse con gozo con casi todos los personajes.
CRIADAS Y SEÑORAS, de Tate Taylor.
La “Tomates verdes fritos” de la década. En Hollywood siempre han gustado los melodramas suaves, o no tan suaves, con toques de comedia y profundidad social, las historias emotivas de aliento clásico, seguramente por ello “Criadas y señoras” se convirtió en la película independiente más exitosa y taquillera de su año (sleeper). El racismo, las relaciones, los actos valientes… tocados con emotividad y humor. Os gustará y saldréis sonrientes después de su visionado, siempre que se vaya sin prejuicios. Como debe ser.
DRIVE, de Nicolas Winding Refn.
Nicolas Winding Refn ha construido un sólido thriller brillantemente protagonizado por Ryan Gosling, lo que viene a ser costumbre, pero que no pasa de ser una amalgama de referencias cinéfilas y en su esencia una copia de Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976).
EL CABALLO DE TURÍN, de Béla Tarr y Ágnes Hranitzky.
Cine personal y no precisamente accesible ni asimilable por el público medio. Con una historia vagamente inspirada en un episodio al final de la carrera de Nietzsche, se pretende una reflexión filosófica en una estética depurada y un estilo lírico.
EL EXÓTICO HOTEL MARIGOLD, de John Madden.
Agradable comedia británica, con ese humor tan característico suyo, que fue todo un éxito. Entrañables ancianos buscando una etapa de disfrute, diferencias culturales enriquecedoras y desconcertantes y un choque siempre divertido…
EL IRLANDÉS, de John Michael McDonagh.
Entre la comedia y el thriller, McDonagh acierta con el tono y logra un solvente título bastante entretenido.
EL NIÑO DE LA BICICLETA, de Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne.
Otro emotivo drama, de narración fresca y dinámica (la película no llega a la hora y media), que logra su propósito con sobrada solvencia.
EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS, de Rupert Wyatt.
Primera de la excepcional trilogía precuela de “El Planeta de los Simios”. Una gratísima sorpresa y una notable película que contra todo pronóstico se posiciona entre lo más destacado dentro de la Ciencia Ficción y los blockbuster de los últimos tiempos.
EL TOPO, de Tomas Alfredson.
Tomas Alfredson, director de la magnífica “Déjame entrar” (2008), nos deja un thriller de estilo extraordinariamente clásico, sobrio, de una tensión contenida, calmada, vibrante y muy potente, con unas interpretaciones magníficas y una fuerza narrativa muy convincente. Adaptación de la obra de John le Carré.
HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE Pt. 2, de David Yates.
Definitiva conclusión a una de las sagas más exitosas de la historia. Un final épico, oscuro, intenso, que mejora con creces la anterior parte de pura transición ligada a ella. Llantos, muertes, alegrías y éxitos del mago más famoso del siglo XXI y sus amigos.
INTOCABLE, de Olivier Nakache y Eric Toledano.
Uno de los mayores éxitos del cine francés que ha conquistado los corazones de todos los espectadores. Una comedia dramática amable, emotiva, muy sensible, nada sensiblera, directa, que llega con potencia al corazón y a dejar una sonrisa irreductible al final de la proyección. Y sin ser una cinta excepcional, precisamente.
JANE EYRE, de Cary Joji Fukunaga.
Nueva adaptación de la excelente novela de Charlotte Brontë, muy bien recibida y valorada, a pesar del reto de competir contra otras ilustres versiones. Grandes interpretaciones en una historia que te da todo casi hecho…
KISEKI (MILAGRO), de Hirokazu Koreeda.
Koreeda entrega una obra sencilla y apacible, repleta de naturalidad, que convierte una anécdota en algo hermoso y entrañable a pesar de su dispersión y que esté en exceso estirada, lo que resta impacto emocional, uno de los grandes peros de la cinta. La ingenuidad infantil queda perfectamente trasladada en la mirada de los protagonistas y hacen que la obra acabe siendo decididamente encantadora.
