ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2004 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 8 de diciembre de 2019

LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2004 - Lo mejor del cine de ese año

Kill Bill 2

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



El cine oriental, que comenzó a coger impulso y prestigio entre un público más amplio en esta nueva década, vuelve a destacar en 2004. Es de lo más rescatable, ya que no hay grandes títulos, salvando los 4 o 5 que siempre aparecen, de gran calado, al menos en el cine estadounidense. Tramas introspectivas y psicológicas, retratos de madurez y conflictos psicológicos y morales como esencias abundantes en este año discreto.

Million Dollar Baby


---------------------------

Las mejores películas de 2004
(lo mejor del cine de ese año)



2046, de Wong Kar-Wai. 

Romanticismo en una alegórica historia llena de poesía y lirismo, enmarcada en el melodrama, el fantástico, la Ciencia Ficción. Desde luego no es para púbicos mayoritarios, pero es una joya extraordinaria.




A MOMENT TO REMEMBER, de John H. Lee. 

Un dramón en toda regla. Amor y enfermedad, pero con el tacto y la sensibilidad oriental. Una bonita película para llorar a gusto.


ALGO EN COMÚN, de Zach Braff. 

Simpático retrato sobre la madurez. Una comedia romántica con su toque melancólico, buenos diálogos y bien interpretada, donde destaca Natalie Portman. Cine independiente que tuvo gran prestigio.


AMANECER DE LOS MUERTOS, de Zack Snyder. 

La película que alzó a la fama a Snyder. Una poderosa incursión en el cine de zombies ciertamente satisfactoria. Remake de la de Romero, es un sano entretenimiento.




ANTES DEL ATARDECER, de Richard Linklater. 

Obra maestra y segunda de la saga. La madurez, la consolidación de la relación, o más bien el inicio de lo que será consolidación. Diálogos brillantes en una continuación perfecta donde el romanticismo evoluciona a una realidad fehaciente.




BOMBÓN, EL PERRO, de Carlos Sorín. 

Película pequeña, entrañable, emotiva y deliciosa. Con una historia leve y aparentemente intrascendente, se logra conmover. Tierna, triste, esperanzada. Poco conocida, pero merece la pena.


CAMINAR SOBRE LAS AGUAS, de Eytan Fox. 

Interesante drama israelí que juega también con el thriller y los componentes psicológicos donde los prejuicios, los clichés y los estereotipos se ponen a prueba en la relación de amistad de un duro sicario y un joven homosexual. A tener en cuenta.


CLOSER, de Mike Nichols. 

Excelente película, llena de personajes interesantes, mucho morbo y relaciones perniciosas basadas en las mentiras, los engaños, los intereses y las manipulaciones, que sirven al gran Nichols para escenificar un gran fresco de emociones, ideas y temas. Sensacional reparto.




COLLATERAL, de Michael Mann. 

Gran película de Mann, que a su habitual estilo visual elegante y sofisticado, suma el gran trabajo de Tom Cruise y Jamie Foxx, cambiando roles, donde el primero factura un espléndido villano. Estupendo thriller.


CONTRA LA PARED, de Fatih Akin. 

No es la película ideal para depresivos, porque es pesimista desoladora, triste… Seres rotos, muy deteriorados, que encuentran una rendija, no se sabe si muy auténtica, para cierta liberación.


CRASH, de Paul Haggis. 

Ganadora del Oscar, es una cinta sobrevalorada que reflexiona sobre los grises que desmantelan prejuicios y brochas gordas. En todos hay cosas buenas y malas, nos viene a decir Haggis, que lo hace de una manera algo torpe en ocasiones, aunque, está claro, eficaz.




DEAD MAN’S SHOES, de Shane Meadows. 

Thriller de venganza con buenos elementos y mimbres que logra transmitir las viscerales emociones que pretende. Poco conocido, pero atractivo.


DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS, de Marc Forster. 

