ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas de 1971 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 27 de enero de 2019

Las mejores películas de 1971 - Lo mejor del cine de ese año



por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Cine social desarrollándose, como venía haciendo en años anteriores, y maestros modernos y actuales que comenzaban a sacar la cabecita ya. Un año discreto, aunque aún con bastantes de esas cintas conocidas por todos. Algunas de ellas insoportables, cabe decir. Abundancia de cine político, social y de descubrimientos adolescente, que no siempre ha envejecido lo bien que cabría esperar. Estábamos en horas bajas.


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Las mejores películas de 1971
(lo mejor del cine de ese año)



¡AGÁCHATE, MALDITO!, de Sergio Leone.

Una de las cintas más discretas de Leone, la que interrumpe la increíble proyección, depuración y desarrollo de su estilo. Tiene sus alicientes, pero queda muy lejos de su trilogía del Dólar y de las otras dos cintas de la trilogía americana.





AL ANOCHECER, de Claude Chabrol.

Drama psicológico e intriga, una combinación ganadora con Chabrol, que se movía a la perfección en estos géneros. Una gran película.


ASESINO IMPLACABLE, de Mike Hodges.

Thriller con Michael Caine haciendo de gélido asesino vengativo. Entretenida y eficaz.


ASÍ HABLA EL AMOR, de John Cassavetes.

Amores desamparados y necesitados. Seres opuestos que terminan por necesitarse, la punzada de la soledad. Esas necesidades. Una comedia dramática muy agradable de su intenso director.


BANANAS, de Woody Allen.

Otra colección de gags del bueno de Woody Allen, que como tal es irregular, pero indudablemente ingeniosa y divertida.





CARRETERA ASFALTADA EN DOS DIRECCIONES, de Monte Hellman.

Road Movie de culto, al estilo Easy Ryder, aunque fracasó en taquilla, como es debido en toda cinta de culto que se precie.


CONFESIONES DE UN COMISARIO, de Damiano Damiani.

Buen retrato sobre la corrupción que lo impregna todo el de esta cinta italiana. La mafia infiltrada en todos los estamentos. Atractiva para los amantes del género.


CONTROL EN LOS CAMINOS, de Aleksey German.

Un bélico soviético sobre la 2ª Guerra Mundial. La captura de un soldado alemán y la lucha por sus lealtades. Una película muy interesante.


CUATRO NOCHES DE UN SOÑADOR, de Robert Bresson.

Bresson adaptando a Dostoievski con romanticismo desaforado y algo atolondrado típico de cierto cine francés. Como siempre, un trabajo a tener en cuenta del talentoso cineasta.


DESPERTAR EN EL INFIERNO, de Ted Kotcheff.

La degradación de un hombre brillante en esta incursión en clave de thriller psicológico de Kotcheff en el tema del alcoholismo. Una cinta muy atractiva y con un punto de vista original.





DOS HOMBRES CONTRA EL OESTE, de Blake Edwards.

Western en clave de comedia, algo que, como expliqué en la lista del año pasado, se frecuentó bastante en esos años como degradación del género. Pero no se dejen engañar, tiene más profundidad y atractivos de los que parece.


EL ABOMINABLE DOCTOR PHIBES, de Robert Fuest.

Terror de serie B con Vincent Price y Joseph Cotten, una peculiar visión del tema del asesino en serie que puede desagradar o provocar el entusiasmo de los más fans.





EL ADVERSARIO, de Satyajit Ray.

Ray da inicio a su trilogía de Calcuta con esta película. Tres películas que no tienen que ver entre sí, pero que muestran el compromiso de Ray con lo social y político, algo que parecía obligado en la época…


EL DECAMERÓN, de Pier Paolo Pasolini.

Pasolini llevando a su terreno los cuentos eróticos de Bocaccio, tema que al director italiano ya le gustaba bastante. Drama y comedia se dan cita en esta cinta irregular.





EL DIABLO SOBRE RUEDAS, de Steven Spielberg.

La primera joya de Spielberg y su primera aparición en estas listas. Es su debut en un largo, que hizo para la televisión, y que no dejó a nadie indiferente. Una trama sencilla y una dirección magistral.





EL ESTRANGULADOR DE RILLINGTON PLACE, de Richard Fleischer.

Otro buen título sobre asesino en serie donde Fleischer recupera a otro estrangulador como ya hiciera con el de Boston.


EL GATO, de Pierre Granier-Deferre.

Un profundo drama psicológico que se basa en una novela de Georges Simenon. Un matrimonio y su guerra íntima focalizada en un gato.


EL HOMBRE DE UNA TIERRA SALVAJE, de Richard C. Sarafian.

Es la misma historia que le dio a DiCaprio su Oscar en “El Renacido”, una película de aventuras y venganza potente y basada en hechos reales.


EL JARDÍN DE LOS FINZI CONTINI, de Vittorio De Sica.

Un drama ambientado en los convulsos años 30 italianos, donde se escenifican los conflictos de clase y el contexto social en el que se adentró el fascismo. Una cinta que va variando su tono e intenciones. Buen trabajo de De Sica.





EL MERCADER DE LAS CUATRO ESTACIONES, de Rainer Werner Fassbinder.

Buen trabajo de primera época de Fassbinder con un gran retrato de su personaje protagonista y el entorno que le afecta.


EL REY LEAR, de Grigori Kozintsev y Iosif Shapiro.

Se hicieron dos versiones este año, una británica y esta rusa, que es más notable. Una gran adaptación de la tragedia shakespeariana.


EL SEDUCTOR, de Don Siegel.

Inquietante y perturbadora película de Siegel, que se aleja de sus Westerns típicos y sus thrillers junto a Eastwood para adentrarse en este drama psicológico en la época de la Guerra de Secesión americana, creando un entramado claustrofóbico de relaciones, amores y celos realmente conseguido. Una gran película.





EL VIOLINISTA EN EL TEJADO, de Norman Jewison.

Exitoso musical, un gran clásico que consiguió numerosos premios. Gran música y estupenda historia.


EL VISITANTE NOCTURNO, de Laslo Benedek.

Una inquietante y sorprendente cinta sueca de venganza y terror protagonizada por Max von Sydow y Liv Ullmann, nombres imprescindibles de la cinematografía sueca.


ESCALOFRÍO EN LA NOCHE, de Clint Eastwood.

Otro debut de un maestro en activo, el de Clint Eastwood. Un interesante e inquietante thriller que ya avisaba el talento de su director.


HAROLD Y MAUDE, de Hal Ashby.

Divertida comedia negra que obtuvo un gran éxito en su época. El suicidio como afición predilecta.


HARRY EL SUCIO, de Don Siegel.

Personaje iconográfico en la carrera de Eastwood, así como en la de Siegel. Un clásico absoluto de los setenta y del cine de acción.





JOHNNY COGIÓ SU FUSIL, de Dalton Trumbo.

Cinta de culto, uno de esos clásicos que no soporto. Crítica antibelicista que pretende desasosegar, pero que se pierde en efectismos y recursos retóricos. Su mensaje es efectivo y contundente.





KLUTE, de Alan J. Pakula.

Buen thriller este de Pakula con un protagonista encarnado por Sutherland.


LA AMENAZA DE ANDRÓMEDA, de Robert Wise.

Un pequeño clásico de la Ciencia Ficción dirigido por el todoterreno Wise. Otra adaptación de una novela de Michael Crichton.





LA BANDA DE LOS GRISSOM, de Robert Aldrich.

Secuestros, psicópatas, intrigas, joyas… buenos ingredientes para que Aldrich nos deleite con otro de sus buenos trabajos.


LA BATALLA DE BERLÍN (LIBERACIÓN), de Yuri Ozerov.

Colosal epopeya de unas ocho horas de metraje para narrar las grandes gestas del ejército soviético en la 2ª Guerra Mundial. Un tremendo trabajo.


LA BRUJA NOVATA, de Robert Stevenson.

Otro pequeño clásico Disney en imagen real con Angela Lansbury como mítica protagonista. Absolutamente encantadora.





LA CARCOMA, de Ingmar Bergman.

La primera película en inglés de Bergman es un drama sobre relaciones, de esas que tanto gustaba. Una buen indagación en los recovecos de la pareja y el matrimonio.


LA CLASE OBRERA VA AL PARAÍSO, de Elio Petri.

Más cine social y político, si bien este tipo de cintas quizá queden algo obsoletas en la actualidad. Sirve para conocer y palpar el ambiente de la época y sus ideales.


LA NARANJA MECÁNICA, de Stanley Kubrick.

Uno de los grandes éxito de Kubrick. Provocativa, polémica y transgresora, fue censurada y calificada de pornográfica. No ha envejecido lo bien que cabría esperar, pero sigue siendo interesante.


LA ÚLTIMA PELÍCULA, de Peter Bogdanovich.

Obra maestra crepuscular y desgarrada de Bogdanovich, excepcional retrato generacional, adolescente, además de la escenificación de la decadencia de un lugar y una época.





LAS DOS INGLESAS Y EL AMOR, de François Truffaut.

El Truffaut más romántico examinando las relaciones y sus matices. Una estupenda película.


LOS DEMONIOS, de Ken Russell.

Basada en hechos reales, esta película generó su polémica en su día. Adaptación de la novela de Aldous Huxley, es una buena película que fluctúa entre el terror y el drama.





LOS EMIGRANTES, de Jan Troell.

Otra sueca con Li Ullmann y Max von Sydow. Inmigración y reflexiones sobre la supervivencia en una cinta de gran prestigio en su día.


LOS VIVIDORES, de Robert Altman.

El nacimiento de la prostitución en el lejano oeste. Un buen título de Altman que trata aspectos originales en el género.


MACBETH, de Roman Polanski.

Incursión de Polanski en la tragedia shakespeariana. No es una mala película, pero desde luego ha habido mejores versiones del clásico.





MAX Y LOS CHATARREROS, de Claude Sautet.

Thriller con prostitutas, enamoramientos, robos y crímenes. Un buen trabajo de Sautet con muchos elementos de interés.


MELODY, de Waris Hussein.

Soñadora y entrañable película sobre amores infantiles y sentimientos sinceros. Bonita cinta.


MI QUERIDA SEÑORITA, de Jaime de Armiñán.

Un extraordinario José Luis López Vázquez, uno de los más grandes actores de este país, dando otra exhibición en esta transgresora cinta de Armiñán que no dejó indiferente a nadie en su día.


MUERTE EN VENECIA, de Luchino Visconti.

Soporífero clásico de Visconti, otro de esos que no soporto. Mirada contemplativa sobre la belleza y su inaccesibilidad…





NICOLÁS Y ALEJANDRA, de Franklin J. Schaffner.

Drama histórico que retrata la vida del zar Nicolás II, el último de su dinastía, la Romanov, en los tormentosos años que desembocaron en la revolución bolchevique.


PÁNICO EN NEEDLE PARK, de Jerry Schatzberg.

Atrevido retrato sobre la drogodependencia en la juventud neoyorkina. Un explícito título sin contemplaciones que es uno de los trabajos de los que Pacino se siente más orgulloso.


PERROS DE PAJA, de Sam Peckinpah.

Excelente obra de Peckinpah, uno de sus grandes títulos. Perturbador, incómodo, sin remilgos, que reflexiona sobre las manipulaciones y la violencia de una manera excelsa. No deja indiferente. La escena de la “violación” es de los momentos más perturbadores de toda la década.





PUNTO LÍMITE: CERO, de Richard C. Sarafian.

Película de culto, de esas que entusiasmaron a Tarantino en su día. Cinta de acción y coches que se ve con interés.


SACCO Y VANZETTI, de Giuliano Montaldo.

La escenificación del caso de los anarquistas Sacco y Vanzetti, que fueron acusados de un atraco con el asesinato de dos personas. Un pequeño clásico del cine político y social de la época.


SILENCIO, de Masahiro Shinoda.

Basada en la novela de Shusaku Endo, es la película que recuperó en un remake excepcional Scorsese en 2016. Las torturas y la crueldad del Japón medieval ante el crecimiento del cristianismo en el país. Un estudio sobre la fe y la crueldad.





SOPLO AL CORAZÓN, de Louis Malle.

El despertar adolescente magníficamente mostrado y narrado por Malle. Una gran película.


THE FRENCH CONNECTION, CONTRA EL IMPERIO DEL CRIMEN, de William Friedkin.

Con una de las grandes persecuciones en coche de la historia, este thriller es un indiscutible clásico del género. Extraordinario Gene Hackman.





TRÁFICO, de Jacques Tati.

El gran Tati deleitándonos de nuevo con una comedia. El entrañable Monsieur Hulot en nuevas aventuras desgranando su humor particular.


UN MUNDO DE FANTASÍA, de Mel Stuart.

Willy Wonka interpretado por Gene Wilder. La historia de Roald Dahl mucho antes que la de Tim Burton. Buen entretenimiento infantil.


VERANO DEL 42, de Robert Mulligan.

Uno de los clásicos del cine veraniego de despertares adolescentes en todos los sentidos. Una de esas cintas que se marcan a fuego si se ve en el momento adecuado.





WALKABOUT, de Nicolas Roeg.

Y otra de iniciación infantil y adolescente, aunque esta más comprometida. Un buen título australiano.

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