LA DEUDA, de John Madden.
Interesantísimo thriller, un trabajo bastante notable que merece la pena verse. Un thriller de calidad, suspense, una trama bien elaborada, creíble, clara, dedicando tiempo a sus personajes y sentimientos.
LA INVENCIÓN DE HUGO, de Martin Scorsese.
Nadie podía esperar que Scorsese se destapara con una obra maestra del cine infantil, en principio tan alejado a sus inquietudes temáticas, pero lo ha hecho. El cineasta más cinéfilo e influyente del cine moderno es capaz de cualquier cosa, de dirigir como cualquier director y de sorprender aún a cualquier espectador. En contra de lo que pueda parecer, además, la cinta es muy personal. Una película para los que amen el cine, les guste soñar, vivir, amar y reflexionar. Sí, la magia existe, y aunque algunos lo olvidan o se consideran demasiado importantes para tenerla en cuenta, ahí está.
LA MÚSICA NUNCA DEJÓ DE SONAR, de Jim Kohlberg.
J.K. Simmons ligado a otra historia con la música como protagonista. Y es una historia muy interesante, con un planteamiento más que atractivo que reivindica el poder de la música, que es obligado destacar en esta página.
LA PIEL QUE HABITO, de Pedro Almodóvar.
Atractiva, bizarra y retorcida cinta del manchego que vuelve a crear un monstruo de Frankenstein cinéfilo, referencia que también encaja con la trama, para exponer de forma original muchas de sus obsesiones. Buen film tributario de “Ojos sin rostro” de Georges Franju (1960).
LAS AVENTURAS DE TINTÍN: EL SECRETO DEL UNICORNIO, de Steven Spielberg.
Un magnífico film de aventuras. La gran duda con la adaptación de Spielberg para el cine que a mí me tenía tenso, era si se lograría transmitir el interés y fascinación que el lector del cómic siente por las tramas de misterio e intriga. La respuesta general es que sí, que Spielberg logra transmitir la fascinación por la historia y aventuras del mítico personaje creado por Hergè, pero que lo ha desnaturalizado un poco, lo que es un defecto reseñable.
LAS FLORES DE LA GUERRA, de Zhang Yimou.
La película más cara de la historia del cine chino hasta esa fecha, de Yimou, por supuesto. Ambientada en la brutal guerra Chino-Japonesa, es un potente drama que contiene todos los valores y temas clásicos de las cintas bélicas y de supervivencia. Un buen film protagonizado por Christian Bale.
LOS DESCENDIENTES, de Alexander Payne.
Alexander Payne nos trae una historia sobre los secretos, traiciones, problemas y conflictos de una familia para defenderla por encima de todas las cosas. Una excelente película que no muestra el más mínimo rubor en apostar por la familia y la necesidad de ella con una sensibilidad extraordinaria, sentimientos contenidos y profundidad en el fondo. La familia, los antepasados, la tradición y, sobre todo, uno de los temas esenciales, el legado, son la propuesta de una película bella y perfectamente equilibrada, intimista y sincera.
LOS IDUS DE MARZO, de George Clooney.
La carrera de Clooney como director ya va siendo considerable, con varios títulos en su haber. Este es uno de sus mejores trabajos, indagando en los resortes del poder, donde la falta de escrúpulos es un ingrediente indispensable.
MARGIN CALL, de J. C. Chandor.
Buena, interesante, pero que deja con hambre, un apetito no saciado en una obra que daba para algo de mayor calado, y que se pierde en la puesta en escena esteticista y vistosa, brillante, pero excesivamente por encima del fondo de lo tratado, que queda por debajo en todo momento.
MEDIANOCHE EN PARÍS, de Woody Allen.
Puede ser una de las más aceptables cintas del grandioso cineasta neoyorkino en estos años, sin que ello signifique que sea nada sublime. Una película que parece recuperar en cierta medida al Allen más inspirado, pero que entusiasmará sólo a aquellos que no le conozcan bien, porque sus fans más acérrimos la verán como una simplificación de su universo en todos los sentidos.