Encantadora, emotiva y entrañable cinta que sigue la gestación de Peter Pan y a su autor, James Barrie. Obviando aspectos sórdidos, sólo sugeridos, es un estupendo drama que entiende a la perfección la infancia. Para soltar la lagrimilla a gusto.




DIARIOS DE MOTOCICLETA, de Walter Salles. 

La juventud idealista e idealizada del “Che” en un viaje en motocicleta junto a su amigo Alberto Granado recorriendo América del Sur. Una road-movie que de paso muestra el contexto sociológico de la época.


DOS HERMANOS, de Jean-Jacques Annaud. 

Annaud vuelve a sus relatos más o menos realistas protagonizados por animales donde la imagen es la columna vertebral. Aquí lo hace con una historia sencilla y encantadora que gustó bastante. Muy Disney sin ser de Disney.


EL 7º DÍA, de Carlos Saura. 

Recreación de los sucesos de Puerto Hurraco que sirve para exponer la realidad social de esa España profunda en la que los odios y enfrentamientos enquistados, aquí entre dos familias, salieron de la forma más descarnada, seca y violenta.


EL AVIADOR, de Martin Scorsese. 

Scorsese se sumerge en la vida de Howard Hughes, un talento polifacético, ambicioso, visionario, megalómano, en un retrato neurótico y desequilibrado con un gran Leonardo DiCaprio. Con todo el aliento clásico tanto de la época como de aquel cine bigger than life.




EL CASTILLO AMBULANTE, de Hayao Miyazaki. 

Joya de Miyazaki repleta de fantasía, alegorías e imaginación. Una de sus obras más extrañas y particulares que es pura fascinación. Basada en la novela de Diana Wynne Jones.




EL DIARIO DE NOA, de Nick Cassavetes. 

Dramón tremendo con toque amargo que lo elevó a los altares. Para llorar sin complejos y para románticos empedernidos. Lanzó a la fama completamente a Ryan Gosling.


EL EFECTO MARIPOSA, de Eric Bress y J. Mackye Gruber. 

Una tremenda locura que ofrece una particular y distinta mirada a las tramas de viajes en el tiempo. Lo mismo perdéis, pero es un buen trabajo.


EL FUEGO DE LA VENGANZA, de Tony Scott. 

Notable título del injustamente infravalorado Tony Scott, lastrado por una sobrecarga estilística que resta fuerza al conjunto, especialmente en sus momentos más intensos, pero sale a flote gracias a una historia potente, bien narrada y muy bien interpretada por todo el reparto, donde sobresalen Denzel Washington y Dakota Fanning con su entrañable relación.


EL HUNDIMIENTO, de Oliver Hirschbiegel. 

Soberbia película sobre los últimos momentos de Hitler que deja una interpretación para el recuerdo de Bruno Ganz. Lo que logra el actor es complicado, clavar al personaje al mismo tiempo que es capaz de dotarlo de humanidad. Una de las grandes cintas del año.




EL LEÑADOR, de Nicole Kassell. 

Una película atrevida desde su origen, que toca temas complicados y tiene como protagonista a un abusador infantil, pero que procura mantener el tacto y no ofender, con lo que se queda un tanto a medias. Atractiva, en cualquier caso.


EL LOBO, de Miguel Courtois. 

La historia del agente infiltrado en el entramado de ETA. Un tremendo y arriesgado trabajo de un auténtico héroe que dejó muy tocada a la organización. Potente thriller español bastante competente.


EL MAQUINISTA, de Brad Anderson. 

Thriller psicológico con giros sorpresa que deja un escalofriante trabajo de Christian Bale, delgado hasta el horror. Previsible para quien ha visto mucho cine, pero interesante.


EL MITO DE BOURNE, de Paul Greengrass. 

Excepcional secuela que no desmerece a la original, a la que incluso supera en el virtuosismo de sus coreografías y un montaje excepcional. Referente del thriller y el cine de acción modernos.




EL SECRETO DE VERA DRAKE, de Mike Leigh. 

