ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas de 1970 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 20 de enero de 2019

Las mejores películas de 1970 - Lo mejor del cine de ese año

La rodilla de Clara.


por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Ya la segunda parte de los 60 dieron muestras de fatiga, pero es empezar los 70 y percatarnos de la realidad. Falta de ideas, cierto cansancio y cinismo, géneros diluidos, desdibujados o degenerados… Si os fijáis en algunas de las descripciones centradas en los Westerns, hay una gran mayoría que incluyen el elemento cómico o son decididamente comedias ambientadas en el oeste. El crepúsculo no es que haya llegado, sino que el género se va degenerando.

Le llamaban Trinidad.

Los grandes maestros necesitaban relevo, porque los intereses de la industria y la gente obligaban a ir por otro lado, quizá forzadamente, como si quisieran otras voces aburridos de aquellos talentos (absurdamente), voces que aún no habían aparecido o no se alzaban con fuerza… aunque no tardarían en llegar.

----------------------

Las mejores películas de 1970
(lo mejor del cine de ese año)



ADELHEID, de Frantisek Vlácil. 

Es otro buen ejemplo del gran cine que se hacía en Checoslovaquia, la llamada Nueva Ola checoslovaca. Un título poco conocido pero más que apreciable sobre las consecuencias de la 2ª Guerra Mundial.


BORSALINO, de Jacques Deray. 

Cinta de gran éxito que encumbró internacionalmente a Alain Delon y Jean-Paul Belmondo, el guapo y el feo simpático. Un efectivo título de gángsters que hace pasar un buen rato.





CHISUM, de Andrew V. McLaglen. 

Western que nos presenta al terrateniente John Chisum, interpretado por Wayne. Un correcto y entretenido trabajo, con sus detractores, que cumple sin problemas. Eso sí, lo que cuenta no se corresponde en absoluto con la realidad del personaje.


CÍRCULO ROJO, de Jean-Pierre Melville. 

Otra joya de Melville dentro del Cine Negro. También protagonizada por Alain Delon, es uno de esos títulos que no os debéis perder. Joya absoluta.


COMANDO EN EL MAR DE CHINA, de Robert Aldrich. 

Otra de esas acertadas incursiones de Aldrich en el bélico. No alcanza la altura de sus clásicos, pero cumple indiscutiblemente. Le daba a todo Aldrich, y encima bien.


CRIMEN Y CASTIGO, de Lev Kulidzhanov. 

Gran adaptación rusa del clásico de Dostoievski. Una gran opción si quieres sumergirte en el mundo del magistral autor desde el cine.




CROMWELL, de Ken Hughes. 

El enfrentamiento entre John Cromwell y el rey Carlos I de Inglaterra. Un drama histórico, de intrigas palaciegas, bien interpretada y cumplidora en líneas generales.


DÍAS Y NOCHES EN EL BOSQUE, de Satyajit Ray. 

Otro gran drama de Ray, con magníficos personajes perfectamente desarrollados y conflictos tratados con el talento habitual del director. Muy buena.


DIME QUE ME AMAS, JUNIE MOON, de Otto Preminger. 

Intenso melodrama de Preminger que pone el foco en los seres heridos de la sociedad. No está entre los títulos destacados y recordados del director, pero merece la pena.


DODES ‘KA-DEN (DODESKADEN), de Akira Kurosawa. 

Es su primer film a color, al que saca un excelente partido. Es una buena película, pero lejos de sus obras maestras.





DOMICILIO CONYUGAL, de François Truffaut. 

Vicisitudes de una pareja bajo el prisma de Truffaut y la comedia dramática.


DOS MULAS Y UNA MUJER, de Don Siegel. 

Un título que seguramente ahora sería lanzado a la hoguera. Westerns y comedia con Clint Eastwood y Shirley Mac Laine. Un encantador título.





EL BOSQUE DEL LOBO, de Pedro Olea. 

Un buen film de nuestro cine, un drama rural de gran atmósfera que coquetea con otros géneros. José Luis López Vázquez, uno de los mejores actores de este país, está espléndido una vez más. Apreciable.


EL CARNICERO, de Claude Chabrol. 

Otra magnífica intriga de Chabrol, maestro francés del género. Siempre acertado en esa fusión de géneros que desemboca en el thriller.


EL CLUB SOCIAL DE CHEYENNE, de Gene Kelly. 

Otra comedia Western, esta con James Stewart y Henry Fonda dirigidos por Gene Kelly. Una película muy simpática y que merece reivindicación, con un Kelly que se aleja del musical con acierto, lo que merece todo elogio.





EL CONFORMISTA, de Bernardo Bertolucci. 

Drama de Bertolucci que sigue su cruzada comprometida y antifascista.


EL DÍA DE LOS TRAMPOSOS, de J. L Mankiewicz. 

Mankiewicz era un genio indiscutible. Aquí, donde volvemos a tener otro Western que juega con la comedia, nos deja uno de sus últimos trabajos que vuelve a resultar un triunfo absoluto.