MELANCOLÍA, de Lars von Trier.
Una película extravagante y de imágenes fascinantes, extraña y sugerente, que no está entre lo más destacado de su director, tampoco entre lo más polémico…
MI SEMANA CON MARILYN, de Simon Curtis.
Correcta y convencional película que nos cuenta los avatares del rodaje de “El príncipe y la corista” (Laurence Olivier, 1957) y la relación que un tercer ayudante de dirección, Colin Clark, mantuvo con Marilyn Monroe. Lo más destacado son las fantásticas interpretaciones de Kenneth Branagh y Michelle Williams.
MIENTRAS DUERMES, de Jaume Balagueró.
Una maquiavélica mirada a lo Polanski o a lo Hitchcock, el pervertido y perturbado voyeur en un thriller psicológico enfermizo y desasosegante, donde Luis Tosar está en su salsa.
MILLENNIUM: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES, de David Fincher.
El remake americano de la exitosa adaptación de las novelas de Stieg Larsson. No hubo continuación, pero Fincher cumple sin alardes aquí, si bien su talento se impone a la anterior versión.
MONEYBALL, de Bennett Miller.
Obra inteligente, brillante, emocionante y original que ha tirado por tierra mis prejuicios y de la que se disfruta sin lugar a dudas. Desde su sencillez, deja momentos y reflexiones magníficas.
NADER Y SIMIN, UNA SEPARACIÓN, de Asghar Farhadi.
Una gran película que juega inteligente y sensiblemente con las emociones desde las más variadas relaciones y visiones. Una obra enriquecedora, emotiva y profunda.
ONE DAY (SIEMPRE EL MISMO DÍA), de Lone Scherfig.
Esta es para románticos de pura cepa. Además es un buen film en el estilo, más profundo y preciso que otros, en un género donde muchas veces abunda lo formulario.
PERFECT SENSE, de David Mackenzie.
Esta viene que ni pintada para esta época. Una pandemia extendiéndose y un amor íntimo, porque en estas circunstancias lo mejor es ponerse a follar… Es una idea estupenda, donde la gente va perdiendo sus sentidos por culpa de esa epidemia. Interesante film.
PRIMOS, de Daniel Sánchez Arévalo.
Una entrañable comedia, tierna, particular, con ese paso a la madurez al que nos resistimos, con ese anhelo despreocupado de lo que fue y pronto dejará de ser.
REDADA ASESINA, de Gareth Evans.
Tremendo título de acción, trepidante y sin concesiones. No hay tiempos muertos, son tiroteos y peleas espectaculares, pero de verdad, con un protagonista portentoso en estas lides, Iko Uwais. Es pura coreografía, una detrás de otra, en planos sin corte. En eso se basa todo, no hay mucho más, pero es tremendamente eficaz.
REDENCIÓN, de Paddy Considine.
Drama seco, contundente, descarnado, pero eficaz, que propone reflexiones interesantes, donde la soledad, el dolor y, por supuesto, la redención, son pieza clave.
SHAME, de Steve McQueen.
Un viaje al fondo del abismo, al lado más oscuro del ser humano y de la dependencia, una dependencia muy contemporánea. Un retrato de gente que toca fondo, fondo en su dignidad. Steve McQueen, no el actor sino el director, nos ofrece una película dura, compleja, nada complaciente y brillante. Y además tenemos el pene de Fassbender.
SHERLOCK HOLMES: JUEGO DE SOMBRAS, de Guy Ritchie.
No es mal producto esta reinvención del mito, si bien la secuela es inferior a la original de Ritchie. Algún toque de ingenio pero poca elaboración real y consistente. Aquí no existe, como sí lo hay en las obras de Sir Arthur Conan Doyle, el matiz, el elemento discordante, el cuidado por el detalle, la clave de la investigación… estos aspectos en la cinta son de brocha gorda y secundarios. Pros y contras para un pasable producto final. Un inofensivo entretenimiento.