Drama sobre una madre de familia que practica abortos clandestinos. Elogiado trabajo en el que destaca Imelda Staunton y donde se procura hacer un retrato complejo tanto del tema como de la familia.


ENTRE COPAS, de Alexander Payne. 

Comedia de gran prestigio sustentada por un buen guión en el que destacan sus diálogos. Madura y simpática. Uno de los trabajos de Payne más recordados.




HARRY POTTER Y EL PRISIONERO DE AZKABÁN, de Alfonso Cuarón. 

Es la tercera de la saga y la que supone el definitivo cambio estético. Cuarón la dota de un aspecto mucho más oscuro, emparentándola con el cine de terror, usando lo nocturno y los grises, un tono y una estética que ya no abandonaría la saga. Para muchos es la mejor de la franquicia.




HERMANOS, de Susanne Bier. 

Drama danés sobre las secuelas de la guerra en un trío de personas donde los dolores, las recomposiciones, el amor y las relaciones forman un complejo entramado emocional. Tuvo remake americano.


HIERRO 3, de Kim Ki-duk. 

Soberbia película. Extraña, hipnótica, peculiar, desconcertante… Un drama romántico en las antípodas de lo convencional. Pura sugerencia desde que comienza hasta que termina, dando cabida a multitud de lecturas e interpretaciones, desde su historia a su puesta en escena. Soy consciente de que no es para todos, pero la recomiendo.




HOTEL RWANDA, de Terry George. 

Basada en hechos reales, cinta ambientada en la Guerra de Ruanda, en 1994. Un hotel como refugio ante el conflicto entre los hutu y los tutsi. Una estupenda película sobre los odios enquistados en las sociedades, los heroísmos y los apegos que importan.


KILL BILL 2, de Quentin Tarantino. 

La segunda parte es la sosegada. Aquí, aunque también hay momentos de acción, destacan más los siempre elogiados diálogos tarantinianos. Destaco el de Superman al final del film. En realidad hay que verla como un todo junto a su hermana.


LA CASA DE LAS DAGAS VOLADORAS, de Zhang Yimou. 

Otra espectacular película de Yimou donde destacan las escenas de acción coreografiadas. Un gran espectáculo, profundamente esteticista y vistoso. Además un poco de suspense y amor.




LA ESPADA OCULTA, de Yòji Yamada. 

El ocaso de una época, una de samuráis crepuscular realizada con una sensibilidad exquisita, esa que nos llega de oriente tan a menudo. Bellísima historia de amor.


LA PASIÓN DE CRISTO, de Mel Gibson. 

La excepcional potencia visual de Gibson al servicio de la pasión de Jesucristo. Un retrato del sufrimiento que a través de la fisicidad trata de hacer comprender el sentido de dicha pasión. Es una excepcional obra de un autor que huye de lo obvio y previsible en cada plano.




LA TERMINAL, de Steven Spielberg. 

El Spielberg más capriano. Como contenedor de las esencias clásicas, a Spielberg no podía faltarle Capra. Entrañable y emotiva historia de buenos sentimientos donde destaca el pulso y sensibilidad del maestro así como las interpretaciones, con mención especial, como de costumbre, a Tom Hanks.


LA VIDA ES UN MILAGRO, de Emir Kusturica. 

Excesiva, un poco surrealista, cómica… Kusturica. Un soñador entregado a su sueño que no se entera de la llegada de la guerra. Un film interesante y particular.




LARGO DOMINGO DE NOVIAZGO, de Jean-Pierre Jeunet. 

Puro romanticismo ambientado en la Gran Guerra. Jeunet se alía de nuevo a Audrey Tautou tras “Amelie” y compone un film de gran lirismo. Bonita.


LAS TORTUGAS TAMBIÉN VUELAN, de Bahman Ghobadi. 

Una película dura, desgarradora, espeluznante, de las que dejan descorazonado y nada indiferente. Campos de refugiados, los niños, la guerra, leves esperanzas, la cruda realidad…




LAYER CAKE, de Matthew Vaughn. 

