Amiguitos, en cuanto a esos cuatro discos fundamentales de los alemanes Warlock os podría haber recomendado cualquiera de ellos, pero me he decidido por reseñar este quizás menos conocido Hellbound. El origen del grupo se encuentra en la unión de diversos miembros de las jóvenes bandas de la escena underground de Düsseldorf Snakebite, Stallion y Beast que, a principios de los 80, dieron como resultado a unos voluntariosos Warlock que no tardaron en ganar cierto reconocimiento, en parte gracias a los conciertos que su manager les consiguió un plaza como teloneros de Trance. Tras editar su álbum de debut con Mausoleum –que no supo sacar el jugo de la perita en dulce que tenían entre manos–, Warlock tuvieron la suerte de firmar con Phonogram y grabar en los Country Lane studios de Munich –con Henry Staroste y Rainer Assmann a la producción– este Hellbound que os presento hoy. Era la primavera de 1985 y el subsiguiente tour por Europa les catapultó a las páginas de magazines como Metal Forces, Metal Hammer o Kerrang! dándoles la oportunidad de tocar en el Metal Hammer Festival junto a Metallica, Pretty Maids o Venom.
El line up que grabó el álbum estaba formado por la menuda y enérgica Doro Pesch a las voces, Rudy Graf y Peter Szigeti a las guitarras, Frank Rittel al bajo y Michael Eurich a la batería, con la colaboración de Harry Thumann en la programación de un fairlight muy presente en temas como All night, por ejemplo.
El track list era:
A
Hellbound
All night
Earthshaker rock
Wrathchild
Down and out
B
Out of control
Time to die
Shout it out
Catch my heart
Respecto a las canciones del disco, lo miréis por donde lo miréis, no hay discusión posible. Hellbound, All night –de mis preferidas– , Earthshaker... es estúpido analizar uno por uno los temas de este álbum porque –además de que ahora no tengo ganas de ello, no os puedo ser más sincero–, todos ellos son puro heavy metal alemán de los ochenta en la línea de lo que Warlock nos ofreció en su corta carrera con la estupenda Doro al frente. Y es que, ni Lita Ford, ni hostias, el metal femenino de los ochenta tuvo un nombre y fue Dorothee Pesch. Como muestra de lo que podéis escuchar en Hellbound os acompaño una versión en directo del tema título, y las grabaciones de All night, Wrathchild, Time to die y la preciosa Catch my heart.
Por desgracia, tras el fantástico Triumph and agony, Fräulein Peschinició un camino en solitario al frente de Doro –a esas alturas ya era la única que quedaba de la formación original de Warlock y su primer manager le había arrebatado en los tribunales la propiedad del nombre de la banda– con la que, junto a Joey Balin en la producción al principio y el mismísimo Gene Simmons después, quiso dar un giro estilístico a su carrera que no tuvo el éxito esperado. En la actualidad, Doro es una más de las respetadas figuras del metal de los 80 que –pese a haber editado álbumes con cierta asiduidad– no han logrado reverdecer viejos laureles y viven de recuerdos gracias a nostálgicos seguidores como este que os escribe.
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