STARBUCK, de Ken Scott.
Divertida comedia canadiense con un buen enredo y estupendos diálogos, que iría, con sus matices, en la onda del cine de Apatow. Para pasar un buen rato.
SUPER 8, de J. J. Abrams.
Se ha vendido esta película como una revisión del espíritu de las películas de los 80 de Spielberg y todos los que a su abrigo acometieron proyectos donde la infancia y la juventud tenían un protagonismo absoluto, bajo la producción del primero o simplemente su influencia. Hay mucho de eso, desde luego. En esta nueva década parece que surgen voces que apuestan por una narrativa más clásica y por contar historias a la vieja usanza, la buena, pero que esto no nos lleve a sobrevalorar o crear ídolos donde no los hay. “Super 8” se merece un notable, pero sin desmadrarse.
TAKE SHELTER, de Jeff Nichols.
Cine independiente apocalíptico, que no es poca cosa… Un cine que suele ser aparatoso, aquí es tratado de manera más cerrada, íntima, profundizando en sus conceptos, y bien interpretado.
TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN, de Lynne Ramsay.
Un drama con toques de thriller psicológico incómodo y perturbador, que tiene en la atmósfera creada desde la dirección, imagen y sonido, lo más llamativo.
THE ARTIST, de Michel Hazanavicius.
Oiréis a menudo al referiste a esta maravillosa cinta la idea de un homenaje al cine mudo y ese tipo de cosas, pero lo cierto es que aunque ese elemento existe sin duda, es en realidad accesorio. “The artist” es mucho más y más importante. Es METACINE. Una reflexión sobre el cine, sobre el arte y su relación e influencia en la vida misma, sobre la ficción y la naturaleza de la realidad, sobre la necesidad de la ilusión, sobre la importancia del pasado en el presente, sobre la necesidad y el respeto que se debe a los maestros, sobre la idea de que lo moderno es posible gracias a lo clásico, sobre la necesidad de eliminar los prejuicios artísticos, sobre el amor al cine y al arte, sobre el verdadero sentido del progreso, sobre la evolución, sobre la adaptación a los cambios, sobre la prepotencia de los artistas y su menosprecio a las novedades, sobre la poca cabida del orgullo en ningún aspecto de la vida, sobre…
UN CUENTO CHINO, de Sebastián Borensztein.
Una película bonita y con encanto, de esas que buscan la sonrisa, en una oda a las relaciones humanas, la tolerancia y la necesidad de ambas.
UN DIOS SALVAJE, de Roman Polanski.
Una estupenda obra de cámara que engloba muchas de las obsesiones y elementos del universo del maestro. Todos los componentes del reparto están estupendos en unos papeles que son muy agradecidos, con gran variedad de matices y registros. Un nuevo acierto de Roman Polanski, que sigue mostrando un talento excepcional aunque pasen los años.
WAR HORSE (CABALLO DE BATALLA), de Steven Spielberg.
El legado de John Ford, Howard Hawks, Fleming o Anthony Mann está aquí. La mirada de Spielberg en esta cinta es la mirada de “E.T. El extraterrestre” (1982), pero en el contexto de una guerra mundial, ante lo que no se escatima el aspecto épico a lo “Salvar al soldado Ryan” (1998), guardando las distancias. Y el caballo, ese metafórico caballo, que si no se capta lo que significa, hará a muchos despreciar esta magnífica obra…
WARRIOR, de Gavin O’Connor.
Puede engañar este film al sumergirse en el mundo del boxeo y las artes marciales, pero se trata de un poderoso drama, lleno de fuerza y vigor, de notable calidad y bien interpretado.
X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN, de Matthew Vaughn.
Estupenda precuela de la saga, de lo mejor de la misma. Perdón, la mejor de ellas. Un espectáculo satisfactorio y que saca partido a sus muchos personajes y conflictos.
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