Debut del director, que junto a Daniel Craig factura un thriller con bastante pulso y ritmo, en un estilo a los de Guy Ritchie de sus inicios, si bien carente de su humor.


LAZOS DE SANGRE, de Kang Je-gyu. 

Un exitoso bélico coreano que algunos han comparado con “Salvar al soldado Ryan” por sus escenas de batalla. Potente.


LIFE AQUATIC, de Wes Anderson. 

Sí, su humor es extraterrestre, te puede dejar con cara de tonto su visionado, pero si entras en él satisface, desde luego. No me pasa con todas las de Anderson, pero con esta sí. Excéntrica a más no poder.


LOS CHICOS DEL CORO, de Christophe Barratier. 

Una película francamente bonita y encantadora, de esas que dejan satisfecho al terminar y que en Hollywood realizan como si no costara… aunque esta es francesa. Una oda a la enseñanza.



LOS EDUKADORES, de Hans Weingartner. 

Drama social de jóvenes idealistas alemanes en oposición con el mundo que les ha tocado vivir y su rebelión contra el mismo.




LOS INCREÍBLES, de Brad Bird. 

Joya absoluta de Pixar, narrada con una sabiduría y serenidad digna de encomio. Inteligente, alegórica, brillante y original, es un nuevo éxito de la productora, que además logra uno de los grandes trabajos dentro del mundo de los superhéroes.


LUNA DE AVELLANEDA, de Juan José Campanella. 

Comedia dramática argentina sobre el cambio de los tiempos, las adaptaciones o las dignas muertes crepusculares. El choque, casi siempre irremediable, entre el pragmatismo y el romanticismo.


MACHUCA, de Andrés Wood. 

Ambientada en el Chile de los 70, Wood nos cuenta una historia de integración, de diferencias sociales, en un tono realista que alcanza distintas emociones. Un film muy atractivo.




MAR ADENTRO, de Alejandro Amenábar. 

Amenábar hace toda una glorificación, apelación y reivindicación de la eutanasia con un mínimo tacto, escasa sensibilidad, pero mucha sensiblería y brocha gorda. No escatima ni en momentos líricos o poéticos para procurar la emoción. Triunfó en los Oscar, donde Million Dollar Baby mostraba el camino correcto.




MARÍA, LLENA ERES DE GRACIA, de Joshua Marston. 

Excelente drama social que retrata los caminos y las causas que llevan a venderse al tráfico de drogas por pura necesidad. Seguimos el camino acompañando a la protagonista, María. Buen film.


MELINDA Y MELINDA, de Woody Allen. 

Dos películas en una. Una en tono de comedia y la otra como drama. Una curiosa mezcla donde Allen vuelva a jugar con los resortes y posibilidades de la narración. Desgraciadamente no está del todo inspirada, pero sí es inteligente y resulta interesante y satisfactoria.




MILLION DOLLAR BABY, de Clint Eastwood. 

Otra de las grandes obras del maestro, llena de valores encomiables. La lucha, la superación, el cariño, el mentor y el alumno, el tener un objetivo… y la vida dando golpes bajos cuando menos lo esperas. Eastwood también habla de eutanasia, de manera seca, contundente, emotiva, honda, sin necesidad de caer en poesías, lirismos ni sensiblerías.


NADIE SABE, de Hirokazu Koreeda. 

Excepcional film de Koreeda que demuestra su tacto y sensibilidad retratando a la infancia, en este caso desde el desvalimiento y el desamparo. Una cinta tan dolorosa como bella.


OBSESIÓN, de Paul McGuigan. 

Remake de una cinta francés de 1996, este thriller de toque hitchcockiano por la retorcida trama de obsesiones de los personajes, tiene su punto fuerte en la atmósfera creada. No es gran cosa, pero cumple.


¡OLVÍDATE DE MÍ!, de Michel Gondry. 