EL MENSAJERO, de Joseph Losey. 

Losey, el gran Losey, en uno de sus trabajos más logrados, examinando muchas de sus obsesiones, como las relaciones y las luchas de poder psicológicas.


EL PÁJARO DE LAS PLUMAS DE CRISTAL, de Dario Argento. 

Uno de los grandes clásicos del giallo, que además supone el debut de uno de los grandes clásicos del terror italiano, Dario Argento.


EL PEQUEÑO SALVAJE, de François Truffaut. 

Un clásico de Truffaut, que vuelve a acertar en su acercamiento a la infancia, en este caso con una historia basada en hechos reales de un niño que creció aislado en un bosque, alejado de la civilización, y el proceso de educación que siguió a su descubrimiento.





EL ÚLTIMO VALLE, de James Clavell. 

Ambientada en la guerra de los 30 años, esta cinta de aventuras históricas e idealismos truncados ha quedado injustamente olvidada. Merece reivindicación. Con Michael Caine y Omar Sharif.


EL VOLAR ES PARA LOS PÁJAROS, de Robert Altman. 

Altman por partida doble. Al pelotazo que supuso M.A.S.H. en su carrera y que llegó este mismo año, sumamos esta surrealista historia, una rareza del director, poco valorada y citada, pero de gran interés.





HOMBRES CONTRA LA GUERRA, de Franceso Rosi. 

Drama antibélico italiano ambientado en la Gran Guerra. Un trabajo muy digno con poco medios.


INVESTIGACIÓN SOBRE UN CIUDADANO LIBRE DE TODA SOSPECHA, de Elio Petri. 

Interesante y curiosa película que satiriza los poderes del estado y las injusticias de los mismos con un hombre que pertenece a ellos y desea ser declarado culpable del asesinato que ha cometido… sin lograrlo…


JOE, CIUDADANO AMERICANO, de John G. Avildsen. 

El director de Rocky deja esta interesante muestra de la convulsa sociedad de finales de los 60 y comienzo de los 70. Una película que da más que lo que se espera.


LA BALADA DE CABLE HOGUE, de Sam Peckinpah. 

Joya de Peckinpah con un inconmensurable Jason Robards como protagonista. Crepuscular, nostálgico y entrañable Western sobre la migración de los héroes y la decadencia del oeste…





LA CONFESIÓN, de Costa-Gavras. 

Las espeluznantes purgas estalinistas en Checoslovaquia por Costa-Gavras en el llamado Proceso de Praga (1952). Tremendo documento.


LA HIJA DE RYAN, de David Lean. 

Otro gigantesca cinta de Lean, aunque podríamos considerarla la patito feo de sus obras épicas, por el fracaso en taquilla y por no tener el favor del público de otras. En cualquier caso es una obra extraordinaria.




LA OREJA, de Karel Kachyna. 

Otra cinta checoslovaca que denuncia y describe el sistema totalitario comunista allí padecido. Gran cine el que se hacía allí, que debería revisarse.


LA RESIDENCIA, de Narciso Ibáñez Serrador. 

El gran maestro, “Chicho”, deleitándonos con esta sorprendente cinta de terror. Él dio dignidad al género para que fuera disfrutado por muchas generaciones en nuestro país.


LA RODILLA DE CLARA, de Éric Rohmer. 

Complejos generaciones y romances veraniegos, un clásico de Rohmer, que disfruta indagando en las relaciones, en sus atractivos y diferencias.


LA VIDA PRIVADA DE SHERLOCK HOLMES, de Billy Wilder. 

Magnífica película de Wilder (como siempre). Su divertida e ingeniosa mirada a Holmes está llena de momentos y diálogos magistrales, sin olvidar una atractiva trama de intriga.





LAS COSAS DE LA VIDA, de Claude Sautet. 

Un excelente drama romántico, que además es la primera película de la Trilogía sobre el amor del director (“Max y los chatarreros” y “Ella, yo y el otro” son las otras dos). Una indagación profunda, psicológica y con nervio de sus personajes y situaciones


LE LLAMABAN TRINIDAD, de Enzo Barboni. 

Muy recordada comedia-Western que convirtió en mito a la pareja formada por Terence Hill y Bud Spencer. Muchos de vosotros disfrutasteis de lo lindo con estos dos, seguro.


LOS ARISTOGATOS, de Wolfgang Reitherman. 

No es de las cintas más recordadas de Disney, pero es un divertido y simpático título que se ve con agrado.





LOS COMPAÑEROS, de Sergio Corbucci. 

Otro spaghetti, en este caso de Corbucci, que ya sabéis fue uno de los grandes talentos del género. Da lo que se le pide. Acción y toques de comedia.


LOS ENCANTOS DE LA GRAN CIUDAD, de Arthur Hiller. 

Comedia en clave de odisea pesadillesca que comanda Jack Lemmon, lo que hace todo más agradable. Para pasar un buen rato.


