ZEPPELIN ROCK: COLDPLAY - Everyday Life (2019): Crítica review

lunes, 16 de diciembre de 2019

COLDPLAY - Everyday Life (2019): Crítica review


Por Esteban Martínez (@EMartineC)
del blog Benditos Discos



No me andaré con rodeos. Está claro que la irregular carrera de Coldplay continúa su camino. Y es que así como van las cosas tal parece que nos iremos “uno y uno” por bastante tiempo, es decir, un disco hiper mega comercial seguido de uno más alternativo, como ha sido la tónica durante esta década. En este sentido, el horrible Mylo Xyloto (2011) fue el álbum que acabó de dividir aguas entre quienes seguíamos con interés a los ingleses, trabajo que encontró continuación años más tarde en el aun peor A head full of dreams (2015), no sin antes haber realizado una sorpresiva parada en el íntimo (y notable) Ghost stories (2014), un “back to the basics” sencillo pero efectivo. Tocaba por tanto, en esa ocasión un trabajo menos luminoso que llegase para equilibrar la balanza. Y en esa línea se mueve Everyday life, una apuesta musical osada sin lugar a dudas y que trae bajo el brazo un mensaje político centrado en la unidad de las razas, lo cual conecta además con las recientes declaraciones de Chris Martin en relación a no volver a salir de gira mientras estas no sean sustentables para el planeta, pero que falla por una sencilla razón: no emociona. Pese a sus más que evidentes intentos.



Basta darle play al instrumental ‘Sunrise’ para captar que el asunto viene esta vez en tono dramático, y desde ahí se sucederán una serie de piezas tan diversas como inconexas. Nos encontraremos así con algunas baladas a la Ghost stories como ‘Church’, ‘Daddy’ (la más linda del disco) o ‘Everyday life’ (la canción), jugadas políticas al piano o en acústico con ‘Trouble in town’, ‘Arabesque’ o ‘Guns’, incursiones gospel en ‘BrokEn’ o ‘When I need a friend’, maquetas que no se entiende qué pintan como ‘WOTW / POTP’ , ‘Ekó’ o ‘بنی آدم’ (sí, una canción posee un título en árabe) y jugadas que apuestan a ser single como ‘Orphans’ (que no, que no podían faltar en un disco de Coldplay los “Uh Uuuuh”) o ‘Champion of the world’.




El disco evidentemente intenciona bajas pretensiones y promueve la sencillez mediante un conjunto que se aleja del tono bailable de su antecesor, del confeti y los globos, pero falla en lo más importante: las canciones. Cuando durante tantos años has simplificado las fórmulas es esperable que un disco “profundo” te salga mal.Quizás si insisten en este camino puede que en un siguiente registro el asunto cuaje mejor pero por ahora Everyday life se queda en el popurrí de ideas, algunas mal acabadas y otras bonitas.

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