Una reflexión verdaderamente profunda, imaginativa, adulta, dura y romántica sobre los recuerdos. No sólo analiza la importancia de éstos, la idea de que somos memoria básicamente, que la memoria, nuestros recuerdos, nos definen, nos hacen ser lo que somos. Y sobre la realidad, su vacuidad e inexistencia.




OSCURA INOCENCIA, de Gregg Araki. 

Buena película sobre abusos sexuales y, sobre todo, sus consecuencias, las maneras de gestionarlos. Cinta compleja, conmovedora, dura, pero lúcida.


QUERIDO FRANKIE, de Shona Auerbach. 

Bonito drama británico sobre el poder, a veces sanador, otras consolador, de la mentira. Oda al amor materno.


SAW, de James Wan. 

Entre el cine de terror y el thriller de asesino en serie, es una especie de “Seven” aún más retorcida. Un juego macabro que resultó bastante satisfactorio y que fue todo un éxito. Tanto que aún se siguen haciendo secuelas… Ya no sé ni por cuál van…




SHREK 2, de Andrew Adamson, Kelly Asbury y Conrad Vernon. 

Una secuela francamente divertida con unos gags hilarantes y la acertada incorporación de nuevos personajes, sumados a los gloriosos de la primera entrega.




SOLO UN BESO (UN BESO CARIÑOSO), de Ken Loach. 

Un drama romántico de Loach sobre los problemas que generan las diferencias religiosas y culturales, en este caso. Correcta.


RAY, de Taylor Hackford. 

Biopic sobre el genial músico de Jazz Ray Charles, al que encarna magníficamente Jamie Foxx. Su discapacidad, su subida a la fama, su caída a los infiernos de las adicciones en un solvente drama.




ROMA, de Adolfo Aristarain. 

Otro buen drama del director argentino sobre la creación, la madurez y la nostalgia. Grandes personajes y muy buen guión.




TROYA, de Wolfgang Petersen. 

No se la puede hacer mucho caso, ni siquiera respecto a los relatos mitológicos, pero ofrece un espectáculo ampuloso y ver a Brad Pitt tremendamente musculado, si bien superado por Eric Bana en el terreno interpretativo.




UNA CANCIÓN DEL PASADO, de Shainee Gabel. 

Buen drama donde destacan las interpretaciones del notable reparto, la mesura de su narrativa, serena, y el progreso de sus relaciones. Película de seres desorientados y rotos en busca de una redención, donde el contexto tiene algo de alegórico.


VOCES INOCENTES, de Luis Mandoki. 

Drama infantil ambientado en la Guerra Civil de El Salvador. Tuvo mucho prestigio, si bien el foco está dulcificado.


YO, ROBOT, de Alex Proyas. 

Decepcionante y a la vez aceptable película de ciencia ficción que se sirve de los magníficos relatos de Isaac Asimov para construir un armazón coherente sobre el que entregarse al puro espectáculo pirotécnico. No es una mala película, pero el último tercio y sus escenas espectáculo chirrían, además de no saciar las expectativas al ver el nombre de Asimov relacionado con el film.




ZOMBIES PARTY, de Edgar Wright. 

Como en toda moda llegan las parodias y las comedias. El cine de zombies, que aún sigue sacando cosas, fue un torrente durante años y años, por lo que no tardaron en salir sus parodias y secuelas. Esta cinta británica es una de las primeras. Muy simpática. Sátira que, en realidad, no se alejaría tanto de la concepción filosófica de las de Romero.


1 comentario:

  1. Kill Bill Vol 2, magistral pelicula. Que además contiene la mejor crítica sobre Superperman.

    Yo, Robot. El mayor problema está en el personaje de Susan Calvin, que está lejos de ser la fría pero lúcida robopsicóloga que imaginó Aasimov. Es comparación, es muy ingenua.

    Bourne tiene una interesante trilogía.

    Una interesante película de la saga de Harry Potter, lo oscuro funciona.

    ResponderEliminar