LOS GIRASOLES, de Vittorio De Sica. 

Grandísima película de De Sica, un drama durante la 2ª Guerra Mundial que es a su vez una sensacional historia de amor. Mastroianni y Loren están espléndidos.





LOS VIOLENTOS DE KELLY, de Brian G. Hutton. 

Excelente bélico, lleno de vigor y energía. Un pequeño clásico del género muy reivindicado y exitoso con un espléndido reparto. De esas que tanto gustan a los amantes del género.


LOVE STORY, de Arthur Hiller. 

Tremebundo éxito el de este melodrama romántico. Llantos y suspiros para esta historia de amor que tuvo una banda sonora tan exitosa y famosa como la película. Para llorar mucho, ya saben…


MARIDOS, de John Cassavetes. 

El gran referente del cine independiente norteamericano hace un lúcido y amargo retrato de las miserias de tres amigos que asisten al entierro de un cuarto. Gran reparto con habituales del director.


M.A.S.H., de Robert Altman. 

Genialidad de Altman. Una de las grandes películas del irregular maestro. El ejército y la guerra desde su unidad médica y en clave de comedia. Su éxito fue tal que dio para serie, aún más exitosa.





MI VIDA ES MI VIDA, de Rob Rafelson. 

Jack Nicholson protagoniza este drama psicológico y reflexivo sobre segundas oportunidades, nuestras inescrutables decisiones y los azarosos caminos de la vida. Gran trabajo del actor.


NO SE COMPRA EL SILENCIO, de William Wyler. 

Buena película del maestro Wyler que aparece olvidada en su filmografía, en esa ansia por contar con valores nuevos. Cine reflexivo, de denuncia y profundo. Para revisar.


PATTON, de Franklin J. Schaffner. 

Soberbia película que cuenta con un gran guión de Francis Ford Coppola (por el que ganó el Oscar) y un trabajo espectacular de George C. Scott (que le dio otro Oscar). Un clásico.





PEQUEÑO GRAN HOMBRE, de Arthur Penn. 

Otro pequeño clásico protagonizado por Dustin Hoffman. Un Western que sigue a un nativo americano en un flashback y todos los avatares de su vida, incluida la última batalla de Custer…


PIEL DE ASNO, de Jacques Demy. 

Demy adaptando a Perrault. Un cuento fantástico en clave de musical y con una acertada atmósfera. Curiosa.


RÍO LOBO, de Howard Hawks. 

Quizá podría ser el canto del cisne del Western clásico, un Western clásico tardío. Es la última película del genial maestro Hawks, en la que contó con John Wayne, evidentemente. Una joya incontestable.





SOLDADO AZUL, de Ralph Nelson. 

Exitosa película que llamó la atención por su crudeza. Loables intenciones lastradas por la discreta calidad de la cinta, inconsistente con licencias históricas que no vienen a cuento y falta de cohesión dramática, saltando de la comedia romántica a la violencia extrema sin mucho sentido.


TORA! TORA! TORA!, de Richard Fleischer, Kinji Fukasaku y Toshio Masuda. 

Gran cinta bélica sobre el ataque japonés a Pearl Harbor. Una película que comenzó Kurosawa y terminó Fleischer. Los directores japoneses rodaron las tomas japonesas. Un clásico.


TRAMPA 22, de Mike Nichols. 

Una farsa ambientada en la 2ª Guerra Mundial sobre un piloto que se hace pasar poro loco para evitar ser enviado a una de esas misiones suicidas en las que sus compañeros van cayendo uno tras otro. Un buen trabajo de Nichols.


TRISTANA, de Luis Buñuel. 

Una de las películas más famosas, exitosas y reputadas de Buñuel. Uno de sus grandes clásicos en el que da rienda suelta a todas sus obsesiones con incuestionable talento.





UN HOMBRE LLAMADO CABALLO, de Elliot Silverstein. 

Una cinta de gran éxito que es muy recordada, entre otras cosas, por la interpretación de Richard Harris. Un Western interesante.


WANDA, de Barbara Loden. 

Cine independiente y debut tras la cámara. Una Road Movie con bastantes alicientes y encantos.


WATERLOO, de Sergei Bondarchuk. 

Una espectacular superproducción italiana sobre las batallas napoleónicas que no reparó en gastos. Un buen bélico.


YO VIGILO EL CAMINO, de John Frankenheimer. 

Una gran película de Frankenheimer que no es un thriller ni una de acción. Un drama rural seco y descarnado con Gregory Peck.





ZABRISKIE POINT, de Michelangelo Antonioni. 

Otra Road Movie comprometida, en este caso de Antonioni en su incursión americana, centrándose en la juventud reivindicativa y la convulsa sociedad de la época.


ZONA PROFUNDA, de Jerzy Skolimowski. 

Estupenda comedia dramática, muy recomendable para conocer los movimientos y la sociedad británica de la época, desde un prisma vitalista, adolescente, joven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario